Delitos, estafadores y cómplices

El atraso cambiario, la recesión, y las penurias de las mayorías nacionales no son impedimento para que Milei cometa presuntamente un delito (la promoción de un negocio privado en el ámbito de las criptomonedas) con derivaciones imprevisibles. Así alcanzó nuevamente repercusión internacional, pero no por lanzar un discurso lleno de sorpresas y ocurrencias en algún cónclave de la ultraderecha global, sino por haber presentado una memecoin que luego de subir en horas su cotización vertiginosamente se desplomó, arrojando una utilidad de 100 millones de dólares para un puñado de vivillos que se cuentan con los dedos de las manos y la pérdida de todos sus aportes para el resto.   

Era prudente aguardar a que se aquietaran las aguas para volver sobre unas palabras de Luis “Toto” Caputo referidas al atraso cambiario. En efecto, durante un reportaje armado para negar exigencias del FMI referidas a la eventual devaluación y la eliminación del así llamado “cepo”, había dicho el ministro de Economía que si  hay algún problema con el tipo de cambio no es que el dólar esté atrasado, sino que en la economía local algunos precios están adelantados. El argumento del ministro causó perplejidad en centros académicos, estudios y consultoras, y renovada indignación y estupor  en ámbitos opositores, donde se destacó además que ni la apertura comercial indiscriminada, ni la caída vertiginosa de los ingresos de asalariados, jubilados y pensionados, entre otras decisiones políticas, frenaron el alza de los precios. Dicho en otros términos: aunque ahora suban menos que en el pasado inmediato (algo lógico dado el marco recesivo en una comunidad nacional exhausta), los precios no abandonaron su entusiasmo alcista. Y lo ensayan por encima del ajuste mensual del tipo de cambio, un precio muy particular que continúa intervenido por el gobierno libertario.

Las palabras del ministro de Economía remitieron sin escalas, al establecer esa relación entre el adelanto de una cosa y el atraso de otra, a la idea de “movimiento”, la cual ha sido problemática desde la cuna de la cultura occidental. Y sirve para ilustrar ese carácter tener presente que en la Argentina fue Jorge Luis Borges, entre tantos otros, quien exhumó la famosa segunda paradoja de Zenón de Elea, la de Aquiles y la tortuga, en un breve y muy erudito artículo que incluyó en Discusión, su libro dado a la imprenta en 1932.

Quizás el ministro Luis “Toto” Caputo lo tuvo en cuenta: Zenón de Elea (490-430 a. C.) en su segunda paradoja describió al mítico guerrero Aquiles, el de los pies ligeros,  compitiendo con una tortuga. Y Borges, decidido a dirigir al lector por un laberinto de citas y referencias bibliográficas, copió de una de sus fuentes (“la menos apurada exposición de G. H. Lewes”) que Aquiles, símbolo de la rapidez que corre diez veces más ligero que la tortuga, le da inicialmente a ésta, símbolo de la morosidad, diez metros de ventaja. Entonces anota Borges: “Aquiles corre esos diez metros, la tortuga corre uno. Aquiles corre ese metro, la tortuga corre un decímetro. Aquiles corre ese decímetro, la tortuga corre un centímetro. Aquiles corre ese centímetro, la tortuga un milímetro. Aquiles el milímetro, la tortuga un décimo de milímetro, y así infinitamente, de modo que Aquiles puede correr para siempre sin alcanzarla. Así la paradoja inmortal.”

En definitiva, apelando al hecho intuitivo de que todo movimiento es divisible indefinidamente, y de igual manera el tiempo en fracciones cada vez más pequeñas, la conclusión cae de maduro: Aquiles nunca logrará dar alcance a la tortuga que se desplaza delante de él sencillamente porque el movimiento, en última instancia, es una ilusión, algo impropio del mundo. Y antes de abandonar la Antigüedad Clásica es oportuno recordar someramente las peripecias de Zenón y su final. Fue un auténtico enfant terrible, un intelectual brillante, un genio que se dedicó a la filosofía y logró ser discípulo de Parménides, con quien viajó a la ciudad de Atenas donde conocieron a Sócrates. La relación con Parménides fue sentimental, muy íntima, algo ciertamente woke, como dirían los libertarios actuales, pero que no alcanzó para retenerlo e impedir su regreso a Elea, donde incursionaría en la militancia política. En efecto, Zenón se incorporó a una conspiración para destituir al tirano de su ciudad natal, pero antes de actuar fue acusado de traición, detenido y torturado hasta morir. Respecto de su muerte hay una versión que lo retrata y atravesó la historia hasta la actualidad: llevado a comparecer ante el tirano, se abalanzó y le mordió la nariz, y como no la soltara los guardias le pegaron garrotazos hasta provocar su fallecimiento.

Así que a la luz de la segunda paradoja de Zenón el nivel de precios en esta etapa severamente recesiva sería equiparable  con la tortuga, algo “adelantada” debido a la ventaja inicial concedida por Aquiles, pero con una marcha en ascenso lenta y persistente. Como es obvio el tipo de cambio vendría simbolizado por el héroe de la Ilíada, también evolucionando para arriba (hasta hace poco al 2 por ciento, ahora al 1 por ciento mensual) pero que sólo alcanzaría a los “precios adelantados” si estos permanecieran absolutamente estables o incluso descendieran, retrocediendo. Y cualquiera que visite al súper de su barrio sabe que esto último no sucede y que por añadidura, como señaló el gobernador bonaerense Axel Kicillof, dado el perenne atraso del tipo de cambio “comenzaron a un ritmo cada vez mayor a cerrar empresas y a perderse empleos, porque los bienes importados van sustituyendo a la producción nacional”. El gobernador destacó también que la política económica actual requiere, para alimentar la especulación financiera en general y el carry trade en particular, un permanente egreso neto de dólares, que determina a su vez la duración del esquema. Pero tampoco eso es problemático para las autoridades, insensibles a cualquier adversidad y contradicción, porque como dijo Caputo (¡Luis “Toto” Caputo!) en una reciente entrevista televisiva: “No te olvides que la Argentina fue un país dominado por el negocio financiero en los últimos veinte años, porque era tal la volatilidad que era más importante el manejo financiero que el de la industria propia… Nosotros estamos erradicando eso.”

Y así las cosas llegó el viernes 14 de febrero. Y el jefe de quienes luchan contra “un país dominado por el negocio financiero en los últimos veinte años”, el Presidente de la Nación, poco después de las 19 hs. tweeteó en su cuenta personal de X: “La Argentina Liberal crece!!! Este proyecto privado se dedicará a incentivar el crecimiento de la economía argentina, fondeando pequeñas empresas y emprendimientos argentinos. El mundo quiere invertir en Argentina.” Luego informaba la identificación, el contrato y el nombre de la nueva cripto (vivalalibertadproject.com, Bo9jh3wsmcC2AjakLWzNmKJ3SgtZmXEcSaW7L2FAvUsU, $LIBRA) para cerrar el tweet con el consabido: VIVA LA LIBERTAD CARAJO…!!!

En ese momento el valor de $LIBRA era de $0,000001, pero rápidamente luego de la intervención de Milei (la celebrity imprescindible, como hacía una semana fuera el presidente de la República Centroafricana para anunciar la gestación de otra nueva cripto por el estilo, otorgarle visibilidad, viralizar la convocatoria y aspirar parvas de dinero que luego irían a parar a las billeteras de un puñado de estafadores) ascendió a cerca de $5. Pasaron unas horas y resultó evidente que la memecoin $LIBRA había servido para desplegar una estafa conocida en el mundillo de las cripto como rug pull (tirón de alfombra), que habría arrojado escasísimos ganadores (posiblemente los dueños o desarrolladores del proyecto, no más de diez) y miles de billeteras cripto estafadas. Y como escribió Kicillof en sus redes: “Milei tiene que explicar ante el país y ante la justicia quiénes son los estafadores y a quiénes benefició. Tiene que quedar claro si él y su entorno están entre los estafadores. El presidente de la Argentina fue parte de una estafa mundial. Es un escándalo y una vergüenza. Pero, ante todo, es un delito.

En esta historia hubo especulaciones diversas, incluso respecto de un eventual hackeo de la cuenta donde se promoviera la nueva memecripto, pero el hecho fue descartado por el propio interesado, quien dijo a una agencia de noticias extranjera que la empresa que estaba detrás era KIP Protocol, que se había reunido con ellos unos meses atrás (en octubre) y aclaró que el desarrollo del proyecto no lo tenía involucrado, que era “puramente privado”. Mientras comenzaban las denuncias en la Argentina y en el exterior, Milei borró el tweet promocional de $LIBRA y lo reemplazó por otro, en el cual dijo que había publicado un tweet hacía unas horas “como tantas otras infinitas veces, apoyando un supuesto emprendimiento privado del que obviamente no tengo vinculación alguna”. Y agregó: “No estaba interiorizado de los pormenores del proyecto y, luego de haberme interiorizado, decidí no seguir dándole difusión (por eso he borrado el tweet).” Simultáneamente desde la cuenta de KIP Protocol postearon: “Hoy fue el lanzamiento del proyecto Viva la Libertad y la moneda $LIBRA ha sido un éxito, y queremos agradecer a todos por su confianza y apoyo. Queremos aclarar que el presidente Milei no estuvo ni está involucrado de ninguna manera en el desarrollo del proyecto que es absolutamente privado.” Pero lo cierto es que la cripto moneda tuvo una rápida y abrupta caída, y unas pocas cuentas se llevaron una ganancia calculada entre 70 y 100 millones de dólares.

La publicación del primer tweet fue denunciada tanto periodísticamente como en sede judicial por violatoria de la Ley 25.188 (de Ética en el Ejercicio de la Función Pública), hecho delictivo que luego, con el correr de las horas, sería complementado por la presunción de violación de la Ley de Administración Financiera y de varios artículos del Código Penal, por mal manejo de información privilegiada y por tráfico de influencias, más un largo etcétera que incluyó la posibilidad de asociación ilícita, defraudación, coimas y lavado de activos. Sion embargo, durante el fin de semana inmediatamente posterior al lanzamiento de $LIBRA, y con el escándalo funcionando a pleno como un volcán en erupción, el ministro Luis “Toto” Caputo y la secretaria Karina Milei recorrieron la Plaza Seeber, en Palermo. La actividad proselitista respondió a la intención de captar adhesiones para Karina (quien por esas horas también aparecía mencionada con insistencia en el criptogate) y arrojó dos curiosidades: habrían conseguido 200 nuevos afiliados, y el ministro de Economía se entretuvo estampando autógrafos en billetes de uno y cinco dólares que le acercaban los presentes.

El escándalo trascendió las fronteras y el Departamento de Justicia y la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) recibieron una primera denuncia radicada por el estudio jurídico argentino especializado en casos de insolvencia internacional y fraudes financieros, Moyano & Asociados, que también notificó a la Comisión de Valores norteamericana. Además en el “reporte de operaciones criminales” correspondiente se advirtieron de manera explícita el papel que asumió Milei en la cuestión, así como también los roles que asumieron el estadounidense Hayden Mark Davis, el singapurense Julian Peh y los “empresarios” argentinos Mauricio Novelli y Manuel Terrones Godoy, de origen español. Y a propósito de Hayden Mark Davis, fotografiado promiscuamente con Milei, CEO de Kelsier Ventures y fundador de $LIBRA, aseguró q ue poseía 100 millones de dólares “para inyectarle liquidez” al proyecto, pero que aguardaba instrucciones de las autoridades argentinas, verdaderas responsables del derrumbe de las cotizaciones de $LIBRA. En efecto, según Hayden Mark Davis faltó continuidad en el apoyo de Milei a la iniciativa según lo acordado, y advirtió que habrá de difundir los detalles de ese plan que contemplaba tres etapas.
Para concluir, habrá que recordar un proverbio bíblico que sentencia que quien combate dragones se convierte en dragón. Javier Milei puso especial empeño durante muchos años en criticar a un gigante de la cultura, el economista John Maynard Keynes, quien a su vez administró varias empresas financieras y a lo largo de su vida especuló con acciones y monedas, sufriendo altibajos, hasta consolidar una fortuna. Pero está claro que Milei no es ni puede ser Keynes. Cuando el lunes dio una entrevista exculpatoria y comparó la inversión en $LIBRA con jugar a la ruleta rusa (“Es como que alguien juega a la ruleta rusa y le toca la bala”) ratificó sin querer una sutil observación de Keynes referida a la especulación de todo tipo: “Muchos individuos atraídos por esos mercados tienen un carácter dominante e incluso psicopático. Si esas energías no pudieran encontrar una salida en los esfuerzos realizados tratando de hacerse ricos, se podrían dedicar a otras carreras en las que serían capaces de ejercer una abierta e incluso desenfrenada crueldad. Es mucho mejor tenerlos ocupados en Wall Street o en la City londinense que en la Mafia o cualquier otra rama de la delincuencia organizada.”

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