El flamante presidente Rodrigo Paz anda en muy mala relación con su segundo, el capitán Edmand Lara, quien lo ha tildado de mentiroso. El último capítulo es el llamado del exuniformado de voltear en el Congreso el decreto que eleva el precio de los carburantes.
Juan Carlos Durán era un joven político cruceño afiliado al Movimiento Nacionalista Revolucionario. Acababa de jurar como ministro del Interior. Se le acercó para felicitarlo el por entonces presidente de la República, Víctor Paz Estenssoro, le estrechó la mano y lo primero que le dijo fue: “Juan Carlos, vigílemelo a Julio”. Julio era Julio Garret Ayllón a la sazón vicepresidente.
En realidad, la relación de Dr. Paz con sus segundos no fue muy grata, al punto de que mandó a golpear a uno de ellos a metros del Palacio de gobierno (se trataba de Juan Lechín, el máximo dirigente de los trabajadores) y otro, René Barrientos, comandó el golpe de Estado del 4 de noviembre de 1964 que lo expulsó del poder al que volvería recién 22 años después.
Como si la historia repitiera sus dramas una y otra vez, hoy su sobrino, Rodrigo Paz, anda en muy mala relación con su segundo el capitán Edmand Lara quien lo ha tildado de mentiroso. El último capítulo es el llamado de exuniformado de voltear en el congreso el decreto que eleva el precio de los carburantes.
Lara ha logrado una impensada alianza de sus congresistas con el resto de la oposición.
Mientras tanto crece la convicción de que el de Paz Pereira es un gobierno débil, cuya mayor habilidad ha sido echarle la culta de todos los males, habidos y por haber. Así se explica la detención el espresidente Luis Alberto Arce Catacora.
No está demás ecordar que fue gracias al voto por el capitán Lara que Rodrigo Paz ganó las elecciones.
El color de las hormigas
Cuando algo tiene vistos de convertirse en muy grave la expresión empleada es la de “color de hormiga”. Y eso está pasando cuando al momento de escribir este artículo los mineros anuncias paro indefinido y no hay transporte público en La Paz y Santa Cruz además de haber comenzado los bloqueos en varias partes del país, estos todavía son pocos pero pueden irse generalizando.
De momento los supermercados están vacíos de mercadería, en parte por la gran demanda, en parte porque esta no es repuesta esperando remarcar los precios.
Generalmente los bolivianos esperan 100 días, llamados de luna de miel, antes de comenzar a separarse del gobierno. La grave situación económica está acortando los tiempos.
Un alto dirigente del tutismo (la derecha boliviana) en privado señaló que se espera que en un año o dos Paz Pereira ya no esté en el gobierno y en tres años se convoque a elecciones.
Claro que si Paz renunciara antes de cumplir la mitad de su mandato debería haber comicios, pero eso está en el papel. En la vida real en Bolivia se vive al pie de un volcán y este ha empezado a ebullir.