Las relaciones peligrosas

Cada semana un nuevo escándalo pone en riesgo la estabilidad institucional de un Gobierno que políticamente parece limitado al recurso de la negatividad sistemática. Interpelado respecto de cualquier tema de interés para la comunidad, y del cual es responsable, responde que no sabe, que no contesta, que no es verdad, que son operaciones o que siempre mienten los otros. El 26 de octubre la Argentina, sin embargo, tendrá un panorama más claro respecto de la debilidad política en que ha desembocado el experimento libertario.

No hay paz para el experimento libertario en la Argentina. Con el áspero y crudamente especulativo tratamiento del Toto Caputo, que es mera repetición del que le aplicaran con su equipo a Macri en su momento, se gestionó para Milei un salvataje muy publicitado justo cuando se pisaba la línea del desastre, pero sin precisiones todavía, como diría el viejo don Hipólito, respecto de sus efectividades conducentes.

Agotadas las aptitudes crediticias del FMI, donde la Argentina se convirtió en el mayor deudor insolvente de su historia, ahora el organismo norteamericano redentor fue el Tesoro, ocasión propicia para que Trump, un especialista en humillar presidentes genuflexos, se mostrara más allá del bien y del mal, confuso y sin ganas de aprender el guión de la exhibición de prensa ni de trascender las formalidades imprescindibles.

Trump mostró gestos de aburrimiento como para despejar hasta la menor duda respecto de las diferencias insalvables de representatividad que lo separan de los Mileis (el Presidente y la hermana), y los Totos y los cancilleres de turno. Ni siquiera se tomó la molestia de anoticiarse de que las próximas elecciones en la Argentina serán de medio término y no para decidir un segundo mandato de Milei.

En el transcurso de la rueda de prensa, sin embargo, un Trump desbordante de metáforas intencionadas dijo que la reunión había salido bien y que “ahora ya se pueden ir”. Todos festejaron la ocurrencia con sonoras risotadas, y Milei pudo estar contento y experimentar una suerte de alivio porque al menos el trato había sido más amable que el dispensado a Mauricio Macri a fines de abril de 2017, cuando Trump aseguró con sorna que “yo voy a hablar de Corea del Norte y él me va a hablar de limones”, o al de noviembre de 2018 en la ceremonia de apertura de la Cumbre del G20 en Buenos Aires, ocasión en que,  estando ellos solos en el centro de un escenario vacío, al norteamericano se le ocurrió que debía dejarlo plantado sin siquiera saludarlo.

Ahora Milei volvió con una promesa, y el tamaño y peso de la mano que le palmeó la espalda frente al planeta entero fue suficiente para que los mercados retomaran un andar menos agitado. Sólo por unas horas. Pero el Gobierno libertario llegó a esa instancia muy sacudido por una cadena de escándalos, entre los cuales se destacan el centenar de víctimas debidas al fentanilo contaminado, la difusión de las grabaciones de Spagnuolo, el brutal triple femicidio en Florencio Varela y el escándalo por el financiamiento de la campaña en 2019 del ahora diputado nacional José Luis Espert con fondos provenientes del empresario narco Antonio Fred Machado, todavía detenido en Argentina a la espera de ser extraditado a los Estados Unidos.

Este último problema para la Libertad Avanza es doble: actualmente Espert preside la estratégica Comisión de Presupuesto de la Cámara Baja y afronta una denuncia penal de Juan Grabois para dilucidar su vinculación con Machado, al tiempo que encabeza la lista de candidatos por la Provincia de Buenos Aires. Y aparece entonces un entramado con miembros que se repiten una y otra vez, como el abogado Francisco Oneto, por ejemplo, quien fuera socio en el estudio jurídico que también representa a Milei en el caso $LIBRA, y es apoderado del narco empresario Machado.

Así era el cuadro de situación después de que Trump diera luz verde a un nuevo salvataje. Aunque el caleidoscopio financiero, con el movimiento de los tipos de cambio múltiples en primer plano permitía vislumbrar y, bajo ciertas circunstancias, hacer grandes negociados, así era el cuadro de situación. Entonces operó simultáneamente la tentación de sancionar un decreto que redujera a cero por ciento las retenciones para la soja y otras mercaderías hasta el 31 de octubre próximo, o se alcanzaran registros de Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) por 7.000 millones de dólares, lo que ocurriera primero.

Fue escandaloso. Inmediatamente, un puñado de multinacionales exportadoras agotaron el cupo de los 7.000 millones de dólares y se apropiaron del beneficio por la reducción a cero por ciento de un impuesto de alrededor del 26 por ciento. La maniobra les aportó una ganancia extraordinaria de entre 1.000 y 2.000 millones de dólares, y para los productores, que apenas la vieron pasar, constituyó un gesto obsceno, casi un corte de mangas histórico. Fue escandaloso, y orilló tangencialmente una estafa. Pero además la liquidación anticipada de 7.000 millones en el mercado de cambios debe ser pensada como una descapitalización severa, habida cuenta de que se entrega en el altar de la especulación, para que la manejen el Toto y sus amigos, una parte del sector que aporta más dólares a la economía nacional. Y como no podía ser de otro modo, tampoco la maniobra salió bien, porque el Gobierno ya ingresó en la etapa en la que difícilmente algo le salga bien.

Con el salvataje norteamericano y la maniobra con las cerealeras, las cosas parecían encarrilarse. Era posible esquivar las presiones y bancar hasta la permanencia de Espert en el Parlamento, más allá de su relación non sancta con el narco empresario Machado. Pero entonces los norteamericanos hicieron cuentas y consideraron que si los productores argentinos parecían resignados a ver cómo la rebaja de las retenciones a la soja también beneficiaba a los compradores de China –que en buena medida se llevaron la soja–, los productores norteamericanos no estarían dispuestos a que merced al masoquismo argento recayera sobre ellos un plus de penuria en el marco de la guerra de aranceles. Aunque simultáneamente se informara que Milei viajaría de nuevo a los Estados Unidos el 14 de octubre, seguramente para recibir los abrazos y vítores adeudados.

Un comentario sobre «Las relaciones peligrosas»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *