Lanzar la idea de un Tratado de Libre Comercio o TLC de Argentina con Estados Unidos se puede entender como parte de una campaña que arroja una «catarata de mensajes spam» para que se hable menos o nada de $Libra, afirma Martín Burgos, economista con un máster en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de Francia, entrevistado por Y ahora qué? Y si para llegar a un TLC la Argentina abandonara el Mercosur sería un desastre.
«Es pura publicidad», sentencia Burgos, coordinador de Economía Política en el Centro Cultural de la Cooperación. La iniciativa es como una nube pasajera. Mientras la nube pasa, queda eclipsado, aunque sea por un ratito nomás, el escandaloso fraude que muestra las huellas dactilares dejadas por el Presidente Javier Milei y su hermana Karina. Pero si un acuerdo comercial entre los dos países fuera una alternativa factible de ser analizada en serio, ¿cuál sería el beneficio para Argentina? ¿No implicaría romper el Mercosur, que excluye expresamente todo pacto bilateral firmado por un miembro del bloque? ¿No significaría astillar la alianza económica y política con Brasil, uno de los dos más grandes socios comerciales del país junto con China? Así opina Burgos:
–Milei dijo en su discurso del 1º de marzo ante el Congreso que acordar con Washington sería «una oportunidad histórica». Su admirado Presidente Donald Trump, respondió: «Consideraré cualquier cosa» ¿Cómo se entiende?
–Sí, efectivamente, un tratado de libre comercio es un caso típico para Estados Unidos. Lo hizo con México y con Canadá. Es un tratado del estilo del Mercosur.
–¿En qué se parece el T-Mec norteamericano al Mercosur?
–En el sentido de que el corazón del tratado es la industria automotriz. A partir de ahí México empezó a producir autos a escala enorme. Pasó de un millón en los años de 1990 a casi 4 millones de autos hoy.
–Su principal mercado de autos exportados es Estados Unidos.
–Sí. Importaban parte de las autopartes y exportaban los autos. Casi todos los que producían. Ahora están empezando a hacer, incluso, autopartes ¿Qué quiero decir con esto? Que para que sea algo en serio tendría que haber un objeto productivo ahí atrás. Dos economías complementarias. Porque ese es el tema.
–Siempre se dijo que Argentina tiene un perfil productivo similar al de Estados Unidos.
–Nosotros producimos soja, autos, petróleo y servicios informáticos. Es lo que produce también Estados Unidos.
–¿Qué sentido tiene entonces armar un tratado con Estados Unidos?
–Dado todo esto, si no se plantea bien claramente cuáles son los productos y cómo se van a articular los sectores, no tiene mucho sentido un tratado de libre comercio entre nuestros países en términos económicos.
–Entonces ¿Argentina se beneficiaría o no?
–Seguramente va a ser todo pérdida para Argentina. Lo que intuyo es que para la industria automotriz podría ser difícil. O para todos los que exportan, como Techint. Algunos sectores pueden verse favorecidos como por ejemplo el de limones de Tucumán o el de la miel. Algunas producciones muy puntuales ya se están exportando a Estados Unidos.
–¿No llegó la hora del arancel a las compras externas que impone Trump?
–Es lo que estuvo pasando cuando asumió Trump el gobierno la primera vez. Puso aranceles y sacó del mercado a esos productos. Evidentemente, con Trump estás en manos de alguien que define muy duramente algunas políticas. De hecho, en los últimos tiempos también les aplicaron a México y Canadá aranceles de 25%. Ahora los suspendió por un mes. Pero Trump los impuso, incluso, dentro de un tratado de libre comercio. Trump hizo un poco lo que quiso.
–¿Anunciar el tratado no tuvo un efecto cortina de humo de parte de Milei?
–Es cierto. Creo que es parte de todo un esquema ‘spam’. Es como si lo que te llega al mail es una catarata de mensajes que son pura publicidad. Terminan complicando, más que otra cosa. Está Milei oscureciendo el panorama. Me parece que todo esto, obviamente, es consecuencia de lo que pasó con la estafa de la criptomoneda.
–¿La estrategia es como la de un ‘reality show’, la de sacar de la galera cada día un tema que ensombrece al anterior y seguir así sin pausa?
–Así fue como apareció a la semana el DNU al Congreso para arreglar con el Fondo Monetario. Es como una catarata de hechos que se suceden. Incluso se anuncia lo mismo tres o cuatro veces en distintos momentos. Por eso es difícil de evaluar. Te los tiran así, sin que haya un plan escrito: «Vamos a hacer esto o aquello». Es posible interpretarlo como hacer humo. Que otra cosa esté dando vuelta con tal de que no se hable más de la criptomoneda $Libra.
–¿Cómo entender un acuerdo con Estados Unidos cuando Trump está lanzado al proteccionismo?
–Siempre es importante obtener un tratado de libre comercio, sin que haya ningún tipo de condicionamiento. Pero aquí se trata de un país como Argentina que tiene menor productividad. Que suele proteger su industria para poder sobrevivir y generar algún tipo de desarrollo. Entonces un acuerdo sería, simplemente, arrasar con todo. Arrasar con toda la industria local sin tener mayor capacidad de competir respecto de otros competidores.
–Estados Unidos es el mayor inversor en Argentina, y en sectores estratégicos como el petróleo y la industria, además de ser el cuarto destino de las exportaciones argentinas ¿Los términos de intercambio pueden ser desfavorables para el país?
–En verdad, no impactaría al estar nosotros pegados al dólar, por el efecto de la apreciación cambiaria. Pero sí impacta con otras monedas, como el real brasileño que se fue depreciando en los últimos tiempos respecto del dólar y del peso. El problema en los términos de intercambio es que tenemos precios de la soja muy bajos. Pero como no le vamos a exportar soja a Estados Unidos, el problema en este punto no aplica.
–Milei también dijo que «es necesario estar dispuestos a flexibilizar o incluso, llegado el caso, a salir del Mercosur, que lo único que logró desde su creación es enriquecer a los grandes industriales brasileños a costa de empobrecer a los argentinos» ¿Es otra provocación?
–Si, lo del Mercosur sería el mayor problema en un TLC con Estados Unidos. Y sobre todo por la relación con Brasil. De nuevo, hay ahí un error garrafal. Nosotros ya estamos muy insertos en la asociación con Brasil. Somos economías muy complementarias tanto en el sector automotriz como en el químico. Y en muchas otras complementariedades y sinergias que se fueron generando en los últimos 30 años.
–¿No sería dinamitar un vínculo que también es regional, político y diplomático?
–Si salimos del Mercosur y hacemos una alianza con Estados Unidos, en lugar de Brasil, van a quedar verdaderamente tecleando muchísimos sectores. Con Brasil somos dos economías parecidas. Que están en desarrollo. Que necesitaban tener mercados internos con más escala. Está claro que el principal escollo sería cambiar de socio de Brasil a Estados Unidos. Y no es para nada sencillo. No se hace de un día para el otro.
–El acuerdo de complementación para el sector automotor fue el germen mercosuriano en los años de 1980.
–Sí, tuvimos un montón de acuerdos previos productivos, como el de la industria automotriz. Y otros que involucraban estrategias de empresas, cosa que no aparece en ningún lado si se piensa en acordar con Estados Unidos.