Pablo Tettamanti: “La Argentina está perdiendo liderazgo político y geopolítico en la región”

Ex vicecanciller Pablo Tettamanti accedió a situar la Argentina en el mundo (en este mundo concreto) en una entrevista que concedió al programa “Tengo reunión”, que se transmite por streaming. Aquí se presenta completo, por su valor documental. Es infrecuente que un diplomático de tanta experiencia acepte una conversación abierta sin restricción de temas. También se puede acceder a la versión audiovisual haciendo click en este link: https://www.youtube.com/watch?v=j_poAHif7K8&t=6635s

Diplomático de carrera ya retirado, Pablo Tettamanti fue, entre otras cosas, embajador argentino en Rusia y vicecanciller. Realizó un diagnóstico de la guerra en Ucrania y explicó las razones de Vladimir Putin para intervenir militarmente, destacó la posición que tuvo la Argentina con la ex presidenta Cristina Kirchner desde que escaló el conflicto por la crisis de Crimea, y propuso soluciones para que Naciones Unidas pueda intervenir de manera eficaz en este conflicto bélico y el de Medio Oriente destacando la propuesta del presidente de Brasil, Lula Da Silva. También analizó las elecciones de Venezuela, indicó que Argentina tiene que retomar su ingreso a los BRICS y planteó que las elecciones en Estados Unidos no cambiarán su política exterior hacia la Argentina, gane la candidata demócrata Kamala Harris o gane el candidato republicando, Donald Trump. Además fundamentó por qué una política exterior basada en ideologías de turno es nociva para los intereses nacionales.

Maximiliano Juarez: Habías anunciado que la guerra entre Rusia y Ucrania iba a ser muy larga. ¿Cómo está impactando en el mundo? ¿Cómo piensa la Rusia de Putin este conflicto? Explicanos la posición que debe tener la República Argentina.

Pablo Tettamanti: Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que estamos hablando de un conflicto entre dos países que Argentina tiene buena relación. Hay muchos argentinos descendientes de Ucrania y Rusia. No se trata de salir a buscar quien me gusta más o menos sino entender de qué se trata y que le interesa a la República Argentina. Es difícil no tomar en cuenta un contexto internacional que tiendo a pensar que es el verdadero final de la Guerra Fría. La Guerra Fría permitió que durante varias décadas haya una lectura sencilla del mundo, o se estaba en un lado, o en el otro, o se intentaba estar en el medio y no jugarse por ninguna de las grandes alianzas. La historia de la humanidad es mucho más compleja, quien es amigo hoy, mañana no lo es, quienes son amigos míos mañana se pelean entre ellos. Y nada es fácil de entender. Es importante tener en cuenta que no es la primera vez que la humanidad se encuentra con un mundo alterado y que parece que no tiene arreglo, tampoco hay que pensar que caímos al pozo más profundo de la humanidad y de acá no salgo, no es así. Dicho todo esto me encuentro con varios conflictos. La lectura sencilla de poner todos en una bolsa y otros en otra, como si se trata de poner a Batman de un lado y el Acertijo del otro, no va más. Hay que recordar cuando Argentina quiso ser miembro fundador de Naciones Unidas, los aliados decían que no peleamos, que habíamos declarado la guerra al final, cuando Alemania estaba derrotada y Japón estaba por perder y no merecíamos estar. Después de muchas negociaciones se aceptó que Argentina fuera miembro fundador, ahí tuvimos una continuada preocupación de Joseph Stalin que decía que Argentina era otro voto más para el capitalismo y esa no era su alianza. Se arregló que Argentina entre y el contrapeso fue que entren países que no deberían haber sido miembros porque no eran Estados soberanos y estos son Bielorrusia y Ucrania. Menciono esto para entender hasta que punto para Rusia formaban parte de lo mismo. Estamos partiendo de esta historia, cuando uno los ve pelearse ahora parece más una pelea de familia que de dos adversarios. Por eso mismo y por la empatía que existía en muchos elementos en Ucrania y Rusia, si bien estaban discutiendo y no se sabía cómo se iba a resolver, si Ucrania iba a o no a terminar arreglando con Rusia después de haberse independizado de la URSS, de golpe aparece como que tiene otra opción, aliarse con Occidente. Esto preocupó a una Rusia que había hecho un enorme esfuerzo para tratar de sobreponerse de lo que había sido la disolución de la URSS. Se encontró con que un país prácticamente hermano de golpe apareció del otro lado, repentinamente podía llegar a ser miembro de la OTAN o de la Unión Europea, entonces se trabó este conflicto que tuvo varias etapas. La primera fue cuando Crimea sale de la mesa de negociaciones. ¿Por qué sale? Rusia dijo vamos a discutir que va a pasar con Crimea (Crimea en sí mismo es una discusión, pero para Rusia no había ninguna discusión para ellos Crimea es Rusia) y esto no le causo gracia a Ucrania. Pero había un proceso de negociación y diálogo. Argentina planteó que esto se resuelva de manera pacífica y que no recurran a la fuerza. Uno preveía que un conflicto armado entre Ucrania y Rusia podía ser un conflicto de baja intensidad y de muy prolongada etapa porque Rusia nunca quiso invadir a Ucrania por pedazos. Ni aun hoy entiende esto, lo que se está discutiendo es si Ucrania es un Estado tapón, es un Estado Occidental, o es un amigo y aliado de Rusia como lo es Bielorrusia. Estamos reconstruyendo la vieja Rusia o estamos hablando de que Ucrania va a jugar un partido distinto. Hay un elemento central que es el energético. Todo lo que venía alimentando Rusia a Europa pasaba por Ucrania, que tenía la canilla, pero de golpe se empezaron a hacer gasoductos y oleoductos por el Sur, canales que pasaban por Alemania, por Polonia, que terminaban en el Mar del Norte, entonces, este no es un elemento que se puede obviar y es el económico. Después hay un momento geopolítico importante. Donald Trump, poco después de asumir, le dice a Ángela Merkel, mire yo no tengo problemas si ustedes quieren que la OTAN avance hacia Rusia, pero la verdad es que todos habíamos prometido que íbamos a poner un porcentaje de los gastos en la OTAN y el único que hace esto es Estados Unidos y ustedes le compran el gas y el petrolero a Rusia, eso a mí no me cierra. Empezamos entonces con esta vieja discusión. Otra discusión: la de Trump que de golpe dice que Estados Unidos tiene las manos atadas porque tiene todos los acuerdos de control de armamentos de destrucción masiva con Rusia y no con China ¿y cuál es mi adversario hoy? China. Entonces voy a dejar caer para no renovar mis acuerdos de control de armamentos. ¿Cuál es la lectura de Rusia? Me están apuntando los cañones a mí, me van a atacar a mí, entonces la advertencia a Ucrania es “cuidado con lo que estás haciendo porque si vos empezar a jugar la carta de los otros vas a empezar a ser enemigo mío. Y eso no va a ocurrir”. Es importante analizar si esta es una lectura y no leerlo simplemente con la lectura de que Rusia está de vuelta soñando con el imperialismo territorial, que está tratando de avanzar sobre Ucrania y se encuentra con dificultades para hacerlo porque lamentablemente las principales víctimas de esto son rusos y ucranianos. Por eso, al resto de los países les dijimos que no jueguen a alimentar este conflicto, jueguen a que vuelvan a las mesas de negociaciones. Creo que esta ha sido la posición que tradicionalmente Argentina adopto con este conflicto. La guerra se sigue extendiendo porque países que deberían haber apostado a una solución pacífica, y Estados Unidos y Europa son parte de los que están involucrados, apostaron a que Rusia se iba a desgastar en una guerra y me parece que en este conflicto Ucrania no lleva mucho la de ganar sino todo lo contrario. Ni en Europa Occidental ni en Estados Unidos ven costos para ellos en la continuación del conflicto y por lo tanto pueden seguir apostando. A Ucrania hasta ahora lo único que le han mandado es plata y armas, está endeudada y gran parte de su población está sufriendo, no veo que le estén dando ninguna mano. Rusia por otra parte, francamente, nadie puede pensar que va a perder una guerra convencional con Ucrania. Entonces me parece que esto es algo que ha perdido primera plana de los diarios que está con el conflicto en Medio Oriente. En este sentido creo que también es importante, y vuelvo a lo del 45, recordar que Naciones Unidas nació con 54 miembros, hoy hay 193, y los mecanismos que se crearon después de la Segunda Guerra Mundial para solucionar los conflictos no funcionan. Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad no hicieron absolutamente nada en el conflicto de Ucrania, ni en el de Medio Oriente, sólo declaraciones, se pelean para ver si una palabra es aceptable o no, pero medidas conducentes no han tomado ninguna.

Maximiliano Juarez: El presidente de Brasil, Lula Da Silva, y líderes de otras regiones, como el presidente de la India, Nerendra Modi, vienen planteando que para resolver el conflicto en Ucrania, todos los actores, incluyendo Rusia, tienen que estar en la mesa de negociación. ¿Estos llamados pueden convertirse en una voz dominante en Naciones Unidas o están muy relegados en la conversación?

Pablo Tettamanti: Es esencial que esto ocurra, hay que alimentar la solución pacífica, es importante que el sistema de Naciones Unidas tome esas actitudes. Lamentablemente uno mira ahora y parece que esto no avanza mucho. Naciones Unidas no tiene la vitalidad de antaño. Estamos, por eso, en un momento clave en donde se están reescribiendo ciertas reglas de juego porque si hay algo que hizo nacer a Naciones Unidas es todo un mecanismo de la puesta en vigor de la paz y de la seguridad. Toda la parte económica de la ONU se hizo porque existía la convicción de que la Segunda Guerra Mundial era un derivado de falta de distribución de ingreso entre grandes potencias. Todo lo que fue la creación de la UNESCO era ponerle peso para que todos los países hicieran una verdadera cultura de la paz, no solamente reconocer los valores de la cultura en general, sino básicamente, y lo dice el estatuto de la UNESCO, construir una cultura de la paz y lo que uno ve ahora es una cultura del conflicto, lo que ve uno ahora es que pareciera que los conflictos importan poco. Digo esto porque estamos hablando de Ucrania y Rusia, yo mencione Medio Oriente, pero hay alrededor de 30 conflictos armados en los cuales la comunidad internacional ni sabe que existen, son países que no están en la primera plana de los diarios, pero donde la gente está muriendo todos los días y Naciones Unidas sigue sin trabajar en esto. Me parece que hace falta una convicción muy fuerte y el mensaje que está lanzando Lula es importante. Nosotros tenemos que darle fuerza a eso, tiene que salir de una región como América Latina que no tiene conflictos armados entre países, lo cual es rarísimo en el mundo de hoy y nosotros tendríamos que ser una voz. Por eso pienso que la Argentina está perdiendo una oportunidad de sumarse a una voz de peso en el concierto internacional en un momento grave y crítico porque a la hora de la verdad a mí no me hace bien este conflicto. Las consecuencias de este conflicto, nada tienen de positivo para la Argentina.Como regla internacional el “arréglense como puedan que a la comunidad internacional no le interesa” no es lo que un país del tamaño de la Argentina nos interesa y nos conviene, por lo tanto, tenemos que reforzar a la ONU, tenemos que apostar a las soluciones pacíficas y tenemos que llamar al diálogo, todo lo que podamos hacer para eso, mejor, y si nos aliamos con nuestros vecinos, Brasil, Paraguay, mejor, porque solos tal vez no tenemos la voz de cuando éramos 54 y casi todos los países latinoamericanos éramos independientes y miembros, hoy somos la misma cantidad con 193 miembros, somos menos porcentualmente en Naciones Unidas y no nos escuchan como antes.

Marcel Aguilera: Estos conflictos bélicos que estás analizando hicieron a muchos expertos en relaciones internacionales hablar de una potencial tercera guerra mundial. ¿Creés en esto?

Pablo Tettamanti: Me parece que hablar de una Tercera Guerra Mundial conlleva un peligro. Si no ocurre está todo bien y la verdad es que está todo mal. Más allá de andar proyectando qué puede pasar si se viene este desastre lo que tengo que ver es que tengo un desastre ahora y no estoy haciendo nada. Pongamos las cosas en su contexto porque hablamos de guerras mundiales cuando son guerras que tuvieron su centro en Europa. Ahora estamos en un mundo distinto y estamos viendo que las grandes potencias de hoy en día apuestan a que todas las cosas sigan igual. Esto puede parecer exagerado, pero si fuera yanqui estaría mirando que el dólar está perdiendo su puesto como gran moneda de reserva y eso a mí no me conviene, así que lo que estaría haciendo es arreglar las cosas para tener esa ancla que usaron constructivamente para sus propios intereses. Si yo fuese ruso estaría diciendo que desaparecí con la Unión Soviética y pensando en lo que me costó volver a la primera línea y ahora me quieren cambiar las reglas del juego, me dicen que no importo y si importo, entonces yo quisiera que las cosas no se muevan. Si fuese Europa estaría mirando que hay jugadores a los que no les importa lo que digo, en África, en Asia del Este, en la propia América Latina y antes Europa estaba en el centro. Si yo fuese China estaría diciendo que tardé dos siglos en tratar de que los demás reconocieran la importancia de China, bueno, déjenme ahora, que me acomodé bastante y tengo una fuerza terrible: soy el segundo contribuyente al presupuesto de Naciones Unidas, como dato ilustrativo. Hay grandes potencias que se están enfrentando entre ellas. ¿Cuál es la diferencia que veo con el pasado reciente? Que a nosotros ni nos preguntan que nos parece, nuestra voz no tiene importancia, si tenemos algún problema nos dicen “ustedes cállense que lo de ustedes no es tan complicado”, entonces estoy afuera de este plano y tengo que ver cómo manejar mis propias cosas. El objetivo principal es ver qué le conviene a Argentina. Nos conviene tener reglas de juego claras, donde podamos ir a mesas de negociaciones a discutir y aliarnos con los que están de acuerdo con nosotros y hacer nuestros planteos, que es lo que hicimos históricamente. Eso no es ser neutral, no es borrarse, es que Argentina históricamente no se metió en peleas entre otros porque no es la pelea nuestra, nadie nos vino a preguntar si estaba bien que se peleen. No me interesa que se peleen, me interesa que se arreglen, quiero que todos los días haya más normalidad.

Maximiliano Juarez: La ex presidenta explicaba cuando fue la intervención rusa en Crimea que su equipo cuestionó la intervención directa por parte de Rusia. Tengo entendido que se mantuvo la misma línea con la intervención en Ucrania y ahora se respalda acríticamente a Ucrania. ¿Cuánto pierde y cuánto gana nuestro país con esta posición y al cambiar una postura histórica?

Pablo Tettamanti: Si miro este conflicto lo que necesito es que estas partes se sienten a negociar una solución pacifica. Lo otro no nos conviene, ni aliados de Rusia ni de Ucrania. No hay razones políticas, ni sociales, ni económicas para que esa sea la postura de la Argentina. Cuando estalla este conflicto Argentina era miembro por votación del Consejo de Seguridad, tratamos el tema de Crimea y votamos a favor, pero explicamos cuando votamos a favor: ojo que esta resolución que plantearon dice cosas con las que no estamos acuerdo, pero pedía una solución pacífica y votamos a favor para dar prioridad a esto, que llamaba a las partes a que solucionen pacíficamente. Un mes después fueron a la Asamblea General y plantearon la misma resolución y la Argentina se abstuvo. No fue un cambio de posición porque habíamos dicho que se resolviera pacíficamente y ahora cambiaban el escrito. Estaba redactado a favor de alguien, hablaba de Rusia como una gran invasora y hay antecedentes históricos que llevaron a esto, uno no se puede olvidar del golpe de estado en Ucrania, no se puede obviar de la intervención de muchos países con sus embajadores que paseaban después por las plazas de Kiev. Entonces de todo esto la Argentina dijo cuidado que es una cosa más compleja, desde ahí venimos diciendo lo mismo: solucionen pacíficamente. Tanto Ucrania como Rusia entendieron esta posición. No veo por qué nos va a ir mejor repitiendo lo que hace un país que es amigote nuestro, repito, es no pensar en lo que nos interesa a nosotros, esto no debería haber cambiado, no es neutralidad, es porque para la República Argentina cuando vemos ese conflicto, tanto para los argentinos que provienen del área, para los argentinos que tienen sus hijos que nacieron de madre subrogadas y que están viviendo acá, los rusos y ucranianos que vienen a vivir a la Argentina, más las relaciones históricas, las exportaciones agropecuarias, el precio de la energía, nada, pero nada, nos cierra con este conflicto. Hay algunas partes que quieren que se sigan matando por mucho tiempo.

Maximiliano Juarez: ¿Cómo explicarías la política exterior que implementaron y ejecutaron con Cristina Kirchner (2007-2015) luego con Felipe Solá y Santiago Cafiero (2019-2023) y la que se está ejecutando con el actual presidente Javier Milei y la canciller Diana Mondino?

Pablo Tettamanti: A lo largo de esta conversación marcamos las posiciones tradicionales de la República Argentina. A esto le hace falta un elemento esencial que es la relación con nuestra propia región. Nadie más se va a ocupar de esto sino lo hacemos nosotros. La OEA ha perdido poder, conservamos un lazo histórico sobre todo en materia de Derechos Humanos, pero hoy en día no nos está dando ninguna solución, tenemos problemas de infraestructuras que se vio con el COVID, hay problemas en el traslado de las personas, los desafíos de la cultura que se tienen que dar con la Inteligencia Artificial, de transporte, de conexiones, de corredores bioceánicos, tenemos que discutir el problema del Rio de La Plata, del Atlántico sur, Malvinas, eso significa que tengo que tener buenas relaciones con mis vecinos, no puedo andar haciendo de fiscal y marcar con el dedo cuál de estos vecinos no me gusta lo que dijo ayer, uno trata y esta bárbaro cuando tiene empatía con el país vecino, pero aun cuando no tiene empatía, la historia ha demostrado que sabemos trabajar igual, esto es lo que se dio tradicionalmente prioridad en distintas versiones el peronismo, eso es lo que se hacía en el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015). Entonces yo trataba de trabajar con mis aliados naturales porque tiene problemas similares a los míos y tenemos que lograr soluciones ante una comunidad internacional que tiene los ojos puestos en otro lado y nos mira cada vez menos. Tengo que trata de volver ahí. Si voy a amontonarme con los que están en el público gritando viva el nombre de un país, no está sumando a lo que Argentina le conviene. Algunas declaraciones que hacemos hoy en día parecen encaminadas a que nosotros tenemos que quedar bien con alguien. Debo decir una cosa: siempre me molesto cuando se habla de que la Argentina se está insertando en el mundo, la lógica me juega una mala pasada, eso parece decir que vengo del planeta Marte. A mí me puede no gustar, pero la Argentina siempre estuvo inserta en mundo. Los países saben quién es Argentina y que se puede esperar de la Argentina porque hay una larga tradición, por eso simplemente meterse en conflictos entre otros y decir yo estoy del lado de este o del otro, no sé qué es lo que se busca, francamente no lo entiendo, las consecuencias de esto es que vamos a perder el prestigio histórico de la argentina, que estuvo del lado de favorecer las soluciones, de encontrar los puntos en común y forjar entre los países más débiles una posibilidad. Hago un punto específico en el tema de derechos humanos. Argentina tiene mayor consistencia en su política exterior de lo que la gente cree, basta con ver los países que visitan nuestros presidentes y donde nuestros presidentes van. No importa el tipo de Gobierno que hay, en DDHH la Argentina tiene una experiencia prácticamente única en el mundo porque nosotros siempre defendimos los Derechos Humanos, está en la Constitución. El punto está en que con esta misma legislación en Argentina hubo una violación sistémica de parte del Gobierno de los Derechos Humanos de su población y nosotros reaccionamos con la misma legislación, no hubo un cambio de legislación, y se resolvieron los temas jurídicamente. Y cuando empezamos a hablar del tema de DDHH en foros internacionales, a diferencia de otros países que se olvidaron de su pasado y apuntan con el dedo acusador a los supuestos violadores, Argentina fue humildemente a decir: “Mirá lo que me hice por no saberme cuidarme yo mismo, fíjate donde vas a terminar sino respetas los derechos humanos de tu gente, no me pidas a mí que haga los ojos ciegos ante esto y estamos hablando en situaciones en países amigos nuestros, países neutrales nuestros”. Todo el mundo sabía que con Argentina en Derechos Humanos no te metas porque no te van dar el brazo a torcer. Lo bueno era que los países más interesados, más desarrollados y grandes propulsores en Derechos Humanos, le interesaba que fuera Argentina porque iba como un hermano herido a decirle a los otros no hagan la misma macana que hice yo y no como el grandote del barrio que va y apunta con el dedo y dice a mí me gusta lo que haces y vos no. Ese perfil de la Argentina es totalmente novedoso. No podemos perder esas cosas porque Argentina pudo enseñar que uno puede tener una reacción propia. Hablo de Derechos Humanos y lo mismo puede hacerse con otras cosas. Entonces, Argentina tiene que mirar el mundo hoy, que es muy conflictivo, mirar los conflictos como están, ver qué le interesa a la Argentina de esos conflictos y no meterme y traer a la Argentina conflictos que no son míos. Lo peor que nos puede pasar a nosotros, y ha ocurrido en otros lugares, es que se terminen peleando en Argentina países y sociedades que no se pelearon nunca en Argentina. Esto es algo que los extranjeros miran y dicen: ¿cómo es posible que descendientes de países que se odian en Argentina se llevan bien? Esto es clave y es lo principal que marcaría. Hablando de política y de geopolítica, la Argentina está perdiendo su papel de liderazgo en la región. La Argentina necesita a la región, a países como la Argentina que se alíen con otros países de la región y que le den una voz a America Latina para que nosotros podamos llevar nuestros intereses adelante. Si no nos van a venir a buscar. Y no a nosotros, los argentinos, sino a las cosas que tenemos nosotros, y no las vamos a ver más.

Maximiliano Juarez: ¿Qué impacto tiene la decisión del nuevo Gobierno de irse del BRICS? ¿Este desplante tiene una repercusión o cerrar la puerta solo se limita a eso?

Pablo Tettamanti: Recuerdo una frase que me dijo uno de mis primeros jefes: “Pablo,nunca te olvides, no cierres puertas, porque el que tiene alternativas tiene poder”. Yo me pregunto a santo de qué nosotros no entramos al BRICS. Primero hay que saber que es el BRICS. Primero no es un tema político o una alianza militar, es un tema económico. Dicen que los países que forman parte se pelean con los socios que nosotros queremos. La B larga del BRICS es Brasil, que no está peleado con los países que nosotros somos amigos. Para los que cuestionan el BRICS, entonces, el problema no es por ahí. Brasil se abrió y había hecho mucho para que Argentina entrase. Obviamente para ellos era bueno tener otro país Latinoamericano. Argentina es un país que interesa a todos los países de los BRICS. El gobierno actual manifestó que no era el momento adecuado, me parece una buena frase, porque si no es adecuado hoy puede ser adecuado mañana. Algunos de los miembros del BRIS, dijeron bueno, no era el momento adecuado, eso lo tomo con cierto optimismo. ¿Por qué? Nos dejaron la puerta abierta para mañana tratar de revertir esta decisión y no vamos a pagar necesariamente las consecuencias de no haber entrado. Estamos hablando de economías importantísimas, estamos hablando de países con los que la Argentina tuvo históricamente buenas relaciones, estamos hablando con países que a la larga y a la corta se van a llevar bien con otros países, de perder la oportunidad de tener otras alternativas económicas. Éste es un grupo que está apostando a tener otras alternativas para el dólar como moneda de reserva. Es lo mismo cuando uno escucha que no le interesa el swap de China y después a todos los Gobiernos les interesa porque si no estamos en el horno. Si miro la lista de los países que ingresaron, que fue una enorme discusión entre ellos, vemos que Argentina es el único país que no estaba directamente ligado a la zona geográfica en la que abrieron el BRICS. Nos vinieron a buscar hasta América del Sur. Repasen la lista de los países que ingresaron y pregúntense si no hay países que son primordiales aliados de aquellos países que buscamos que nos miren con cariño. Entonces uno dice: esto es una estupidez.

Maximiliano Juarez: ¿Se puede tener una política exterior ideológica? ¿Argentina podía tener un alineamiento con Estado Unidos y abrirse a posiciones de países que apuestan al multilateralismo?

Pablo Tettamanti: La única ideología que Argentina tiene que tener en política exterior es el interés de la República Argentina. Si me voy a manejar con los países que me causan más o menos simpatía a mí me parece que hace falta un análisis histórico más profundo. Si uno mira alrededor se da cuenta que la cosa no pasa por ideología porque los Gobiernos en las democracias cambian periódicamente. Y no puedo cambiar mis alianzas fuertes cada vez que yo cambio de Gobierno. Esto puede ser la frutilla del postre. Pero el corazón del postre son los intereses más profundos y eso es exactamente lo que ocurre, incluso ahora. Soy tradicionalista, y como tradicionalista se supone que el Presidente es el que maneja la política exterior y todavía estoy esperando que diga algo al respecto. Si no simplemente maneja esto como si estuviera ante un equipo de fútbol. Puedo ser un fanático, pero cuando termina el partido vuelvo a mi casa y sigue mi vida. Pero la política exterior no funciona así. Las cosas que digo y hago tienen consecuencias para el país. El manejo ideológico que se está tratando de plantear no es la manera de encarar las cosas. No resuelve los problemas de fondo que tiene la república. Hay mucho ruido por arriba que hace que la gente no vea en el fondo que se está negociando. Hace falta un poquito más de análisis y sinceridad con lo que se está tratando de hacer. El ruido está bien, las redes ayudan, es simpático, pero la verdad del estofado es qué estoy haciendo con el MERCOSUR, si estoy negociando o no. Lo escuchó a Uruguay que dice voy a negociar con China, y no puede negociar solo por afuera. A la hora de la verdad se mete en el MERCOSUR y empezamos a hablar de las cuestiones que nos interesan en el MERCOSUR. Empezamos a trabajar con los países que nos interesan en el MERCOSUR. Hablamos con los socios y vemos que no tenemos un acuerdo con América Central, y éstas son las cosas que interesan. Entonces, ¿para que ando diciendo cosas que pueden molestar a un canciller o al jefe de Estado de un gobierno o un país con el que históricamente me lleve bien y me tengo que llevar bien, a pesar de que ideológicamente no es lo que me gusta? Los extranjeros son extranjeros. Ellos hacen los que se les da las ganas y a nosotros no nos preguntan nada. Va a haber elecciones en un montón de países amigos nuestros y nadie va preguntarle al gobierno argentino qué le parece a la hora de ir a votar. Se van a fijar si le viene bien un candidato u otro.

Marcel Aguilera: ¿Nos aclarás el panorama de Venezuela y la posición argentina?

Pablo Tettamanti: Es un tema extremadamente complejo. Es importante saber que en Venezuela las regalías del petróleo tenían que ser hasta constitucionalmente destinadas al sector petrolero. No había distribución de ingresos. Esto cambió drásticamente con el Gobierno de Hugo Chávez. Ahora pareciera que los de afuera toman partido por esto, dependiendo de cómo les resulta el gobierno de turno. Estas visiones no tienen en cuenta qué es lo que está pasando en Venezuela y cómo la están pasando los venezolanos. Hay muchos millones de venezolanos que han salido de Venezuela y es una cosa que no podemos pasar por alto. Con nuestra tradición de no meternos en asuntos internos no podemos decirles a los venezolanos cómo lo tienen que resolver, pero están con problemas. En ciertos temas como DDHH saben cuál es la posición de la argentina. No me pidan una cosa que no voy a cambiar. Y en cuanto a las últimas elecciones, es importante para la propia Venezuela que sea respetado internacionalmente. Hay países que hasta por intereses están dispuesto a cambiar su posición que había sido contraría al Gobierno actual de Venezuela porque les venía bien del lado de los recursos. Pero Venezuela tiene que pensar qué es lo que quiere hacer. Cuando uno ve el llamado de Lula para que muestren el resultado de las elecciones y uno ve que eso no termina de pasar, es muy difícil evitar que eso no sirva de argumentos para los que quieren criticar a Venezuela, cosa que no necesariamente hacen por el tema de la democracia. Muchas veces tiene que ver con temas económicos. En resumen, nosotros tenemos una buena relación, históricamente nos llevamos muy bien, le debemos mucho a Venezuela. Históricamente los venezolanos me dicen que no podían olvidar la Doctrina Drago, que fue cuando salimos a criticar que le fueran a cobrar por la fuerza, con intervención militar directa, su deuda externa. El que reaccionó en la Argentina fue un gobierno liberal. Simultáneamente, vemos que las instituciones en Venezuela necesitan un refuerzo. Les dijimos que estamos dispuesto para trata de ayudarlos. Les dijimos que tengan la presencia de Naciones Unidos sobre Derechos Humanos. Que no les den excusas a los que quieren atacarlos con otros temas haciendo cosas que no corresponden. Por supuesto, la Argentina no va acompañar nunca violaciones a los sistemas democráticos. No es que nos metamos pero no nos pidan que hagamos la vista gorda. No se trata de comprar todo Venezuela o decir que a los venezolanos hay que tirarlos por la borda, esto es infantil. Nosotros lo sentimos como un tema propio y es necesario que los venezolanos no se quieran ir de su país. Se fueron cinco millones, algunos a pie, otros en avión. Hay un motivo por lo cual esto ocurre. Nos ayudarnos cuanto tuvimos problemas internos en la dictadura y la represión. Ahora tenemos que ofrecerles nuestra mano para que vean que hay manera de hacer las cosas mejor. Ellos tienen la carga importante como Gobierno de demostrar que el proceso electoral que atravesaron es normal. Pero no pueden simplemente esperar que nosotros les digamos que cualquiera cosa que hagan están bien. Cualquier cosa que hagan no.

Maximiliano Juarez: ¿Cómo va a repercutir la elección del 5 de noviembre en Estados Unidos entre la candidata demócrata Kamala Harris y el candidato republicano Donald Trump en estos conflictos que estamos analizando? ¿Cómo repercute en la República Argentina con un Gobierno que ya tomó una posición que es respaldar al ex presidente?

Pablo Tettamanti: Voy a decir una frase y después la voy a explicar: no va a cambiar nada. Sea quien sea el elegido va a cambiar la metodología. No los objetivos. Estados Unidos tiene una constancia en su política exterior muy marcada. Por supuesto hay diferencias en las maneras en que encaran las cosas. Las diferencias entre las elecciones son un problema de los propios ciudadanos de Estados Unidos porque es la política interna la que va a tener un gran cambio. En política externa la metodología va a cambiar, pero no van a cambiar los amores y los odios que vienen de larga data. Si uno mira los conflictos de los que hemos hablado, no son conflictos en que estén involucrados directamente. No hay tropas de Estados Unidos metidas ahí. Esto no es una casualidad. Respecto a la Argentina tenemos que tener conciencia de que no estamos en las primeras preocupaciones de Estados Unidos. Principalmente porque es un país que ellos consideran amigo. Es un país que se puede equivocar o no equivocar, estar de acuerdo con algunas cosas o no, pero en definitiva lo que pasa en la Argentina de hoy en Estados Unidos tiene un impacto bajo. Esto es una condena y un beneficio. Pienso que nuestra política con Estados Unidos debe ser la de la hormiga con el elefante. No picar donde duele. Cuidado que te pise sin querer. Tratar de ponerle un gran valor al futuro de la Argentina tiene que ver mucho más que ver con el futuro de algunos argentinos que de la Argentina como república. Entonces me parece que hay que diferenciar las dos cosas. Por supuesto que hay intereses en la Argentina a los que les va a venir mejor una cosa u otra, pero en Estados Unidos para su relación con la Argentina no va haber un gran cambio. Nosotros tenemos que saber cuáles son los problemas reales que nos planteamos frente a Estados Unidos. Me preocupa mucho más que los inversores extranjeros puedan elegir el tribunal al que pueden llevar las causas a que Estados Unidos venga a invadirme con sus Fuerzas Armadas porque tengo la experiencia de que debo contratar abogados en los EEUU para lidiar en los tribunales de Nueva York, por cosas que ocurrieron acá. Esto no es razonable. Por eso, nada de esto va a cambiar. Tenemos que tener en claro una cosa: para la idiosincrasia de Estados Unidos ellos no regalan nada. Si tenemos intereses comunes vamos a poder negociar. Si no tenemos intereses comunes no vamos a poder negociar. Pero regalos no va a haber, sea Trump o Harris quien gane la presidencia.Cuando la gente habla de la Doctrina Monroe, yo digo esta doctrina, esa frase “América para los americanos” la dijo una persona de EE.UU. y está mal traducida porque en EE.UU. “América for the americans” se traduce América para los estadounidenses, no para el continente. Después la extendieron al Caribe y América central, nunca fue America del Sur. Cuando cumplimos 200 años del establecimiento de relaciones diplomáticas con Brasil, teniendo en cuenta que antes estábamos con la guerra con el imperio lusitano por la independencia de Uruguay, les fuimos a decir a Estados Unidos “América for the americans” y qué pasa acá. ¿No nos van a dar una mano con los europeos? Y nos dijeron que era un problema nuestro, que nos arreglemos. Entonces si voy y les digo que cuentan conmigo siempre de su lado, ellos van a decir gracias. Y cuando les regales un perrito y después les preguntes si no te va a dar nada por todo esto, te van a contestar: “Vos me lo regalaste, me hubieses dicho que me lo ibas a cobrar. Yo a los regalos, los regalo y alguno los tiro”. Seamos un poco más sinceros con esto. Nosotros tenemos valores en común, nuestra Constitución está basada en la Constitución de Estados Unidos, nacimos en un régimen democrático y republicano con estas aspiraciones, nos entendemos bien con esto, pero ellos están allá en el norte y nosotros acá en el sur. Nosotros no somos un problema para ellos, hagamos las negociaciones con cosas que nos interesan y corresponden. No adjudiquemos mayor valor del que tienen. Y, repito, el futuro de la Argentina depende de nosotros no de lo que pasa en Estados Unidos.

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