Brasil: más legisladores pero no mejor representación

Desde Porto Alegre

Diputados y senadores brasileños trabajan intensamente para confirmar la encuesta AtlasIntel de febrero pasado, que mostró que el 82% de la población no confía en el Congreso Nacional.

En una rápida votación sobre el proyecto de ley de Dani Cunha, hija de Eduardo Cunha, la Cámara de Diputados y el Senado aprobaron la creación de 18 nuevos escaños. Con esto, la Cámara Federal aumentará de los 513 diputados actuales a 531.

Con esta decisión, el cielo se convirtió en el límite. Con cada censo demográfico que requiera la redistribución de escaños para diputados por estado, el Congreso simplemente aumentará el número de escaños para que ningún estado reduzca el número de diputados.

El Congreso, sin embargo, dejó intactas las enormes distorsiones en la representación popular originadas durante la dictadura, lo que significó que algunos estados que debían tener uno o máximo dos diputados eligieran ocho.

El ex alcalde de Porto Alegre Raul Pont recuerda que la población combinada de los 10 menores estados [RO, AP, AC, TO, RO, SE, MS, AL, PI y RN] suma 21 millones de personas [IBGE/2024] y elige 80 diputados federales, mientras que “el estado de São Paulo, con casi 46 millones de habitantes, por lo tanto, más del doble del número de habitantes, elige sólo 70 diputados federales”.

“Esto es más que una distorsión, es un fraude al principio de igualdad de voto de los ciudadanos, que también está en la Constitución”, reflexiona Pont.

El proyecto aprobado “establece que la creación y mantenimiento de nuevos mandatos no puede incrementar los gastos totales de la Cámara entre 2027 y 2030”.

El relator del proyecto en el Senado, el senador bromista Marcelo Castro/MDB-PI, jura que con el aumento del número de mandatos “no habrá impacto presupuestario de un solo centavo”.

No se necesita mucho esfuerzo para refutar esta falacia. Inmediatamente, se necesitarán millones en construcción e inversión para crear 18 oficinas, aumentar el número de salas de comisiones, adaptar el Pleno de la Cámara, etc.

Además, el costo anual para el pueblo brasileño de los 18 nuevos parlamentarios será de casi mil millones de reales, considerando R$ 50 millones en enmiendas obligatorias para cada diputado, los salarios de R$ 1.000 de 46 de ellos, los gastos de oficina, el pago mensual de R$ 133 mil para equipos de entre 15 y 25 funcionarios, más el auxilio habitacional y otros recursos.

Por tanto, cada cuatro años de legislatura, los 18 nuevos mandatos de diputados consumirán tres mil ochocientos cinco millones de reales de impuestos recaudados.

Además del gasto directo en el presupuesto de la Cámara Federal pagado con dinero de los impuestos que paga la población, el aumento del número de diputados federales producirá un efecto cascada de aumento del número de diputados en las legislaturas estatales, pues la Constitución establece ese vínculo de cálculo.

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