Los temas y las contradicciones del G7 ponen en crisis la ideología libertaria. Pero los cambios que Milei observa en sus viajes no le hacen efecto, porque no le pueden hacer efecto. El blindado del sesgo ideológico lo impide. Las claves de economía internacional que enmarcan la cumbre de los países industrializados.
Las crónicas de los célebres viajes de Lemuel Gulliver, “al principio un cirujano, y luego un capitán de diversos barcos”, tal como fueron imaginados por el autor de la sátira Jonathan Swift (1667-1745), a la par de divertidas e ingeniosas son un recipiendario de observaciones profundas sobre lo mejor y sobre lo peor de la naturaleza humana, expuestas con una claridad y una singularidad que hacen indiscutibles el crédito y la fama que alcanzaron -y conservan aún hoy- desde su primera edición hace tres siglos.
Swift eligió los viajes para narrar la saga porque –por lo común- son una cantera de aprendizajes sin sustitutos posibles, aunque no siempre sucede. En cuanto a ir al encuentro de conocer la realidad de que se trate, de los viajes del Presidente de la Nación Javier Milei parece que no hay que esperar que tome nota de cómo servir al mejor interés nacional. Debería hacerlo a partir de constatar de primera mano los cambios que se están produciendo en la acumulación a escala mundial y su reflejo en las transformaciones que operan en la política global. Son periplos –en lo atinente a resultados- que están en las antípodas de los viajes de Gulliver.
Los cambios que observa en los viajes no le hacen efecto, porque no le pueden hacer efecto. El blindado del sesgo ideológico lo impide. Los indicios de este curso de los acontecimientos son diversos. Entre ellos, la sutileza de una novela que aparece en el radar insinúa titilando estar narrando el presente como historia.
Es destacable la circulación que está teniendo entre los economistas y afines la reciente novela de Graham Moore titulada «The Wealth of Shadows». Algo así como “La riqueza de Sombras”. Sombras (Shadows) es el nombre que recibe un equipo secreto que se formó a fines de los 30´ en el Departamento del Tesoro de Estados Unidos para batallar contra los nazis por medio de herramientas económicas y financieras.
«Entender cómo fluye el dinero en una sociedad implica entender cómo la sangre da vida al cuerpo de un hombre», escribe Moore al principio de la novela. La ficción histórica narra el origen y funcionamiento de ese grupo que tuvo su papel en la génesis del orden financiero global de la posguerra basado en el dólar la moneda mundial y al FMI y el Banco Mundial como puntales. Las recensiones y críticas subrayan que es muy didáctica para explicar los tejes y manejes financieros –por lo corriente, un arte para iniciados-, realzando su interés con los condimentados de las tensiones del espionaje.
El que fuera secretario del Tesoro Henry Morgenthau y su operador en estas lides Harry Dexter White, forman parte de la trama. John Maynard Keynes está de ida y de vuelta en la novela. La realidad histórica dice que Keynes y Dexter White negociaron el acuerdo de Bretton Woods. Dexter White por cuenta y orden de Morgenthau impuso el dólar como moneda mundial, para disgusto de Keynes que quería una verdadera moneda mundial y no la de un país. En la novela, Moore convierte una serie de cartas entre Keynes y White en un intercambio hostil en persona. En la realidad histórica Dexter White murió de un infarto en 1948, acusado de espiar para los rusos. Justo el ñato que operó a fondo para la preeminencia del dólar; justo el ñato que una semana después del ataque a Pearl Harbor (07/12/1941) garabateó el esquema de lo que después fue el Fondo Monetario Internacional. Los aislacionistas son vengativos.
Estas circunstancias literarias emanan un fuerte aroma a que se viene gran superproducción de Hollywood en formato serie para streaming o película o ambas. El interés estaría en grabar en las retinas de los ciudadanos de a pie -de donde sean- que el viejo orden de Bretton Woods es el mejor de los mundos posibles. De momento pura especulación sobre ese porvenir, donde está prohibido el movimiento privado de capitales financieros y los eventuales déficits de las balanzas comerciales se arreglan con financiación oficial. La tasa de interés puede ser impunemente negativa en los países que así lo desean, porque el tipo de cambio se fija globalmente y no hay movimiento de capitales. ¿Pero en verdad será pura especulación? Algunos hechos sugieren que no tanto, insinuarían que el mundo estaría desoyendo a Milei, uno de los principales paladines de la libertad.
Volare, oh, oh, nel blu dipinto di blu
Hasta el sábado 15 de junio Milei estará –como invitado– en la reunión del Grupo de los 7 (G 7) que durante esos tres días se llevará a cabo en Borgo Egnazia, el bello pueblo del taco de la bota italiana –la región de la Puglia (Apulia en castellano)– sobre el Adriático. El G7 es el corro para discutir asuntos políticos y económicos que forman los gobiernos de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, a los que se agrega la Unión Europea. Los países del G7 suman la mitad del producto bruto mundial y los habitan un octavo de la humanidad. O sea, está constituido por los países más ricos del planeta y configuran el eje de la economía mundial.
La anfitriona del encuentro es la primera ministra Giorgia Meloni. Asisten el presidente de los Estados Unidos Joe Biden, el francés Emmanuel Macron, el canciller alemán Olaf Scholz, el primer ministro canadiense Justin Trudeau, el japonés Fumio Kishida, el británico Rishi Sunak y Ursula von der Leyen presidenta de la Comisión Europea. Entre los líderes invitados que siempre acompañan estás reuniones se encuentra el Papa Francisco. Primera vez que asiste un Papa desde que el G7 cobró vida en 1975.
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva también fue invitado a Borgo Egnazia. De África fueron invitados el mauritano Mohamed Ould Ghazouani (en representación de la Unión Africana), el sudafricano Cyril Ramaphosa, el keniano William Ruto, el argelino Abdelmadjid Tebboune, el tunecino Kais Saied. De Asia fueron invitados el turco Recep Tayyip Erdogan, el rey Abdullah II de Jordania, el presidente emiratí Mohamed bin Zayed y el heredero al trono saudita Mohammed bin Salman.
En 1998 ingresó Rusia por su peso geopolítico y el G7 hasta 2014 fue el G8. Volvió a ser el G7 cuando en 2014 fue excluida Rusia por la cuestión de Crimea. El presidente de Ucrania Volodymyr Zelensky está invitado a la Borgo Egnazia. También asisten en carácter de invitados representantes de las Naciones Unidas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el Banco Africano de Desarrollo, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio (OMC).
China, África y la Inteligencia Artificial (IA) son los tres temas convocantes. Las propuestas norteamericanas para las salidas del conflicto de Gaza y de Ucrania son parte de la agenda también. Las circunstancias que rodean el cónclave vienen con gata parida. Los mercados financieros, bursátiles y del euro no están digiriendo nada bien que a los partidos vinculados al presidente Emmanuel Macron de Francia y al canciller Olaf Scholz de Alemania les haya ido mal en las elecciones al Parlamento Europeo el fin de semana pasado. Incluso, que la demócrata cristiana alemana Ursula von der Leyen no la tenga nada fácil para conseguir los votos que le permitan continuar como presidenta de la Comisión Europea. El avance de la derecha y la ultraderecha pone en jaque las políticas climáticas y de inmigración existentes. Las amenazas de los ultras de deshacer el “Pacto Verde”, que convocó 1 billón de euros en inversiones, avanzan. Los resultados electorales llevaron a Macron a anticipar los comicios legislativos.
Temas empelotados
Francisco estará en toda la jornada dedicada a IA. El tema papal es la ética de la IA. No es para menos. La mano viene para preocuparse con la codicia. El viernes 7 de junio las acciones de, Nvidia, la empresa líder en fabricación de chips (semiconductores) para IA, valían alrededor de 1.210 dólares cada. Esas mismas acciones el lunes 10 abrieron las operaciones a 120 dólares cada una. El valor de las acciones se dividieron diez veces para hacerla más asequible para los inversores sin diluir el valor de las acciones existentes.
Tomando como base la cotización el 29 de diciembre de 2023 de Nvidia, la del índice bursátil PHLX -dedicado al sector de semiconductores- y la del índice S&P 500 (el más representativo de todas las empresas que cotizan en la bolsa de Nueva York), se tiene que hasta el lunes 10 de junio la primera había subido 147,2%, el segundo 28,5% y el tercero 12,2%. Obvio que están esperando una explosión aún más fuerte del sector.
El mismo lunes 10 con prudencia y a ritmo lento Apple finalmente presentó Apple Intelligence, que integra la tecnología en funciones centrales de iPhones, iPads y Macs. La corporación da curso en su producto a la IA con ChatGPT de OpenAI y deja la puerta abierta para agregar otros chatbots. No cobrará por el nuevo servicio y no es fácil ver quién y por dónde se pagará la cuenta.
Elon Musk el mismo lunes profirió sapos y culebras sobre el tándem Apple-OpenAI. El martes retiró la demanda que había presentado en febrero en un tribunal estatal de California contra OpenAI y dos de los cofundadores de la corporación, Sam Altman y Greg Brockman, acusándolos de incumplimiento de contrato y deber fiduciario. El miércoles tenía la audiencia judicial. El principal accionista del emprendimiento de OpenAI es Microsoft. Musk hace un año puso en marcha xAI su propia startup de IA y competidora de OpenAI. Musk todavía no se desdijo de haber manifestado que si el cariño Apple-OpenAI sigue profundizándose, en sus empresas se prohibirá el uso de los artefactos de Apple. Entre Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI y Musk, ¿con quién se quedará Milei, que estuvo visitando recientemente a ambos expresando puros elogios?
El martes el S&P 500 y el Nasdaq batieron nuevos récords confiando en que la inflación estaba en baja (lo que se confirmó el miércoles) y –entonces- pronto la Reserva Federal recortaría la tasa de interés de referencia. Están en estado bull (alcista). El mismo martes la acción de Apple –por la IA- subió 7,2% en su mayor salto en un día desde noviembre de 2022. El miércoles las acciones de Apple treparon un 3,7%: Esa cotización subió la capitalización de mercado de la corporación a 3,28 billones de dólares, por encima de la de Microsoft, que está valorada en 3,25 billones de dólares. Nvidia, en tercer lugar, está valorada en 3,05 billones de dólares y había superado por corto tiempo a Apple la semana pasada.
Las siete principales empresas tecnológicas norteamericanas –aludidas usualmente como “Las Siete Magníficas”- en 2018 representaron el 10 % del índice de la bolsa de New York. Actualmente significan el 30%. En las bolsas de todo el mundo cotizan 960 acciones tecnológicas sumando un capital entre todas de 30 billones de dólares. “Las Siete Magníficas” –sumadas- valen alrededor de 15 billones de dólares, es decir casi la mitad. La IA echó la leña que faltaba al fuego.
Obras públicas y autos eléctricos
El encontronazo comercial no es el único entripado con China. La Asociación para la Infraestructura y la Inversión Global (PGII), es una iniciativa con la que el G7 y la UE para bancar proyectos «sostenibles, transparentes y de calidad en países de ingresos medios y bajos” que se espera se dé a conocer como corolario de la reunión de Borgo Egnazia. Al invitado Milei, un enemigo declarado de la obra pública, para no ir por esta suerte de ruta de la seda occidental no le va a ser fácil encontrar una colectora.
El miércoles la Unión Europea anunció que impondría provisionalmente aranceles adicionales del 17 al 38% a los vehículos eléctricos importados de China a partir del próximo mes, además de un arancel existente del 10 por ciento. Europa es un gran mercado para los vehículos eléctricos chinos. Esto sucede un mes después de que la administración Biden impusiera sus propias restricciones a los autos eléctricos chinos. En rigor, prohibió importarlos. Los legisladores de ambos lados del Atlántico dicen que Beijing subsidia injustamente a sus fabricantes de automóviles, lo que pone a sus rivales occidentales en una grave desventaja.
Los especialistas en política comercial sostienen que los aranceles fijados por la UE son bajos y mellaran poco la competitividad china en vehículos eléctricos. Una estimación -con consenso entre los especialistas- le pone un piso del 50% para que comience a tener efecto real la protección. El jueves las acciones de BYD, el gigante chino de autos eléctricos y principal exportador a la UE, que cotizan en Hong Kong subieron más de un 7%, porque el arancel les pega mucho menos que lo esperado. Seguramente algo habrá tenido que ver que los alemanes de Volkswagen y BMW hacen grandes negocios en China, y entonces son los primeros interesados en atenuar las represalias del panda.
Y así corre la pelota. Este viernes comienza en Alemania la Eurocopa. El patrocinador del Campeonato Europeo de la UEFA, que dura un mes y cuyos partidos se espera que los vean 500 millones de personas, es BYD. Para alegría de la derecha dura y la ultraderecha europea, su logotipo estará en todos los partidos televisados y sus vehículos eléctricos se exhibirán en los estadios anfitriones y en los lugares frecuentados por las hinchadas.
El proteccionismo está en la orden del día. La reunión del G7 no hace más que ratificar el estado de situación. La OMC está completamente trabada. Desde su creación en 1995 hasta 2022 el volumen del comercio internacional crecía a razón del 4% anual promedio, en tanto el Producto Bruto Mundial lo hacía al 3% anual. En 2023 se dio vuelta la taba. El volumen de comercio mundial creció 1,2% mientras que el Producto Bruto Mundial se incrementó en 2,7%. El pico máximo de comercio entre China y los Estados Unidos que se alcanzó en 2022, cayó 30% en 2023.
Para el Banco Mundial el crecimiento mundial se mantendrá estable en un 2,6 % en 2024 y en su “Global Economic Prospects” (Prospectivas Económicas Globales) de este mes sostiene que “las perspectivas mundiales siguen siendo moderadas en comparación con los parámetros históricos. En 2024-25, se prevé que el crecimiento será inferior al promedio de la década de 2010 en casi el 60 % de las economías, que comprenden más del 80 % de la población mundial. Predominan los riesgos a la baja, como tensiones geopolíticas, fragmentación del comercio, tasas de interés más altas durante más tiempo y desastres relacionados con el clima”. Para el Banco Mundial en la Argentina el PIB durante 2024 caerá (-3,5%).
Y sobre llovido, mojado por la más que conservadora Heritage Foundation que con su Project 2025 como manual de 950 páginas entiende que para una presidencia republicana acendradamente conservadora “ya es hora de sentar las bases para una Casa Blanca más amigable con la derecha. Durante décadas, mientras la izquierda continuaba su marcha a través de las instituciones estadounidenses, los conservadores se han visto superados en armas y superados en lo que respecta al arte de gobernar (…) Una razón es que el establishment republicano nunca abandonó la década de 1980. Los conservadores en Washington priorizan la economía del lado de la oferta y una política exterior belicosa por encima de todo. Curiosamente, la creencia en un gobierno pequeño se ha manifestado en la convicción entre algunos conservadores de que debemos predicar con el ejemplo y no cubrir todos los nombramientos políticos. La creencia en la primacía del Estado de seguridad nacional ha hecho que las administraciones conservadoras defieran las decisiones políticas a los generales y a la comunidad de inteligencia (…) El resultado han sido décadas de decepción”.
Resumen el panorama el proteccionismo y el adiós a Ronald Reagan, las obras públicas como instrumento de política exterior, la perspectiva de un mundo con el movimiento global de capitales financieros inhibidos, que reprime a gusto la tasa de interés interna y le da poca pelota a la inflación en números moderados, las corporaciones y el mundo a los codazos por la IA, y un presidente viajero tan ideologizado que es inmune a la realidad. Tan ajeno, que la careta de sus batallas políticas recuerda al irreconciliable enfrentamiento en Liliput entre los anchoextremistas y los angostoextremistas, facciones surgidas en torno a la controversia de cómo romper la cáscara de un huevo duro. Tan intrínseco, que en la lucha de clases de verdad intenta desayunarse cada mañana, con las tostadas y el café, a la porción más abundante posible de los trabajadores argentinos.