El cineasta Woody Allen lo intentó con la cultura. Pero lo hizo en un libro en clave paródica. Apiló sarcasmos contra los típicos clichés del mundo intelectual. En cambio, con los pies sobre la tierra (la única, la redonda, nada de terraplanismo), el eminente científico Alberto Kornblihtt afirma que el plan del presidente Javier Milei es «destruir de manera cruel y perversa» al sistema científico-técnico.
Alberto Kornblihtt no sólo critica al Gobierno sino que explica cuáles son los avances alcanzados en física cuántica, reactores nucleares, agricultura y biomedicina y paleontología, entre otros.
Es raro que algún lector pueda ignorar quién es Kornblihtt ¿Alcanza con decir que es miembro extranjero de las Academias de Ciencias de Estados Unidos, de Francia y de Brasil? ¿O que es licenciado en Ciencias Biológicas, doctor en Ciencias Químicas de la UBA, con un postdoctorado en la Universidad de Oxford, única vez que salió del país para perfeccionarse? ¿No es una mente brillante que provocaría una revolución en el mercado de pases si se lo llevara un centro de investigación o una universidad de una nación desarrollada? Pero no. Sigue siendo profesor emérito de la UBA e investigador del Conicet. La yerba mate y los alfajores los compra en el barrio. No tiene que esperar a que se los lleve alguien a un laboratorio o un aula a miles de kilómetros, aunque ahora se consiguen más fácil en otros lares.
A Kornblihtt le tocaron una vez aquellos 15 minutos de fama de los que hablaba Andy Warhol. Fue durante el debate sobre el aborto legal, en el Congreso, en 2018. Tuvo un tenso intercambio con una senadora tucumana, según la cual «está bien» decir que el síndrome de Down es una enfermedad. «No, no está bien, está mal», la refutó.
–Lo que no se ve nada bien es el futuro del sistema de ciencia y técnica.
–Lo que se busca es destruirlo de manera cruel y perversa. Un plan siniestro. Igual que con las universidades y la educación pública.
–¿Cuál es la foto de hoy en la ciencia?
–Que se han reducido las becas. A las personas académicamente seleccionadas para entrar a la carrera, no se les da clases. Dieron becas precarias y no se sabe cuándo terminan.
–¿El Estado emplea nuevos investigadores?
–No hay ingreso a la administración pública. Están suspendidos los desembolsos. Y los subsidios a la Agencia de Ciencia y Tecnología.
–¿Cómo hacen para investigar?
–Muchos grupos de investigación sobreviven con lo que tenían comprado de antes. Sobreviven con la solidaridad de otros grupos o de grupos del extranjero. La expectativa general es que esto se agota y no va a haber más fondos.
–¿Qué pasa en las universidades?
–Por primera vez he visto una unidad de todas las gremiales, la trotskista, la peronista, todas muy unidas en los paros y en las clases públicas.
–Sin resultado por ahora.
–No parece haber permeabilidad. Si esto sigue así, se profundiza el éxodo. Como ya ocurrió en el Instituto Balseiro en Bariloche (ndr: forma profesionales de excelencia en Física e Ingeniería y genera desarrollos).
–¿Éxodo de cerebros?
–En cuentagotas. En todo el país.
–¿Hay o no hay fondos disponibles?
–Tienen depositados los del BID y del Banco Mundial. No los liberan. Es un castigo ideológico y político.
–¿Cuál es la excusa?
–Viles mentiras. Suponer que los 10.000 investigadores del Conicet somos ñoquis. O que las universidades no tienen control de sus gastos. Que son cajas. Un investigador no puede gastar ni un centavo sin presentar la factura.
–¿El tipo común de la calle lo sabe?
–¿Cómo convencés a la gente cuando hay un tipo que dice que somos todos corruptos?
–¿Se controlan los gastos?
–En la Universidad y en el Conicet tenemos un control periódico y estricto de todos los gastos. Las oficinas administrativas no nos dejan pasar una. No se puede gastar si no tenés una factura B, consumidor final, legal, con el código QR.
–Entonces ¿la auditoría interna es real?
–Es muy triste lo que se acusa. Es como acusar de ladrón al que persigue a los ladrones.
–Parece peor que el ‘vayan a lavar los platos’ de Domingo Cavallo.
–Mucho peor. Y es mucho peor Milei que lo que hizo Mauricio Macri.
–¿Cómo explicar que la investigación no suele ser renta inmediata?
–Hay cosas que quizás el público no sabe y es la posición de Argentina en el contexto de la ciencia internacional. No somos un país imposible.
–¿En qué sentido?
–Tenemos una tradición en muchas disciplinas.
–¿En cuáles por ejemplo?
–Fundamentalmente en las Ciencias Biológicas y las Ciencias Biomédicas. Pero también en las Ciencias Sociales.
–¿Argentina es vanguardia en alguna disciplina?
–La Argentina tiene disciplinas estrella. Una de ellas es la paleontología.
–¿De qué modo?
–Los paleontólogos argentinos, cuando descubren una nueva clase de dinosaurios o de pterodáctilos, o lo que fuere, salen en la tapa de las mejores revistas del mundo. Son considerados líderes.
–¿En cuál otra disciplina?
–Hay un liderazgo muy grande es la ecología. La relacionada a cuidado del medio ambiente y al manejo de los recursos naturales. También hay una posición en el mundo privilegiada en la biomedicina.
–Y tres Premios Nobel: Bernardo Houssay, Luis Leloir (de Química con aplicación en medicina) y César Milstein.
–También hay muchas investigaciones de punta en enfermedades. Como en el caso del dengue, con Andrea Gamarnik.
–¿No colaboró también contra el Covid-19?
–Los científicos se redireccionaron. Gamarnik trabajaba en dengue. Pero de pronto se dedicaron día y noche para hacer test de diagnósticos y reacciones a respuestas inmunes.
–¿E investigaciones con aplicaciones directas?
–Los avances para la cura del cáncer del inmunólogo del Conicet Gabriel Rabinovich.
–Incluso hay tuyas.
–Nosotros tenemos una investigación de punta en una enfermedad llamada Atrofia Muscular Espinal. Y así, otros tantos.
–¿Qué ocurre en Física?
–Hay grupos de físicos que trabajan en computación cuántica. Muchos de ellos ya tienen patentes.
–Éxitos poco visibles para la sociedad.
–No todo el mundo puede tener un resultado inmediato. Hay más éxitos inmediatos en la tecnología que en la investigación básica.
–¿En qué casos?
–Por ejemplo en la fabricación de reactores nucleares (ndr: el Carem producido por el Invap, ahora paralizado) que han sido exportados. En la fabricación de satélites de Comunicaciones (ndr: los del ARSAT).
–¿Y en la Comisión de Energía Atómica?
–Con investigadores surgidos del Conicet se van a poder fabricar radioisótopos para medicina.
–¿Cuándo rinde frutos un desarrollo?
–Requiere de una base. Es como un iceberg. La parte sumergida es la investigación básica cotidiana. Es la que sostiene.
–¿Hacen falta importaciones también?
–Si no tenés gente investigando, no podés tampoco comprar tecnología de afuera. Ni podés introducir medicamentos nuevos si no tenés una idea de cómo funcionan, cómo se aplican y en qué contexto.
–Son innovaciones para mediano y largo plazo.
–El sistema científico técnico es complejo.
–¿Y con las vacunas?
–Las mayores vacunas en el mundo se desarrollaron en laboratorios que el Estado financia. El 90% de los estudios de biomedicina en Estados Unidos lo financian institutos nacionales.
–Mencioname un caso en Agricultura.
–El del laboratorio de la doctora Raquel Chan, en Santa Fe. Desarrollaron una variedad de trigo resistente a la sequía. Ya la usan en países de África y en Brasil.
–¿Las universidades son la cantera, el semillero?
–Se puede mencionar la UBA, la de La Plata, la de Córdoba y otras públicas también. Salen los mejores investigadores.
–¿Milei es capaz de cerrar el Conicet?
–Sería un escándalo mundial. Los científicos del mundo saben lo que pasa con la ciencia en Argentina. Hubo 83 Premios Nobel que firmaron una declaración de apoyo, por decisión propia.
–Firmaste una declaración de intelectuales de Ciencia y Técnica Argentina con la denuncia de que Milei «está destruyendo las bases de nuestra democracia».
–Sí y por la unidad del campo popular. Se debe estar por encima de cualquier interna de liderazgo partidario que sólo debilitaría la construcción de una oposición efectiva.
–Una alusión directa a la interna peronista.
–Porque hace falta la unidad.
–¿No se juegan allí liderazgos claves?
–Si queremos frenar a Milei va a haber que llegar a gente que no votó al kirchnerismo o al Frente de Todos.
–Nada de internismo entonces.
–Entiendo la estrategia de ocupar la presidencia del PJ. Pero durante muchos años nos convencieron de que no se trataba de una lealtad a personas sino una lealtad a ideas.
–Que aún no aparecen claras.
–Esto de las «lealtades» y de las «ofensas», la verdad que para mí debilitan la posibilidad de enfrentar al Gobierno.
–¿Por qué?
–Porque además de ser nefasto y repugnante, y representar a sectores del poder económico, se confiesa que viene a destruir el Estado para llenarles el bolsillo a los empresarios.
–Milei conserva imagen en un núcleo duro.
–Tiene apoyo popular, pero va menguando. Y no miente en la violencia para ejercer sus propósitos. Es transparente.
–¿Cómo sería la unidad antiMilei?
–Unidad programática. No la unidad simplemente a través de personas. Para que se revierta esta destrucción.
–¿Por qué ataca a la ciencia y a la educación públicas?
–Es una campaña de desprestigio. Así justifica la decisión política del ajuste.
–¿Es algo más que un asunto presupuestario?
–El ajuste no es por falta de fondos ¡Nos quiere eliminar como población sobrante!
–¿No se escuda en que lo votaron?
–No tengo redes sociales. Pero escucho gente que dice: ‘Uy qué barbaridad’ el ajuste. Pero otros dicen: ‘Está muy bien, para eso lo votamos, para eliminarlos a ustedes’.
–No suena democrático.
–Va a costar mucho reconstruir esto. Porque eso de ‘la población sobrante’ es un concepto fascista.
–Los insultos de Milei no cesan.
–Estamos por sacar otra declaración, cortita, de repudio al Presidente. No sólo a sus repugnantes dichos.
–Parece tener impunidad verbal absoluta.
–Merece que los otros poderes del estado le pongan un límite a su violencia desmedida.
–¿A quién representa?
–Refleja lo peor de la Argentina. Esa cosa soez, pendenciera, insultante. Amenaza de muerte gratuitamente. Tiene esa parte necrofílica de nuestra historia.
–¿No tiene apoyos de poderosos?
–Los sectores del poder económico lo aplauden. Poco les importa la forma en que gobierna. Lo que les interesa es que viene a poner un freno a cualquier cosa que tenga que ver con el poder popular. Retrasa 100 años.
–¿Como científico cuánto te afecta?
— Estuve decenas de años en este país, en mi país, en mi lugar en el mundo, sembrando en la educación, en las clases, en la investigación.
–¿Y ahora?
–De repente, quizás, creo que me equivoqué. Que no estaba sembrando. La verdad es que también aquí mismo, en la universidad, un porcentaje importante de estudiantes votaron por Milei.
–¿Los defraudados del gobierno anterior?
–Entiendo la insatisfacción. Es cuando la democracia no le da a la gente lo que necesita. Pero de ahí a apostar por una salida filofascista me resulta difícil de entender.
–No sos el único.
–Peor son las voluntades compradas de diputados y gobernadores.
–¿Las movilizaciones ya no alcanzan?
–No hay sensibilidad. En democracia, uno diría que una manifestación de 270.000 o 500.000 personas hace reflexionar. Pero esta gente te redobla la apuesta.
–¿Las empresas financian investigación de riesgo?
–En ningún lugar del mundo. Pero la usan como insumo irremplazable.
–¿La ciencia es cara?
–La ciencia no es cara. Cara es la ignorancia, dijo una vez Bernardo Houssay.