La ley Bases impulsada por el Presidente abre la puerta al «saqueo de nuestros recursos naturales», afirma el legislador del bloque de Unión por la Patria, en entrevista con Y Ahora Qué? Sostiene que mantener el tipo de cambio «quieto» explica la desaceleración de la inflación. Si los menores índices de costo de vida fueran «por la política fiscal y monetaria», le hace esta pregunta al gobierno: «¿Por qué no saca el cepo cambiario y listo?»
A Itai Hagman le resulta «escandalosa la subordinación del gobierno a la geopolítica de Estados Unidos». Dirigente del Frente Patria Grande, integrante de UP, señala que los beneficios a las empresas extranjeras que otorga la ley Bases no se aplican «en ninguna parte del mundo». Economista y docente, subraya que «lo que quedó de la ley», tras las negociaciones del oficialismo con sus aliados, es «totalmente oprobioso para el pueblo». Admite la autocrítica de lo que «hizo mal» el gobierno anterior. Pero puntualiza que ahora se debe canalizar «la bronca» y «organizar la alternativa» al «proyecto de deshumanización de Milei».
— ¿Qué ha quedado de la ley Bases original?
— Tuvieron que quitarles muchas cosas respecto a la versión recibida en el verano. Por suerte las tuvieron que quitar. Había cosas que preocupaban y que ahora no están.
— ¿Por ejemplo?
— Hicieron modificaciones importantes en la ley de Administración Financiera, como el recurso que tenía el Poder Ejecutivo para endeudarse. Cambiaron algunas privatizaciones estratégicas como YPF, Arsat, etc.
— ¿Quedó algo bueno?
— Lo que quedó de la ley Bases sigue siendo totalmente oprobioso para el pueblo argentino. No hay ninguna modificación legislativa que beneficie a ningún sector de la población.
— ¿Qué es lo más perjudicial?
— Hay muchas cosas que perjudican a la población como la reforma previsional. La reforma laboral. Y ni que hablar de la reforma impositiva que es totalmente regresiva.
— ¿Y el Régimen de Inversiones?
— Preocupan, sobre todo, las cuestiones más estratégicas. En particular, el Régimen de Grandes Inversiones, RIGI. Es absolutamente lesivo. No solo para la soberanía sino para el desarrollo en nuestro país.
— ¿En qué puntos concretos?
— Lo que hace es abrir las puertas a una situación de saqueo de nuestros recursos naturales. No hay ninguna cláusula que permita derramar algo positivo para nuestro país en términos de desarrollo productivo o de entramado productivo o de puestos de trabajo o de transferencia de tecnología.
— ¿Qué es lo peor?
— Genera beneficios absolutamente excesivos en términos tributarios. Una estabilidad cambiaria y tributaria por 30 años. Beneficios que prácticamente no hay en ningún régimen de incentivos de inversiones en ninguna parte del mundo.
— ¿Y no se vulnera también la soberanía?
— Además de todo, cede jurisdicción. Entonces cualquier gobierno que quiera en el futuro revisar algo va a tener que comerse juicios en el CIADI, para arreglos de diferendos por inversiones. Esta es la historia que ya hemos visto muchas veces que siempre perjudican a la Argentina.
— ¿Ni una a favor entonces?
— Lo que veo es una política de rapiña. Está expresada en este proyecto. Así se explica por qué muchos grupos económicos están apoyando fuertemente la ley Bases. Y también la política económica del gobierno de Milei. Hay un negocio de rapiña de corto plazo y que, obviamente, no están pensando en el país. No están pensando en el desarrollo de la Argentina. Ni tampoco su estabilidad. Y, mucho menos, no están pensando en la gente ¿no?
— ¿Qué opinás, más allá de los casos concretos de ilegalidad que obviamente son judiciables, del ataque judicial y político a las organizaciones sociales?
— Eso también se inscribe en este contexto. Es la lógica destructiva. Es la lógica por parte del gobierno. No es sobre la base de señalar hechos concretos de corrupción o de prácticas repudiables. Se trata de destruir cualquier entramado de organización que exista en Argentina.
— ¿A quién o quiénes alcanza?
— Es como decir que si hay sindicalistas corruptos, destruyamos los sindicatos. Si hay prácticas clientelares en organizaciones sociales, destruyámoslas. Si hay corrupción en los hospitales, destruyamos la salud pública. Es una lógica de destrucción.
— ¿Se resuelve algo con este ataque?
— Lo hacen como si eso resolviera alguno de los problemas. La verdad que no va a generar ningún beneficio para la sociedad. Por el contrario, va a debilitar cualquier capacidad de defensa de los intereses de sectores de la población. Si no tienen alguna organización y participación es imposible que puedan lograr por lo menos, visos de dignidad en sus condiciones de vida, en sus derechos.
— Se desaceleró el alza de la inflación.
— En cuanto a la situación económica, la verdad que no hay nada para festejar. La razón por la cual el gobierno logró desacelerar el crecimiento de la inflación no es ningún misterio.
— ¿Por qué?
— Hizo una megadevaluación. Llevó la inflación al 25% en diciembre. Después lo que hizo fue dejar el dólar quieto o logró dejar el dólar quieto. Esa es básicamente la razón por la cual la inflación volvió a los niveles que tenía previos a la devaluación.
— Una historia vista y repetida en el país.
— Es lo que pasa siempre cuando se hace un proceso de devaluación y después se plancha el tipo de cambio. Siempre pasó eso en la historia argentina. Pasó en el gobierno anterior. Pasó en gobiernos anteriores. No hay ningún misterio ahí ¿cierto?
— ¿El ajuste tipo motosierra contribuyó?
— Si la desaceleración inflacionaria fuera por la política vinculada a lo fiscal y a lo monetario, si fuera realmente así, habría que preguntarle al gobierno ésto: ¿por qué no saca el cepo cambiario y listo?
— No lo tocan por nada del mundo.
— No lo hacen porque saben que si sacan el cepo la inflación se va a desmadrar nuevamente. Ya saben que hay una relación evidente entre la estabilidad cambiaria y la estabilidad de los precios de la economía. Y básicamente la pregunta hacia el futuro es si van a poder mantener el dólar quieto o no. Si van a poder mantener al dólar quieto van a tener a la inflación más o menos controlada. Y sino, no.
— La caída del poder adquisitivo de ingresos y salarios parece ser clave también.
— La contracara de la baja inflación es una recesión brutal y un aumento del desempleo. Con lo cual también es muy discutible que este sea el mecanismo para bajar la inflación.
— Proliferan los despidos.
— No veo ningún elemento positivo en la política económica porque es muy fuerte el desempleo. Vamos a un escenario de desempleo masivo en Argentina. Como el que tuvimos en la década de 1990. Con salarios mucho más bajos.
— ¿Ningún indicio de crecimiento?
— No veo un rebote de la economía traccionado por la inversión. No veo ningún sector que vaya a generar grandes inversiones. E incluso las que puedan venir de afuera no creo que sean suficientes como para revertir la recesión.
— ¿Hay crisis de representación en la oposición?
— En cuanto a Unión por la Patria, tenemos una ubicación política muy clara. Somos la oposición frontal al gobierno de Milei. No somos una oposición que negocia o que entra en el mercado persa de las negociaciones de las leyes.
— Es raro que otros bloques aliados se consideren oposición.
— Consideramos que, en conjunto, el de Milei es un proyecto regresivo. En todo caso si hay una crisis en la oposición es en los bloques que no tienen una posición política clara. Que no saben si un día son oficialistas o son opositores. Nosotros no tenemos ese problema.
— Pero no logra formar una mayoría.
— Podemos estar en minoría, como hoy estamos en el Congreso. Y nos toca perder y nos toca estar en minoría también en la sociedad porque perdimos las elecciones. Pero no nos preocupa eso porque estamos convencidos de nuestra visión.
— ¿Se avizora todo muy oscuro?
— Ojalá uno pudiera ser optimista respecto al gobierno. Pero la realidad, lamentablemente digo, es que este proyecto que encarna Milei no va a permitir resolver los problemas de Argentina. Nosotros vamos a denunciar todas las políticas que tengan que ver con la entrega de nuestros recursos. O la subordinación escandalosa a la geopolítica sobre todo de Estados Unidos que es absolutamente incomprensible.
— ¿En qué cifrar esperanzas?
— En acompañar a nuestro pueblo que va a salir a luchar. Que está luchando. Como luchó para evitar la política del ataque a las universidades públicas. O como lo está haciendo el movimiento obrero cuando realiza sus formas de luchas con los paros.
— Mucha gente no se siente representada por la oposición.
— Hasta que podamos generar una alternativa, nosotros planteamos organizar la bronca y luego construir la alternativa. Organizar la bronca de los que salen a luchar. Que el pueblo argentino pueda recuperar la esperanza de que se puede vivir en una sociedad alternativa. O por un camino alternativo al que propone este gobierno que deja afuera a una parte muy importante de la población.
— ¿Hay autocrítica?
— Estamos haciéndonos cargo de los errores. De lo que se hizo mal. Y luego reconvocar a la sociedad a construir una alternativa a este proceso de deshumanización que lleva adelante este gobierno de Milei.