¿Y ahora qué?

Generic selectors
Exact matches only
Search in title
Search in content
Post Type Selectors

Detrás de Lamelas la que manda es Heidi


Peter Lamelas despista. Encubre más de lo que transparenta. Es un embajador sin experiencia, fiel representante del universo intelectual MAGA. Su personalidad distrae. Pero es en las segundas líneas de la embajada donde se encuentran las claves de la centralidad que tiene nuestro país para los halcones del norte. Humo en la superficie, mientras algo más se cuece por debajo.

Abril, 2025, Misterio. Scott Bessent, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, llega a la Argentina en viaje relámpago. La única persona que logra contener los desbordes del hombre más poderoso e inestable del planeta, Donald Trump, se desplaza 8 mil kilómetros en medio de la guerra de aranceles de EEUU contra el mundo. El orden de sus reuniones en suelo argentino echa luz sobre sus prioridades: primero, con los empresarios de energía y finntechs; luego con el ministro de Economía; y por último, con el Presidente.

¡Es el comercio exterior (del capitalismo de redes digitales), estúpido!

Esta jerarquía no debería sorprender. Trump es el partero de un nuevo orden mundial que emerge de las entrañas del capitalismo avanzado. Los nuevos señores tecno-feudales de este tiempo, las megacorporaciones y los asset managers como Bessent, desplazaron la centralidad de los Estados nacionales, de sus burocracias especializadas y pulsean para ver quién le da el tiro de gracia a la democracia.

La competencia comercial y tecnológica entre EEUU y China explica todo el resto. Trump tiene los pies sobre la tierra, pero argumenta su estrategia neomercantilista, manipulando aranceles y bloqueando puertos como si estuviéramos en el siglo XVIII. Usa sus portaaviones como buques corsarios. Su programa «hamiltoniano» del «America First» es ejecutado por managers de corporaciones, antes que diplomáticos. Casi siempre.

Porque si bien el mantra de esta etapa es “menos Estado”, a veces se necesitan expertos. Y, como ocurre con los abogados, a los cuadros de Estado no los quiere nadie hasta que se los necesita.

Bessent no precisa que la política le abra las puertas para venir advertir en persona a los CEOs argentinos que no quiere exportaciones a China. Un Estado enclenque facilita la cosa. En otro escenario, por ejemplo, son dos gerentes inmobiliarios los que negocian con israelíes y -lo que queda- de Palestina. Elon Musk, el hombre más rico del planeta, inmiscuye al movimiento MAGA en la política doméstica del Reino Unido y de Alemania… EEUU va en dirección a que la estructura misma de su aparato de Estado lleve el sello de X, Amazon, Microsoft, Meta, Alphabet.

Síntomas de la pérdida de centralidad del Estado en el capitalismo de plataformas. Ni siquiera la moneda escapa a la regla. Esta semana el JPMorgan siguió los pasos de BlackRock al lanzar un fondo tokenizado (crypto). Y hasta el Deustche Bank investiga la capacidad de Bitcoin de reemplazar al oro como moneda de reserva. Las tecno acuñan moneda. De esas con las que le gusta apostar a nuestro presidente libertario, siempre encantado de barrer con la definición de lo que es legal y lo que es criminal. La industria basada en blockchain se lo puede permitir.

China no se queda atrás

China acaba de publicar su tercer “policy paper” sobre América Latina. A dos semanas de que Trump difundiera su Estrategia de Seguridad Nacional y en simultáneo al “bloqueo total” de puertos de Venezuela.

Se recalienta la región ya completamente homogeneizada por ultraderecha, con el triunfo electoral de Juan Antonio Kast en Chile y la presumible derrota de la izquierda en Colombia en mayo.

Ante la ampliación de la presencia militar estadounidense en la región, los chinos proponen dos alternativas: sumisión incondicional a EEUU o colaboración/cooperación con Pekín.

El imperio no es bobo

Poner la lupa en las segundas líneas de La Embajada puede contribuir a leer mejor las dinámicas de poder real en las que el país se encuentra inserto. Mientras seguíamos a distancia los devaneos de Peter Lamelas ante el Senado para convencer de que era tan antiperonista como Milei y venía a asegurarse que Cristina Kirchner, esa marxista, no saliera de prisión, por debajo se cocían habas.

Discreta, pero muy activa, desembarcaba en el palacio Bosch, por segunda vez, Heidi.

Heidi Gómez Rápalo es un águila guerrera. Ella es la verdadera apariencia que no engaña. El proyecto “cesarista” que expresa Trump no envió a cualquiera a estas orillas. No esta vez. Especialista en transporte y comercio exterior forjada en los destinos diplomáticos más estratégicos de la compulsa global, egresada del National War College con una maestría en Seguridad Nacional y otra de la London School of Economics, Heidi es la verdadera representante del gigante del norte. La Vicejefa de misión cultiva el bajo perfil pero posee más de 25 años de experiencia en el Departamento de Transporte norteamericano (Ministerio encargado de asegurar la efectividad de la logística interior y exterior de los Estados Unidos, incluído el comercio internacional). Una especialista en “la apertura de mares y cielos” a corporaciones de sus connacionales en las redes globales de producción.

El Salón de los Espejos Libertario

Los negocios están cambiando en el mundo. En Argentina seguimos los sucesos globales a nuestro modo. La idea de “cadena de valor” internacional sirve a la representación mercantilista del comercio internacional (de sus logísticas, buques, seguridad y derecho del mar, puertos, multinacionales). Pero hoy se queda corta. Para entender la actualidad conviene pensar ese mapa del comercio global en término de Redes Globales de Producción. Logísticas compartidas de drones y granos, de información civil y militar, crecimiento y caídas exponenciales, y transacciones que disuelven lo legal en lo ilegal y viceversa.

Un Trump cesarista ordena a la banca multilateral (FMI, Banco Mundial) favorecer discrecionalmente a sus aliados principales, los fondos de inversión dueños de deuda argentina, a través del salvataje al programa monetario del gobierno argentino.

Se empieza a notar el lugar del país en los engranajes financieros y comerciales de la nueva y poderosa oligarquía milmillonaria que conduce la compulsa por el dominio mundial.

Lamelas, Heidi y el Comando Sur

Los cinco principales destinos de las exportaciones argentinas este año son: Brasil (15%), China (10%), Estados Unidos (9%), Chile (8%) e India (6%).

Los productos se concentraron en soja, maíz y cereales (23%), aceite de soja (11%); alimentos y bebidas (15%); minerales (12%) principalmente petróleo crudo; y animales vivos y productos animales (9%).

Además, en los primeros 9 meses del año crecieron significativamente las exportaciones a India (+57,8%), China (+29,3%), Estados Unidos (+23,1%). Las exportaciones crecieron moderadamente (+7,5%), mientras las importaciones aumentaron fuertemente (+30,6%). El superávit comercial se contrajo considerablemente respecto a 2024.

Asia es un destino clave para exportaciones y el principal origen de importaciones (52,7% del total).

La paradoja argentina, cristalizada en los números del INDEC: nuestro aparato productivo late al ritmo del BRICS –con Brasil, China e India como destinos claves de soja, minerales y alimentos–, mientras nuestro sistema financiero y la brújula geopolítica siguen anclados a Washington.

De ahí la obsesión trumpista por quitar a los chinos del depreciado canal de Panamá, y el sentido de las visitas de la “diplomacia armada” de los jefes del Comando Sur a Ushuaia, afirmando la centralidad de la región y del pasaje bioceánico.

Y ahí no termina la cosa. China logró atar a Perú y Brasil -y el comercio del Atlántico al Pacifico- a iniciativa de la franja y la ruta de Xi Xinping a través del megapuerto de Chancay (Perú) y un futuro tren interoceánico que atravesará todo el ancho del continente.

Entonces, llega Bessent. Y Heidi.

Ahora tiene más sentido el por qué Lamelas (y su esposa, Stephanie), y el cómo no Heidi. Pues antes incluso de que él pisara Ezeiza, ella ya había tenido al menos siete reuniones con diversos ministros, incluidos Patricia Bullrich, Luis Petri, Toto Caputo. Casi todas archivadas en el registro nacional de audiencias como “reuniones de interés difuso”. Ella se reúne con empresarios de AmCham. Los mismos que almorzaron con Bessent.

La encrucijada estadística: dependencias cruzadas

El superávit comercial se contrae, pero la cuenta geopolítica sigue abierta. Y en esa factura, firmada por los asset managers y el Comando Sur, se juega algo más que soja y gas: se juega la soberanía en la era del capitalismo de plataformas.

La estrategia de EEUU para el sur del hemisferio conecta como pinza con el ordenamiento militar que impulsan en la región. Para apropiarse de recursos y para quitárselos a China. Ambos contendientes buscan controlar los flujos y la logística del comercio mundial. Lobby y balas. El precio de la región, del lugar central de la Argentina, cotiza en alza. Y el riesgo, también.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *