La crueldad lidera las acciones de Milei con jubiladas y jubilados

En su primer año de gobierno Javier Milei impuso un feroz ajuste contra los adultos mayores y en particular los más de 5,3 millones de jubiladas y jubilados afiliados al PAMI, la mayor obra social de Latinoamérica. Recortó su acceso a medicamentos esenciales y vetó una mejora en sus ya míseros haberes. El Presidente de ultraderecha ignora convenios internacionales firmados por la Argentina según los cuales envejecer dignamente es un derecho.

La palabra ‘crueldad’ significa inhumanidad, impiedad y fiereza de ánimo, según el diccionario, y tiene sinónimos como brutalidad y atrocidad. El ensañamiento, que es la acción o el efecto de ensañar o ensañarse, consiste en aumentar de forma deliberada el sufrimiento de la víctima, causándole padecimientos innecesarios. Podría pensarse en la palabra genocidio -figura penal cuando se buscar exterminar a un determinado grupo de la población- aunque suene fuerte, o en “eutanasia encubierta” como señaló días atrás un prelado cordobés. Deterioro, desprecio, sufrimiento, retrocesos y violencia institucional son palabras que retumban cuando conversamos con dos especialistas en adultos mayores.

“Podemos hablar de crueldad y ensañamiento con los adultos y las adultas mayores porque son una población frágil por la dependencia que su condición de edad les genera y si bien tenían ya muchas dificultades, y el ajuste no es nuevo (…) porque sus ingresos siempre son muy escasos, esta situación particular me parece que es muy cruel. Ni siquiera se les está pudiendo garantizar los tratamientos medicamentosos, y atento al costo de vida general es imposible que puedan afrontarlo”, explicó Juliana Romero, trabajadora social del PAMI y docente universitaria en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).

“Sin dudas el neoliberalismo ha generado profundas marcas en nuestras subjetividades, en nuestros modos de vincularnos y en las formas en que nos pensamos como pertenecientes a una misma comunidad. En ese sentido pensar que desatiendo como Estado a algunos grupos de población porque supongo que sus necesidades o las respuestas a sus necesidades son costosas, constituye un tipo de crueldad. Pero también constituye un modo de violencia institucional y de violencia social creer que existen vidas que no merecen ser vividas o que ya culminó su tiempo de vida”, sostuvo Paula Danel, investigadora del CONICET, especialista en gerontología y discapacidad e igualmente docente en la facultad de Trabajo Social de la UNLP.

“Respecto del acceso a la salud es muy notable el deterioro que están sufriendo las personas mayores” en un contexto de degradación “general en sus condiciones de vida, de existencia”, precisó Romero antes de subrayar que a la cuestión económica se suma que “después de cierta edad tienen mucha dependencia para movilizarse”.

Desde su llegada al gobierno, Milei y su equipo restringieron progresivamente el acceso a la medicación que recibían los afiliados al PAMI. Primero sacó una parte del listado de medicamentos gratuitos, luego dispuso una lista de medicamentos “eventuales” es decir que no son considerados “crónicos” sin ninguna cobertura. “Ahora vino una tercera etapa que es criminal por la cual ya no le a nadie corresponde la cobertura gratis (…) y solo acceden a la medicación gratuita a través de una normativa que les habilita el subsidio social”, dijo Romero que trabajó muchos años en PAMI Escucha y que desde 2001 integra el gremio SUTEPA (Sindicato Unido de Trabajadores y Empleados de PAMI).

Para recibir el subsidio los ingresos no pueden superar un haber mínimo y medio, es decir 389 mil pesos, no pueden tener más de un inmueble a su nombre, ni un auto de menos de 10 años, ni acceso a la medicina prepaga. Un adulto mayor consume en promedio 4 o 5 remedios de forma crónica.

La obra social PAMI (INSSJP) Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados, alcanza al 60% de la población mayor del país. Más del 90% de los afiliados superan los 60 años.

El acceso a la medicación es uno de los pilares del derecho a una vejez digna. Sin embargo, en diciembre de 2023 el gobierno de Milei decidió desregular el sector y el precio de los medicamentos dio un salto mayor al 40%, según un informe publicado a principios de diciembre por ALGEC (Asociación Latinoamericana de Gerontología Comunitaria), CEPPEMA (Centro de Estudios Políticos para Personas Mayores) y CEPA (Centro de Economía Política Argentina).

“Los precios de los medicamentos con cobertura PAMI desde noviembre de 2023 hasta noviembre del 2024, registraron una inflación acumulada del 340,7%, muy por encima del aumento promedio de 210,7% de los precios de venta al público”, según ese mismo informe.

Con experiencia también en la atención personal directa a jubiladas y jubilados, Romero contó que antes muchos de ellos podían contar con el apoyo de algún familiar, aunque asegura que “hay viejos muy solos”.

“En este momento lo que nos pasa en las entrevistas o cuando gestionamos las prestaciones sociales es que nos dicen que los hijos tienen empleos informales, muy inestables, muy precarizados, con lo cual apenas llegan a cubrir sus propias necesidades o están desempleados. Entonces (…) esa red de apoyo está debilitada”, afirmó. 

“Ahora todo está en riesgo. Nada estaría garantizado. Esa sensación reafirma lo de la crueldad” antes de añadir que “el daño es muy grande”.

Desde hace unos meses se incorporó como trabajadora social, pero sigue atendiendo a los afiliados porque las oficinas están “desbordadas” por estos días. “Con mis colegas tratamos de contener, de escuchar (…), tratamos de encuadrar sus demandas en las prestaciones todo lo que se puede.”

“Sin embargo, ante los cambios drásticos en las prestaciones o las trabas burocráticas cada vez mayores se encuentran con mucha pasividad y resignación y con respuestas como ‘bueno, voy a ver cómo hago’ o ‘bueno, voy a ver si alguien me ayuda’ o directamente ‘no la tomaré más’”, lamentó.

Milei redujo las moléculas farmacológicas lo que implica que se ofrezca un tercio menos de medicamentos. Esto significa que de “casi 3.000 medicamentos cubiertos (basados en 167 moléculas) se redujo a unos 2.000 (109 moléculas)”, afirma el informe de ALGEC, CEPPEMA y CEPA.

La interrupción de los tratamientos médicos en adultos mayores “va a tener un impacto en la salud pública, un impacto en la comunidad, que sin dudas es prevenible fundamentalmente porque hoy las personas mayores que tienen jubilaciones mínimas son pobres por ingresos, están en situación de desprotección y requieren -y ya esto desde hacía varios años- la generación de estrategias de acompañamiento a esas trayectorias que permitan el acceso a una vida digna”, advirtió Paula Danel, vinculada también a otras universidades nacionales del país.

“No solo es el medicamento, la jubilación, sino que es poder pensar colectivamente, poder pensar socialmente y desde el Estado cuáles son los márgenes de desigualdad que se toleran. Y creo que en el caso de la situación de las personas mayores se vuelve vital esa pregunta porque sin dudas hay una ampliación de esos espacios de tolerancia que supone o les posibilita desatender cualquier tipo de sufrimiento de la ciudadanía.”

Danel fue contundente. “No es posible pensar una sociedad para todas las edades con envejecimiento digno si la vida del otro no me importa.”

Es evidente que el ajuste sostenido de Milei sobre los adultos mayores, que representan más del 17% de la población en nuestro país, también está teniendo efectos y consecuencias en su salud mental.

“Muchas veces entre nosotros comentamos, ‘no puedo entender cómo ante esta respuesta que le estamos dando de recortes prestacionales no exploten’”, comentó Romero interrogada sobre la angustia, la bronca o la resignación de muchas jubiladas y jubilados que se han expresado en estos días en algunos medios de comunicación. Les llamó la atención un particular episodio de desesperación a principios de diciembre en una oficina de PAMI en Córdoba. Un jubilado de 67 años se roció con combustible e intentó prenderse fuego.

“Estos tiempos de desacreditación de las vejeces y de uso de metáforas ofensivas hacia las personas mayores darían cuenta de cierta hostilidad comunitaria hacia esa experiencia del envejecer y eso sin duda genera efectos en la salud mental”, explicó Danel, consultada sobre las palabras despectivas del Presidente hacia los adultos mayores.

Baste recordar cuando en septiembre pasado Milei calificó de “viejos meados” a economistas que lo criticaron. Ese calificativo se extendió obviamente a los viejos, a los adultos mayores o ancianos, que encima fueron reiteradamente reprimidos durante sus invisibilizadas protestas de los miércoles frente al Congreso de la Nación.

“Si sos jubilado de no sé cuántos años, seguro te vas a morir”, afirmaba en marzo sin tapujos la entonces canciller Diana Mondino en uno de los programas de televisión más vistos del país, donde la anfitriona de la mesa, Mirtha Legrand, de 97 años, le respondió sin pelos en la lengua “yo pienso vivir muchos años más”. Convengamos que la exactriz no transita su vejez como una jubilada que cobra la mínima.

Aquí interviene el género como factor determinante sobre cómo llegamos a la vejez. “Mayoritariamente son las mujeres las que gestionan los trámites, los turnos médicos, toda la cuestión vinculada a las tareas de cuidado. Las que cuidan, sostienen la atención, la asistencia de las personas mayores, hijas, hermanas, nietas, es muy evidente”, precisó Juliana Romero que subrayó “las desigualdades” en los ingresos entre mujeres y varones. 

Es muy probable que el malestar se profundice en marzo del 2025 -año de elecciones legislativas de medio término- cuando el gobierno de Milei ponga fin a la moratoria previsional que entró en vigor en marzo del 2023. Con la interrupción de esa moratoria nueve de cada diez mujeres ya no podrán jubilarse, aunque les falten pocos años de aportes. “Lo que se viene (…) va a ser muy complicado”, advirtió Romero.

Desde su conocimiento académico Danel dice que “el sufrimiento que suponen las miradas edadistas, el viejismo, los edadismos (la discriminación por motivos de edad)” que quedan expuestos en las decisiones de este Gobierno “van a generar marcas en la salud mental de las personas mayores porque una de las cuestiones más fuertes que venimos disputando entre quienes nos dedicamos a los estudios sociales de la vejez tiene que ver con romper los estereotipos asociados a la edad”.

Las políticas de salud para las personas mayores “deben ser pensadas en términos sociosanitarios” reconociendo que “requieren la activación de cuidados progresivos de atención”. Por lo tanto, la respuesta a las necesidades de las personas mayores “configura una estrategia preventiva” para “retrasar, demorar el mayor tiempo posible las situaciones de dependencia en la vejez. Dependencia funcional y de requerimiento permanente para la vida diaria, lo cual es posible prevenir teniendo alternativas de atención”.

“Entre esas alternativas figura el acceso en tiempo y forma a los medicamentos y todas las medidas y terapéuticas de prevención que posibiliten conservar autonomía”, dijo Danel, autora junto a Mónica Navarro, entre otros trabajos de “La gerontología será feminista” (Ed. Fundación La Hendija, 2020).

Juliana Romero, que es además delegada del SUTEPA (Sindicato Unido de Trabajadores y Empleados de PAMI) del que forma parte desde el 2001, destaca en el “compromiso” que las y los trabajadores del PAMI, creado en 1971, tienen con los afiliados al “poner el cuerpo y dar respuestas cara a cara a los viejos todos los días”. Pero como parte del ajuste mileísta, los trabajadores del organismo son blanco de despidos en diferentes puntos del país, y esto agrava sus propias condiciones de trabajo.

Al hacer un balance sobre su primer año de gobierno esta semana, Javier Milei se jactó de la “motosierra” pero ni mencionó a las y los jubilados que se llevaron la peor parte.

“Creo que estas políticas de ajuste (…) contra los sectores más vulnerables como son los viejos, las viejas y las infancias van a tener un costo para este Gobierno”, advirtió Romero, antes de reconocer que “hoy es difícil de ver, parece que pueden avanzar contra todo”. “Supongo que se asumirá en las urnas”, estimó.

Al inicio de la charla Danel contextualizó el accionar del Gobierno de Milei frente a los adultos mayores señalando que está faltando a los convenios internacionales que Argentina asumió en décadas anteriores.

“El envejecimiento constituye una celebración porque implica que un grupo cada vez más grande de personas tiene derecho a envejecer pero en Argentina es desigual y no siempre se cumple en todos los grupos poblacionales como el caso del colectivo travesti-trans”, subrayó.

“Si envejecer es un derecho (…) necesitamos seguir disputando sentidos (…) Creemos que es necesario reponer y seguir colocando en agenda la forma en que social, política y económicamente organizamos los cuidados porque si hay algo que nos define como personas a todos es nuestro carácter de interdependientes”, sostuvo. 

“Nadie puede cubrir sus necesidades plenamente sin la presencia de otro. ¿Por qué creer que en el caso de las personas mayores si requieren algún tipo de acompañamiento o sostén sus vidas valen menos?”, se preguntó, convencida de que “no es posible pensar sociedades que desprecien a algunos de sus miembros”.

El poder no es excluyente para llegar a la vejez. Aunque una minoría la pase mucho mejor que la inmensa mayoría de los jubilados y jubiladas vapuleada en sus derechos e imposibilitada en llegar a una vejez digna en esta Argentina,  algún día todos y cada una y una de nosotros se convertirá en una persona mayor. Es ley de vida.

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