El Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación (CIICTI) reporta 4.148 puestos perdidos en el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI) desde la asunción de La Libertad Avanza en un panorama “crítico” y “sin antecedentes en gobiernos democráticos” argentinos y advierten que llevará años recuperar lo perdido por el retroceso provocado, la migración de investigadores y becarios y la reducción de estudiantes en carreras afines a la investigación científica y el desarrollo tecnológico. Opinan el exministro Daniel Filmus y la extitular del Conicet Ana María Franchi.
“Tan solo en los últimos tres meses, se perdieron 531 puestos”, dice el CIICTI, hechos considerados “de enorme gravedad si se tiene en cuenta el nivel de profesionalización y especialización del sector”.
Según el último informe de Evolución de Empleo y Recursos Humanos del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI) elaborado por el CIICTI, esto implica una caída global del empleo en el sector del 5,5% entre diciembre de 2023 y marzo de 2025. Al estudiar las pérdidas de empleo desgranadas por cada organismo científico, la caída más abrupta se registra en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) con 1.513 puestos de trabajo. Le siguen el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), con 734; y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) con 436 bajas. El total del empleo público en el SNCTI continúa descendiendo desde diciembre de 2023, al destruirse 4.148 puestos de trabajo en el sector a marzo de 2025, agregando otros 531 hasta diciembre de 2024. El SNCTI público pasó de 75.051 empleos en diciembre de 2023 a 70.903 en marzo de este año. En todos los casos se trata de personal altamente especializado con responsabilidades en áreas estratégicas cuya formación y reemplazo puede demorar décadas.
Las universidades públicas contra el ajuste
En medio de la continuidad del conflicto entre el Gobierno y las universidades públicas, ya en abril de este año, el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) reunido en San Luis, advirtió sobre “las condiciones precarias a las que fue sometido el sistema universitario y científico nacional a lo largo del 2024, que se profundizaron en los primeros meses de este nuevo año”.
Los rectores destacaron la falta de presupuesto aprobado por segundo año. Al respecto consideraron que “cuando el presupuesto lo resuelve el Congreso Nacional, independientemente de la valoración que se hiciera de su impacto, hay transparencia y previsibilidad… cuando se prorroga hay incertidumbre y discrecionalidad que obtura la planificación. A la pérdida acumulada a lo largo del 2024, se suma que lo transferido en los primeros tres meses del año es menor en términos nominales que lo recibido en cada uno de los últimos meses del año pasado. Desde enero del 2024, se ha acumulado una diferencia entre la variación de precios y las partidas otorgadas para gastos de funcionamiento del 134%. La situación es crítica y no hay respuesta. Solo dilación e indiferencia”.
Sobre la situación del sistema científico consideraron que “es aún más grave y será terminal si no se toman medidas que reviertan la desinversión y el ajuste. No hay recursos para equipamiento, infraestructura y convocatorias. No hay recursos para producir ciencia y conocimiento aplicado y se discontinúan proyectos y líneas de investigación y desarrollo tecnológico. No hay política científica y los recursos humanos extraordinarios formados por la Nación empiezan a perderse. Hay que advertirlo con la gravedad que implica. Lo que se pierde en ciencia demandará décadas para recuperarse”, advirtieron.
El CIN aclaró que, a pesar de todo, “el sistema científico y las universidades siguen generando ciencia y conocimiento relevante que aportan al desarrollo de la Nación. Creemos que lo que nos salva y nos hace libres es la educación.
Este 6 de mayo el CIN emitió un nuevo comunicado en el que alertaron “sobre la grave situación del sistema científico del país. Manifestamos nuestra profunda preocupación por la parálisis casi total de todos los programas de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología y la ausencia de una política para la ciencia, la innovación y el desarrollo”. Luego recordaron que “en Argentina, más del 70% de la producción científica se origina en el sistema universitario nacional y la totalidad de la formación doctoral de nuestros profesionales está a cargo de nuestras instituciones. Esta realidad posiciona a las universidades como espacios de enseñanza y como motores fundamentales de la innovación, el desarrollo tecnológico y el avance del conocimiento. El desfinanciamiento de la ciencia amenaza gravemente estas funciones, atentando contra el progreso de la Nación”. Entre los problemas con los que ya conviven ejemplificaron con la cancelación de los contratos con las grandes editoriales del mundo, la suspensión de casi todas las actividades del programa Raíces y la desfinanciación de casi todos los programas de colaboración internacional y multilaterales de cooperación científico-tecnológica. También denunciaron la “parálisis del Consejo Interinstitucional de Ciencia y Tecnología (CICYT)” y la interrupción de “los programas Construir Ciencia y Equipar Ciencia”.
En un último reporte, el CIICTI explicó que con el anuncio del 2,8% de la inflación para el mes de abril “continúa la tendencia a la baja de los salarios de investigadores científicos que desarrollan tareas en el CONICET, en Universidades Nacionales y en organismos del Sistema Nacional de Empleo Público (SINEP), ya que cayeron un 1,4% en el mes en términos reales”.
En el caso del CONICET, los salarios sufrieron una retracción del 34,7% desde noviembre de 2023. Y respecto a los salarios del personal con dedicación a la investigación en las universidades nacionales, que también perdieron un 1,4% en abril, si se toma como referencia un profesor adjunto con dedicación exclusiva y 10 años de antigüedad, los sueldos se retrajeron un 27,9% en términos reales respecto de noviembre de 2023. En este caso, los salarios se encuentran por debajo del nivel de 2002 y a 38,3 puntos del 2011.
Para el CIN, “la crisis del sistema científico es grave y profunda. La falta de recursos para la investigación no solo limita la capacidad de las universidades para generar avances científicos, sino que debilita la formación profesional. Laboratorios desactualizados, menos becas para jóvenes investigadoras e investigadores y la fuga de talentos son algunas de las consecuencias inmediatas de este recorte en el financiamiento que, a largo plazo, repercute en la capacidad del país para competir internacionalmente, desarrollar tecnología propia y responder a los desafíos globales con soluciones innovadoras”.
Dos miradas, una misma conclusión
De acuerdo con una información provista por el CIICTI, “la inversión estatal en ciencia y tecnología se retrajo 30 puntos porcentuales en 2024 y, a partir de las erogaciones del primer cuatrimestre, se estima que en 2025 caerá otros 25 puntos».
Y ahora qué? dialogó al respecto con Daniel Filmus, exministro de Educación, Ciencia y Tecnología y actual director del Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación (CIICTI) -creado por las universidades nacionales de San Martín y La Plata- y la extitular del CONICET Ana María Franchi.
Para comenzar el primer pedido fue una lectura política de este ataque a la ciencia:
Filmus: A diferencia de otros momentos de la historia argentina reciente, donde hubo gobiernos neoliberales que también atacaron presupuestariamente a la ciencia, la tecnología y a la universidad, hoy hay un gobierno que doctrinariamente, por concepción anarcocapitalista o de la Escuela Económica Austriaca, plantea que no hay que financiar la ciencia y la tecnología directamente y que tienen que estar en manos del mercado y no del Estado. En Argentina siempre hubo distintas concepciones, más o menos inversión, pero ahora el Presidente dice que el Estado no tiene que financiar la ciencia y la tecnología. También dijo que los investigadores son una casta y que si lo que hacen es útil que vayan al mercado a vender lo que producen. Estamos en un momento distinto que se suma a dos aspectos más: uno es el modelo de desarrollo, como lo vimos recientemente con el tema del levantamiento de los impuestos a las importaciones de productos electrónicos, ahora el modelo importador de tecnología llave en mano o importador de productos directamente, sin necesidad de elaboración nacional. Estamos ante un modelo de desarrollo primario y de especulación financiera. Y, en segundo lugar, el ajuste fiscal. Con la excusa del ajuste fiscal también golpean a la universidad y la ciencia.
Franchi: La crisis es terrible, no igualada nunca, y está afectando mucho a la gente joven, a los becarios, becarias y a los investigadores e investigadoras que no pueden continuar sus carreras. También a los estudiantes de ciencia en las universidades. Esto es como el préstamo del FMI, que te condena a muchísimos años porque nos pueden castigar con una crisis en la ciencia de muchísimos años. Cuando Néstor Kirchner fue presidente y abrió 500 ingresos al CONICET en el primer año, en el segundo ya no había gente para que siguiera ingresando porque faltaban profesionales doctorados. Con todo lo que perjudicó el macrismo a la ciencia y la tecnología esto es peor. No hay fuentes de financiamiento; los que ingresan a la carrera luego de una exigente evaluación no son nombrados; no se nombra personal técnico; hay crisis para pagar servicios o arreglar un equipo.
–¿Cómo ayudarían a entender esta contradicción que tiene Milei con la ciencia en relación a sus países preferidos como Estados Unidos e Israel, donde hay un desarrollo e inversión del Estado en ciencia?
Filmus: También habría que hablar de Irlanda, Corea, Japón. Hablar de países como Israel, que no tiene nada de materia prima. Son países que solo se basan en el conocimiento en ciencia y tecnología. Para que te des una idea, Israel invierte el 5% de su PBI, entre inversión privada y pública en ciencia y tecnología. Argentina invirtió el año pasado el 0,22%; Brasil invierte el 1.3% de su PBI, que es tres veces más grande que el nuestro. Los países que pone como modelo Milei, justamente, hacen todo lo contrario a lo que hace él. Si quisiera seguir el ejemplo de esos países, lo que debiera hacer es invertir en ciencia y tecnología. Corea hace un par de décadas tenía menor PBI que Argentina. Vietnam, por ejemplo, se ha reconvertido en base a la enorme inversión que hizo en el área. Irlanda era un país campesino y dio vuelta 180 grados. La contradicción es que Milei quiere ser como esos países sin hacer lo que esos estados hicieron.
Franchi: Respecto del presupuesto nacional, lo que se invierte en ciencia y tecnología ahora es mínimo. Nunca llegamos al 1% que queremos y, sin embargo, los beneficios de tener una comunidad científica pujante son innombrables porque ningún país de los que ellos admiran tanto, o dicen que admiran, hace lo que se está haciendo con la ciencia en Argentina, salvo en este momento Estados Unidos.
–¿Existe alguna estimación del tiempo que pueda requerir el país para recuperar cierto nivel de tecnología y de desarrollo en investigación sabiendo que estamos en camino de una desinversión prácticamente total?
Filmus: Es difícil poder predecir, depende de la capacidad que Argentina tenga de invertir en esas áreas. Hay una cuestión que es irreversible que es el tema más grave que está ocurriendo hoy: el exilio de buena parte de nuestros mejores investigadores. A diferencia de otras áreas, el sector tiene salarios globales y una gran demanda en los países centrales. Un doctorado no sale menos de 50.000 dólares. Y esos países a los que migran lo compran hecho. Además, un doctorando argentino tiene una excelente formación con la inversión del pueblo argentino. Y hay una gran demanda de los países centrales en muchas áreas como la nuclear o espacial. Con el Plan RAICES (Red de Argentinos Investigadores y Científicos en el Exterior) recuperamos cerca de 1.300 científicos en un enorme esfuerzo de 20 años y ahora lo están rifando todo. Estimo que el 30% de los jóvenes se está yendo, y eso es casi irrecuperable porque una vez que instalaste la familia en otro país es muy difícil regresar. Argentina había votado por unanimidad un conjunto de leyes como el Plan 2030 la Ley de Financiamiento de la Ciencia, la Ley de la Bío y Nanotecnología Moderna, o la Ley de Economía del Conocimiento, que permitían tener estrategias de mediano y largo plazo. Este este gobierno está destruyendo absolutamente todo en un tiempo récord.
Franchi: Formar a un científico o una científica lleva cinco o seis años de carrera universitaria, otros cinco de doctorado y cinco de posdoctorado, 15 años por lo menos, y no es que mañana todo se arregla, si no que va a llevar mucho tiempo lograrlo. El nivel de perjuicio que se está ocasionando al sistema científico y al universitario, es terrible. Parece mentira la necedad, ¿no?
–¿Qué implica la eliminación del Fondo Fiduciario de Promoción Científico Tecnológica en la práctica?
Filmus: El tema central es que el financiamiento es cero y que ese fondo era una reserva para proyectos de mediano y largo alcance. La Agencia I+D, principalmente, lo utilizaba para adelantar fondos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), pero dijeron que sacaron el fondo porque es corrupto, y era todo lo contrario porque, incluso, se prestaba a pequeñas y medianas empresas que hacen inversión tecnológica y era devuelto con créditos muy baratos. La ejecución del presupuesto del entonces Ministerio de Ciencia y Tecnología fue cero. No se cumple la ley, estoy diciendo que cero es cero. La Agencia I+D dejó de financiar todos los proyectos y el CONICET dejó de incorporar investigadores. El país está totalmente paralizado en lo que hace a ciencia y tecnología. La Ley de financiamiento de la Ciencia que debía cumplirse, que también tenía fondos especiales para la federalización de la tarea, no se está cumpliendo, así que las provincias no reciben ni un peso. Es de una gravedad enorme.
Franchi: Es una más de las tantas que ha tenido este gobierno. Ustedes saben que hay evaluados subsidios FONCYT (Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica), los subsidios específicos para la ciencia, hace más de un año y no ha sido otorgado el financiamiento a ninguno. Todos los días hay una mala noticia: no hay nombramientos, sacan las posibilidades de financiamiento a través de la Agencia I+D, uno de los organismos que más personal ha perdido y donde no se nombra el directorio, por lo tanto, no tienen firma. Se están rompiendo los grupos de investigación porque no hay dinero, y hay muchas personas que se van de la ciencia y la tecnología hacia tareas mejor remuneradas, incluso por debajo de su formación, o al exterior donde son muy bien recibidos y con los brazos abiertos en cualquier lugar del mundo.
Filmus: No, no han adoptado ningún camino para fomentar la inversión, sino todo lo contrario. Cada medida que se toma es un paso adicional al desmantelamiento total del sistema científico tecnológico. Esa es la concepción. Entendemos que se seleccionaron algunos proyectos que consideran estratégicos y van a desarrollar, otros no. Incluso el embate contra otros organismos de ciencia como el INTA, el INTI, la Comisión Nacional de Energía Atómica o la Aeroespacial. Todo es de una gravedad sin precedentes. Argentina está dejando el CAREM (primera central de potencia de diseño 100% argentino para producción de electricidad y otras aplicaciones, en el segmento de los reactores modulares pequeños) de lado, o el SABIA-Mar, el Satélite de Aplicaciones Basadas en la Información Ambiental del Mar, concebido dentro del Plan Nacional Espacial de la CONAE como una misión de Observación de la Tierra con aplicaciones prioritarias en el estudio del mar y costas. Son emprendimientos que no se van a recuperar porque cuando dentro de dos o tres años quieran hacerlo ya serán historia de la tecnología, no serán más tecnología de punta.
–¿Y a qué lo atribuyen? Porque no hay un plan B, no están construyendo otra alternativa.
Franchi: Lo entiendo como el modelo de país que pretenden: exportador de materias primas en el que la ciencia se necesita poco. El problema es que es un país para un cuarto de la población que tenemos. Si lo único que quiero hacer es exportar soja o petróleo o minería, se necesita la ciencia, pero no al nivel de lo que pensamos para tener un país inclusivo y donde cada uno pueda vivir dignamente.
En 16 meses el gobierno de Milei redujo el empleo en la Administración Pública Nacional en un 13,8%, cargándose 47.011 puestos de trabajo, 4.148 corresponden al sector de ciencia y tecnología.
“Recortar el apoyo a la ciencia es condenar a la Nación a la dependencia tecnológica y a la pérdida de talento humano. Lejos de impulsar un plan estratégico para el desarrollo del país, la gestión actual parece enfocada en desacreditar el trabajo de personas científicas y académicas a través de campañas mediáticas, ignorando el impacto directo que esto tiene en la formación profesional, la fuga de cerebros, la innovación tecnológica y el crecimiento económico”, explicaron desde el ámbito universitario.
“Tienen que pensar mucho sobre la responsabilidad que tienen, ahora y hacia las generaciones futuras”, concluyó Franchi refiriéndose al Gobierno anarcocapitalista.
Estimados amigos y amigas:
La situación de la ciencia y técnica argentinas es muy crítica. El gobierno de Milei ha implementado una política de aniquilación de aquello que llevó décadas construir. Se le niega financiamiento a los grupos de investigación, se bloquea la entrada al CONICET de dos camadas de 800 investigadores capacitados y seleccionados por rigurosos concursos, el poder adquisitivo de salarios y becas se redujo en un 40% y se encuentra en los niveles más bajos históricos sólo comparables al 2001. No se ejecutan créditos internacionales otorgados en el gobierno anterior. Se obliga a jóvenes investigadores a abandonar el país sin un horizonte claro de posible vuelta. Los institutos deben recurrir al dinero personal de investigadores para mantenter servicios esenciales de luz, limpieza y seguridad. Todo esto en un clima de crueldad y cinismo que incita a una parte de la población a despreciar y atacar a la ciencia y a los científicos.
El país necesita de más ciencia y tecnología si se quiere salir del modelo exportador de bienes primarios sin valor agregado.
Los científicos del área metropolitana de Buenos Aires nos movilizaremos este miércoles 28 de mayo a las 13 horas al Polo Científico en Godoy Cruz y Paraguay, con la consigna NADIE SE SALVA SOLO. Pero no basta con nuestrao movilización. NECESITAMOS QUE LA POBLACIÓN SE MOVILICE. ES DECIR, NECESITAMOS QUE QUIENES NO HACEN CIENCIA PARTICIPEN TAMBIÉN DE LA MOVILIZACIÓN Y POR ESO LOS INVITO A SUMARSE. LOS NECESITAMOS. EL PAÍS LOS NECESITA.
SIN CIENCIA NO HAY FUTURO.
Gracias por difundir.
Alberto Kornblihtt