Bajo fuego: el cine argentino paralizado por Milei

El ataque del Gobierno de Javier Milei al cine «es más ideológico» que «una medida económica» de ajuste, coinciden en afirmar los cineastas Santiago Giralt, Camila Toker y Tamae Garateguy. Es el trío más mentado por la saga UPA!, cuyas películas combinan el documental y el drama en tono de comedia. El nuevo episodio fue elegido para abrir el 26ª Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente, conocido como el BAFICI. En una entrevista coral con Y Ahora Qué?, señalan que «el humor» es la mejor defensa para enfrentar al autoritarismo.

Parece una de terror. O una fábula distópica.  Pero la verdad cruda es que la cinematografía argentina está paralizada. Ocurre por primera vez en la historia. «Es un plan» para «la destrucción del pensamiento crítico» y las industrias culturales, sostienen los artistas que forman un colectivo: comparten  la producción, el guión, la dirección y la actuación de la odisea UPA. Para levantar la voz, se reúnen en una salita del emblemático San Martín, templo del teatro pero también del cine con la clásica Sala Lugones.

–¿Cómo reaccionan frente al ajuste? ¿Se ponen en acción, toman la cámara y filman?

–(Giralt) En principio, sí. Podemos reaccionar filmando. Es porque tenemos un capital simbólico de experiencia y de colaboradores. Pero el problema hoy es la generación nueva.

–¿Cómo lo sufren los que aún carecen de una trayectoria?

–(Giralt) Si esto se corta hoy, se va a cortar el cine argentino por los próximos 20 años. Nosotros podemos filmar con ciertas condiciones precarias. Por la experiencia y porque hay un apoyo que el recorrido te ha dado. Pero lo que están cercenando es el presente y el futuro. Cercenan la formación de técnicos y de nuevos directores. En las artes, como en la ciencia, hace falta apoyo estructural del Estado.

–¿Cómo se expresa ese respaldo estructural?

–(Giralt) Porque se trata de prueba y error. Debe estar la posibilidad para un ‘operaprimista’ (autor de ópera prima). O de una movida como las películas de Historias Breves. Todas esas cosas que surgían del INCAA, para que un director haga su primer corto, su primera película, su segunda película, su audiencia media. Todo eso se genera con una infraestructura de apoyo. Vamos a tener que defender hasta el final este espacio y reconstruirlo en el momento que cambia el color político del país.

–(Toker) Se trata de políticas culturales. Nosotros respondemos. Salimos y hacemos. Esa fue nuestra manera siempre. Hoy parece como la única salida. Antes era una alternativa para hacer determinado tipo de películas. Mientras, también trabajábamos y hacíamos como todo el mundo.

–¿Con los subsidios del INCAA?

–(Toker) No solamente. Se trata de políticas culturales. No se trata solamente de dinero. Se trata también de un marco jurídico. Una banca institucional para también generar coproducciones ¿Y eso de qué se trata? De trabajo, de gente trabajando.

–¿Ahora las filmaciones y grabaciones están en el congelador?

..(Toker) Hoy, nuestro colectivo cinematográfico está parado. No hablamos solamente de nosotros presentando guiones o queriendo dirigir películas. Estamos hablando de una cantidad de técnicos de calidad enorme. Gente súper bien formada por la cantidad de películas que vinieron haciendo con el apoyo del Instituto. Y también de muchos que salen de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica, la ENERC. De las escuelas del INCAA.

–¿Un estudiante de cine no tiene futuro en Argentina?

–(Toker) Todo esto que hablamos, se corta. Es un corte económico muy fuerte. Para nuestro presente y para la gente de nuestra generación. Pero fundamentalmente, es abolir el futuro del cine argentino.

–(Garateguy) Sí, sí. Porque el problema es ideológico. No es económico como ellos argumentan. Porque atacan a la industria del cine. Una industria que trae divisas al país. Genera impuestos del trabajo. Genera economía. Hace que se exporte. Es como cualquier industria. Pero claro, el ataque es, por otro lado, ideológico. Es ataque contra nuestras existencias. Porque nosotros proponemos diversidad, proponemos  discusión.

–(Giralt) Hay una destrucción del todo lo que genere sujetos críticos. Lo que están haciendo es meterse con la educación, con las bibliotecas públicas, con el arte…

–(Toker) ¡Con la ciencia!

–(Giralt) Exacto. Y quieren que el único discurso dominante sea el de las barbaridades que dicen. Que no haya contradiscursos. Por eso, en un sentido, debemos unir nuestros discursos sobre el arte. Generar contradiscursos. Y vuelvo a la idea del error y el fracaso.

–¿De qué modo se procesa el éxito y el fracaso?

–(Giralt) Hay una cosa del exitismo capitalista, libertario, absurdo, ridículo, que no es como funciona la sociedad. Los logros de la humanidad se alcanzan a través de experiencias que son colectivas. Y que tienen reacomodamiento y pactos. Esto es otra cosa que a mí me preocupa mucho de este gobierno, la ruptura de pactos sociales.

–¿Te referís a la ruptura del contrato social básico?

–(Giralt) Sí, con lo que habíamos acordado. Que había 30.000 desaparecidos. O el derecho al aborto. O el derecho a casarse con quien uno quiera ¡Se metieron en nuestras camas!

–Garateguy) Mienten. Distorsionan la información. Es un plan ¿entendés? Por eso el ataque. Lo que te decía es que nosotros tenemos una industria. Por eso no es un tema ni siquiera económico. Lo que quieren es destruirnos como existencias y como sujetos.

–(Toker) Como sujetos críticos, como sujetos colectivos.

–(Garateguy) Sí. Especialmente porque el cine se trata de generar dinero. De generar grandes negocios. Mueve grandes presupuestos. Entonces este ataque no es por el tema económico. Es porque no nos quieren como sujetos pensantes. Y por el poder que tiene el cine, concretamente.

–(Giralt) ¿Y cuál sería la estética cinematográfica que devendria de esta convocatoria a los concursos con fotos hechas en Inteligencia Artificial. Es censura previa en los proyectos ¿La estética, qué es eso? Bienvenido al que lo descubra, al que se atreva.

–¿Pero a la vez no es factible tener en cuenta que el cine se autofinancia con el precio de las entradas a la salas?

–(Giralt) Exacto. Y lo que pasa con las entradas, no se encuentra en otros niveles culturales.

–(Garateguy) Exactamente. Los fondos no venían de ningún impuesto que tuviera que poner la gente. Nos cansamos de decir esto. Informan mal, desinforman. Sufrimos una campaña de desprestigio. El porcentaje de las entradas de cine surge de un pensamiento virtuoso que es: de los ‘tanques’ de Hollywood, que hacen dinero y se lo llevan, bueno, se sacó un porcentaje para fomentar cine argentino.

–(Giralt) ¡Es maravillosa esa idea!

–(Garateguy) Y de la antena que tienen que pagar. Por eso te quiero decir que no pasa tanto por ahí. Pasa porque estamos sufriendo un ataque y por  eso decidimos responder con nuestra propuesta.

–(Giralt) Y ¿quién se queda con las cajas, el Fondo Monetario?

–(Garateguy) Por eso queremos que vuelvan los concursos en el INCAA ¿Adónde va ese dinero recaudado? Porque dinero, hay.

–(Toker) Debería haber…

–(Garateguy) Hay presupuesto ¿Por qué exigen que haya jurados que no cobran por su trabajo? Les toca leer ¿Por qué están convocando jurados que no cobren?

–(Toker) O sea gente de la industria con trayectoria. Los concursos de jurados se arman a través de diferentes personajes de la industria. Que representan distintos a directores, autores, actores, y que se juntan durante un determinado tiempo. No son fijos.

–(Giralt) Lees unos 15 proyectos, en principio.

–(Toker) Es decir que hay que elegir y seleccionar. Hay que analizar los proyectos para estos concursos. O sea que es bastante dinámico. Es un intercambio. Hay que tomarse un trabajo. Hay que leer un guión. Hay que analizarlo. Proponer por qué si o por qué no para que un proyecto salga a la luz. Antes esto se pagaba. No era tampoco un gran dinero. Era algo de dinero.

–(Giralt) Nunca fue tan grande la suma.

–(Toker) Al final, no sentías que lo estabas haciendo por nada. Hablamos de dinero y era mal pago, pero dinero al fin. Ahora pretenden que lo hagamos sin cobrar ni un solo peso.

–(Giralt) Cuando uno veía que el sistema va alimentando las películas, no era un gran sueldo. Pero era la parte que uno daba como servicio a la comunidad. La parte que era un poco recompensar el tiempo que llevaba leer los guiones. Porque había algo hermoso. La vez que me tocó ser parte de un comité no fue por el sueldo.

–¿La remuneración no importaba?

–(Giralt) El sueldo era lo que le daba la forma, también, a la responsabilidad, al compromiso. Era devolverle al cine estar en una mesa de consenso. En su momento me tocó trabajar con la actriz Esther Goris. Era para decir cuál película y qué se debatía en esa mesa. Es un lugar importante.

–(Garateguy) Pero hay mucha gente que queremos y abogamos por la claridad y por tomarse el trabajo.

–¿Pueden las plataformas o capitales extranjeros representar en las ficciones la idiosincracia y la identidad argentinas, en reemplazo de nuestros autores?

–(Garateguy) Eso está pasando. Eso dicen los propios brasileños, en un megapaís que es una potencia en lo cultural. Ellos no tienen la cinematografía que tenemos. Ellos mismos dicen que el sistema de financiación del cine en Brasil es a través del mecenazgo ¿Cuáles son los mecenas?: los canales de televisión. Son los que generan producciones con estrellas de la televisión. Las que tengan muchos seguidores.

–(Toker) Es un pensamiento de mercado.

–(Garateguy) Bueno, no está mal. Se trata de un entretenimiento, un producto. Pero no es un cine de calidad, competitivo, que te llegue a ganar un Óscar (salvo el último caso de ‘Aún estoy aquí’). Pero no a estar en un lugar de mayor prestigio, como el Festival de Cannes. O estar en las plataformas. Estar en todas las áreas, en todos los tipos de cine que constituyen el corpus de una cinematografía. Eso lo tiene el cine argentino. Una potencia increíble a nivel mundial.

–(Giralt) Y con la cantidad de cineastas mujeres que hay.

–(Garateguy) Acá fue el INCAA el que apoyó todas esas instancias. Desde una película de Juan José Campanella hasta una de Lisandro Alonso, súper extrema, si querés, muy autoral.

–(Giralt) Como las de Lucrecia Martel.

–¿Parecería que las polémicas que hubo con directores anteriores del INCAA quedaron mínimas en comparación con la actual?

–(Toker) ¡Aquellas no son nada comparado con esto!

–(Giralt) Durante el macrismo, hay un momento en cual el director del Instituto reconocía a los directores y saludaban. Esteban orgullosos. Decían: «Ah, mirá aquella es directora, la tenés que conocer». Me acuerdo de esa época. Ahora, los directores del Instituto no quieren conocer a los cineastas.

–(Toker) No les gusta el cine, no saben nada de cine.

–(Giralt) Pasamos de algún director pausador que demoraba las películas a uno vaciador. La ley puede ser perfectible o no. Pero aquí se quieren apropiar de todas las cajas. Estamos en un momento de defensa de derechos, conseguidos palmo a palmo. Quieren avanzar sobre todo. Yo pensaba que las democracias modernas producían la expansión de derechos.

–¿Cuáles derechos se pierden o están en riesgo?

–(Giralt) Hoy estamos tratando de que no avancen sobre lo conseguido. ¡Porque pueden venir por el matrimonio igualitario, pueden venir por la ley de aborto, pueden venir por la ley de divorcio.

–¿No se ve hoy el límite al cual puede llegar esta política?

–(Toker) No hay límite.

–(Garateguy) Además, hay que tener cuidado porque asi empiezan las persecuciones. Así empieza la censura. El otro día escuché que funciona una patrulla virtual de vigilancia.

-Sin palos.

–(Giralt) ¡De esos también hay!

–(Garateguy) La patrulla virtual es gente que te persigue en tu existir. En las redes, por ejemplo. Y a través de las redes penetran en tu vida personal. Publican fotos de tu familia ¡Ojo! Igual creo que el cine es un lugar de mucha resistencia.

–(Giralt) Sufrimos todo tipo de ataques. Se metieron con ‘Las niñas del naranjel’, de la escritora Gabriela Cabezón Cámara. Estamos 

entrando en un puritanismo, una cosa muy compleja.

–¿El gobierno y sus seguidores son muy coherentes?

–(Toker) Son casi perfectos en lo suyo.

–(Garateguy) Sí, sí, claro.

–(Giralt) Un día después de que ganó Milei pasaron con una moto y me gritaron: «Zurdooooo». No sé que llevaba puesto. En vez de decirme «puto» me dijeron «zurdo». Una palabra fuera de contexto.

–(Toker) Ahora dicen: «Corran zurdos».

–(Garateguy) Hay una impunidad tal en los discursos de odio. Han pasado tantas barreras. Los consensos previos hacían que por lo menos tengamos cierto cuidado. Cosas que no se podían decir. Sabíamos en esta sociedad que estaba mal amenazar a otro por pesar distinto. Ahora hay defender cosas que parecían ganadas. Tal es el retroceso y tal el avance del discurso de odio, sin filtro.

–¿Sienten que como artistas son blanco de hostigamiento del Gobierno?

–(Garateguy) Está esa cosa de hostigar a determinados artistas en particular. Generar estigmatización del artista «conflictivo» y lo digo entre comillas. Sirve como ejemplificador para todo el resto. Ahí es donde la censura empieza a hacerse carne. Como metodología perversa.

–¿Es un método disciplinador?

–(Garateguy) Exacto.

–(Giralt) Como el orgullo de sostener una motosierra. Está en la película. En el trailer estamos viendo ‘La masacre de Texas’ (película de terror). Ahora, es la masacre de Argentina con una motosierra.

–Las UPA! narran las dificultades de hacer cine, incluso en clave de comedia ¿Esta era la oportunidad de volver sobre el tema y debatir en las salas del BAFICI?

–(Garateguy) Todavía no tuvimos tiempo de hablar con la gente. Pero yo creo que sí, que hay muchos lugares de encuentro dentro del colectivo cinematográfico. Más allá de que no se logró todavía, quizás, una unión con consignas determinadas.

–La marcha en defensa del INCAA se puede ver en la recién estrenada ‘UPA! 4. Una primavera en Atenas’ ¿Se apagó algo el fuego de aquella marcha?

–(Giralt) Sucede que la precariedad económica, el hambre, la necesidad de laburo, nos desorganizan la vida. Eso está pasando.

–(Garateguy) A veces lo violento te descoloca. Te ‘friza’ un poco. Por eso creíamos que con nuestra película y a través del humor era una buena manera…

–(Toker) …de despertar la llama.

–(Garateguy) De nosotros energizarnos. Tratar de conectar con el público, que sienta un poco de energía para levantar el ánimo. Porque lo que buscan estos sistemas de tanta violencia y tanta ordinariez, es descolocar, es deprimir.

–¿Está subestimado el humor como género menor en el cine internacional?

–(Garateguy) Subestimado, no. Es peligroso el humor en el cine. Es peligroso el cine, para el poder que quiere destruir

–(Toker) El que quiere instalar un discurso hegemónico.

–(Garateguy) El humor hace preguntas, señala con gracia.

–(Toker) El humor indica dónde está el teje y maneje.

–(Garateguy) Sabemos que están mintiendo, que están haciendo campañas de desprestigio. Que tienen un sistema violento. Un sistema para reprimir y para oprimir.

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