En los primeros días de noviembre, vecinas y vecinos de decenas de barrios populares de San Miguel de Tucumán votaron para definir proyectos muy concretos en el marco del Presupuesto Participativo municipal. En esta nota, el relato sobre el proceso que se fue desarrollando en el Distrito 12 de la capital tucumana1, en la zona sudoeste.
Sergio Osorio, fundador y coordinador del Centro de Trabajo Popular Mate Cocido2, es activista social y cultural, actor y dramaturgo. Sergio vive en el barrio ATE y es uno de los referentes de la movida vecinal. Hace tres años constituyeron el Comité de Crisis del Sudoeste, que articuló un trabajo conjunto con la Dirección de Centros Vecinales de la Municipalidad de la Capital y la Secretaría de Extensión de la Facultad de Arquitectura de la UNT.
“El Comité de Crisis no se armó en función del proyecto. Es un colectivo donde participan escuelas, cocinas comunitarias, merenderos, organismos gubernamentales como la Secretaría de Participación Ciudadana o el PUNA (Programa Universitario para el Estudio de las Adicciones)”, explica Sergio. Desde esa base, fueron sumando centros de jubilados, por ejemplo.
“Es una organización –detalla– donde los vecinos intentamos justamente crear nuestras propias respuestas a distintas problemáticas. Veníamos impulsando también la participación en el presupuesto, así que nos adherimos a la propuesta de la municipalidad para intervenir en el presupuesto que este año se va a aprobar y se va a ejecutar en el 2026. Se destina un 2,5% del presupuesto total. Esto está pensado como una cuestión evolutiva: el próximo año será del 3,5% y el tercer año sería del 5%”. Cada distrito dispondrá de 240 millones de pesos para ejecutar su proyecto.
Espacios de democracia directa
Desde ese lugar, han ido forjando un espacio democrático en el que los vecinos pueden intervenir y aportar ideas para proyectos socioambientales y culturales. En este caso, durante dos días votaron en todos los distritos. En el caso específico del Distrito 12, participaron 199 personas: hubo cuatro votos para un proyecto de formación para jóvenes; cuatro votos anulados y los restantes fueron para respaldar la construcción de un anfiteatro en la plaza del barrio Los Plátanos.
Sergio enfatiza: “Para nosotros, el hecho de que la gente participe y vaya a votar no habiendo ninguna dádiva de por medio es muy importante. Es la comunidad organizada en acción”. El anfiteatro que se va a construir será un lugar de encuentro para todos: centros de jubilados, academias de danza, talleres, y el objetivo es que haya un uso cotidiano del espacio para evitar que lo vandalicen. Están ya realizando un taller de gimnasia para adultos mayores en la plaza. En esa misma plaza, que fue escenario de las asambleas barriales en 2001.
“Nosotros. –aclara Sergio–, somos un Centro de Extensión Territorial para el trabajo conjunto con la Facultad de Arquitectura de la UNT, que nos ayudó con el diseño y el armado del proyecto. Desde el Comité de Crisis, impulsamos el debate entre los vecinos de distintos barrios y logramos consensuar que este año nos enfocáramos en el anfiteatro y el año que viene avanzaremos con otros proyectos que demandan nuestras comunidades”.
Empoderamiento popular
Elisa Márquez, directora del Área de Centros Vecinales de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, tuvo y tiene una activa participación en el proceso que comenzó con reuniones entre el Comité de Crisis del Sudoeste, con la Secretaría de Extensión de la Facultad de Arquitectura y se fueron incorporando Operadores Culturales para conformar la Mesa de Trabajo de Cultura que se suma a las cuatro existentes (Salud, Educación, Prevención y Alimentación). Elisa precisó que el proceso se inició en mayo con el objetivo de llegar a la votación en octubre. La idea es que los propios vecinos pueden proponer y decidir en qué se invertirá parte del presupuesto municipal.
El presupuesto participativo, como instrumento, busca enlazar la gestión del gobierno con las demandas de la ciudadanía a través de mecanismos asamblearios y foros, y son una combinación de democracia directa y semidirecta en la toma de decisiones. Es un mecanismo que impulsa el empoderamiento popular, de la justicia social, del régimen general de funcionamiento del Estado y de la relación Estado-sociedad3.
Las experiencias pioneras en Argentina han sido las localidades de Rosario, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Godoy Cruz, que comenzaron a implementar el PP desde 2002. A partir de estos casos iniciales, primero poco a poco y luego en forma más acelerada (en especial desde 2008), cada vez más gobiernos locales fueron sumándose a la adopción de esta política de democracia participativa.
Sin embargo, en nuestro país solo el 2 % del conjunto de municipios aplica el Presupuesto Participativo.
Desde la periferia al centro
“Se hicieron reuniones informativas en los distritos territoriales según lo establece la Ordenanza 5027/19 (reglamentado en octubre de 2024). Son 20 distritos y están conformados por barrios que tienen espacios comunes, características morfológicas en común y, por ende, necesidades en común. No coinciden con los circuitos electorales. A veces, hay vecinos que confunden una cosa con la otra. El objetivo es avanzar en la integración comunitaria en un movimiento ‘desde la periferia al centro’ en una suerte de ‘costura urbana’. Se analiza, se consensúa y se definen los proyectos a presentar y la gente debe votar», explica Elisa Márquez.
Y Elisa agrega: “La municipalidad capitalina –encabezada por Rossana Chahla– ya realizó el relevamiento de todos los barrios y ya hay relevamiento 170 barrios donde el estado ‘interviene’. El eslógan del Presupuesto Participativo municipal es ‘Tu voz es importante’».
Los promotores u operadores culturales trabajan sobre tres ejes: uno es el de espacios con propósitos socioambientales; otro, espacios con propósitos deportivos y culturales y el tercero, innovación urbana. Estos vecinos, del Distrito 12, eligieron el segundo porque hay una plaza que ya se está interviniendo en un sector y el sector que queda será destinado a actividades culturales comunitarias. En este distrito en particular hay una tarea muy fuerte y sostenida de las organizaciones civiles desde hace varios años.
El activismo del Centro de Trabajo Popular Mate Cocido y del Comité de Crisis Sudoeste trasciende –en la experiencia que compartimos– el carácter instrumental del Presupuesto Participativo argentino y adquiere una profunda significancia ideológica. Si bien las propuestas vecinales son muy concretas y se despliegan en la cotidianidad, el proceso va cimentando prácticas de construcción de cultura popular comunitaria. De comunidad organizada en acción.
Clara Murga es periodista/editora, conduce el programa radial Tenemos la Palabra (Metropolitana 93.5, San Miguel de Tucumán), con producción de Ricardo Cohen.
- El Distrito 12 incluye 10 barrios donde hay un trabajo muy fuerte de organizaciones civiles. Están comprendidos en ese territorio los barrios San Martín, ATE, SMATA, San Francisco, 2 de Septiembre, Villa Cabildo, Mutual Policial, Caja Popular. Los Plátanos, Cooperativa 2 de Abril y Presidente Perón. ↩︎
- El “Centro de Trabajo Popular Mate Cocido” comenzó su actividad hace 25 años, en el barrio ATE, al sudoeste de San Miguel de Tucumán. Pusieron en marcha la radio popular “FM del Mate”, una biblioteca popular, la orquesta infanto-juvenil Chivo Valladares, una murga y un grupo teatral que son parte de la EPA (Escuela Popular de Arte), creada hace más de diez años. Allí brindan talleres gratuitos para las y los vecinos. ↩︎
- Martínez, C. (2024). Presupuesto participativo en Argentina antes y después de la pandemia de COVID-19 y durante ella. Perspectivas, (10), 43–60. Recuperado a partir de https://revistas.ucalp.edu.ar/index.php/Perspectivas/article/view/356 ↩︎