El académico mexicano Ariel Rodriguez Kuri, uno de los principales intelectuales de ese país, dialogó con el periodista Jesús Escobar Tovar sobre el legado de Andrés Manuel López Obrador, sobre qué cosas cambiaron y de cómo arrasó a la oposición. La entrevista, realizada poco antes del traspaso del mando y transcripta aquí completa, también puede verse en este link:
https://www.youtube.com/watch?v=P9CIxP5rkoM.
Tovar: –Siempre agradecidos contigo. Oye, yo te voy a comenzar preguntando lo siguiente: ¿qué tanto la oposición, con su comportamiento, con lo que hizo o dejó de hacer durante tantos tantos años desde que era gobierno hasta convertirse en oposición, ayuda a crear el mito de Andrés Manuel López Obrador, a darle forma a Andrés Manuel López Obrador, al obradorismo como tal. Tiene peso o no tiene peso la oposición como tal?
Rodríguez Kuri: –Yo creo que, por supuesto que contribuyó al mito de López Obrador o al menos a la conformación del personaje, del animal político que conocemos, en muchos sentidos. Uno fue a partir de ese intento, un viejo intento que ha permanecido en el tiempo, de excluirlo de la política posible en México. Eso fue un acto de una enorme brusquedad y a la larga constituyó un error estratégico muy grande. Yo creo que empezó un poco antes de que ganara la jefatura de gobierno en el año 2000, pero sobre todo durante la jefatura de gobierno. Luego el intento de desafuero y la propia campaña de 2006. Ahí se reunieron una serie de fuerzas políticas que, razonando o instintivamente, supusieron con razón, por cierto, que estaban ante el enemigo más formidable que iban a tener en los próximos años. No lo lograron, no descarrilar la carrera de López Obrador. No pudieron socavar el movimiento por dentro, incluso desde el PRD mismo, y la historia se desarrolló en los términos que conocemos. Es decir, López Obrador no solamente alcanzó la presidencia, que eso es un hecho notable para un político de izquierda en México. En ese camino fundó un nuevo partido político, algo que es un garbanzo de a libra digamos, en la historia política mexicana. Usualmente los partidos políticos se han formado desde el poder o desde las élites, si pensamos en el PAN por ejemplo, pero no se ha pensado un partido político que llega al poder a partir del trabajo horizontal. Una de las cosas que más presume López Obrador y yo creo con razón, es que están en todos los municipios de México. Es decir recurrió al viejo procedimiento que utilizó en su momento Lázaro Cárdenas por ejemplo, luego el Movimiento de Liberación Nacional en los 60, luego Eberto Castillo en los 70, luego Cuahutemoc Cárdenas después de ser candidato en la elección de 88 y luego en la formación del PRD, de ir a la sociedad y a partir de ahí, plantear una opción organizativa. Pero ahora sí funcionó en términos del acceso al poder. Y eso me parece que es notabilísimo, y redefinió en ese camino el papel de la oposición que hoy está tratando de encontrarlo. Porque no lo tiene, no lo tiene establecido, no sabe qué va a hacer. No sabemos si va a haber un solo partido opositor, si va a haber varios partidos opositores, si se van a refundar los dos principales partidos que es un decir el PAN y el PRI por ejemplo. Estamos ante un terremoto político, notabilísimo, en la historia política mexicana
Tovar: –¿Un torbellino transformador por parte de Andrés Manuel López Obrador?
Rodríguez Kuri: –Que yo creo que se condensó, me parece que alcanzó su culminación en tres puntos que yo resumiría de la siguiente manera, Jesús. Uno, la comunicación política: una vez alcanzado el poder, ya se había ensayado durante la jefatura de gobierno, pero una vez alcanzada la presidencia de la República, la mañanera se constituye en una modalidad desconocida en México, desconocida en prácticamente cualquier parte del mundo en estos momentos, de apelación a la sociedad directamente. No utiliza los sistemas tradicionales de propaganda política como la televisión, incluso como las redes en el sentido establecido que tienen éstas, la prensa escrita muchísimo menos, etcétera, lo cual logró no sé si la realidad, o la fantasía, o ambas de una comunicación directa con una parte sensible, pero importantísima de la sociedad mexicana. Esa es la primera innovación de fondo y yo creo que la política en México no va a ser igual antes y después de López Obrador, precisamente por esa revolución en comunicación política, que la oposición no ha entendido, no ha descifrado y no ha encontrado una alternativa, o si tú quieres un antídoto. Se dio en una circunstancia de los medios de comunicación, que tú conoces mucho mejor que yo, pero que supo aprovechar con ese sentido que yo llamé en algún momento leninista que tiene López Obrador de identificar la oportunidad, y replanteó la manera de decir qué está haciendo, que era el gran talón de Aquiles de los gobiernos democráticos plebeyos opositores en la historia de las izquierdas internacionales. Usualmente no van de la mano con los medios de comunicación. Muy probablemente van en contra de los medios de comunicación. Lo vimos con Lula y con los gobiernos de izquierda en Brasil por ejemplo, lo vimos con Allende en los 70 en Chile, lo hemos visto en otras partes. Los medios de comunicación usualmente no son progresistas y por lo tanto son los grandes escollos para una gobernabilidad de la izquierda. Acá lo superó López Obrador brincándoselos y aprovechando las nuevas tecnologías.
Tovar: –¿Cómo dimensionamos la mañanera ahorita que hablamos de esa comunicación política?
Rodríguez Kuri: –Tiene una dimensión obvia, que es transmitir mensajes, transmitir información muy cuestionada, a veces manejada desde el punto de vista del poder. Eso es lógico, pero que genera la nota política del día. A un costo bajísimo, en realidad. Porque yo diría que casi es automática la manera en que se reproducen las informaciones y los mensajes de la mañanera. Entonces eso me parece que es importante. Pero hay una segunda dimensión, Jesús, que no se toca cuando se habla de la mañanera y cuando se le quiere disminuir, hablando simplemente de un ejercicio demagógico populista. Sabrá Dios que significa eso, ¿no?. Es que está ensayando una especie de peso y de contrapeso de manera informal en el espacio público mexicano. Es decir López Obrador llegaba cada mañana y decía yo opino esto, yo hice esto, yo propongo esto. Inmediatamente había una reacción desde la sociedad en favor o en contra, para atacar o atajar ese mensaje, esa información, etcétera. Es tan rápida, va a tal velocidad la mañanera de todos los días, que no dió pie a una prensa mal entrenada, mal informada, con un bajo perfil profesional, a poder responder y mucho menos a los intelectuales orgánicos de la oposición, que no estaban preparados para ese debate, sino estaban preparados para ver qué dijo López Obrador en la mañana y tener una contrapropuesta sólida, por la tarde, o al otro día, o una semana después, no lo estaban. Yo he dicho que esto es, amén del ejercicio comunicativo, también un ensayo general, informal con pocas fronteras, pero muy importante, de otro régimen político que yo llamo un parlamentarismo silvestre. Donde el Primer Ministro, tú sabes el jefe de gobierno, va al parlamento una vez al mes, una vez cada tres meses, una vez a la semana, etcétera, dice que está haciendo, dice que va a hacer, y la oposición reacciona. Bueno, como aquí no estamos en un régimen parlamentario, ni el diseño de las cámaras, ni la presidencia misma, están hechos para un régimen parlamentario, este se dio informalmente en las mañaneras. Lo que pasa es que aquí lo que faltó no fue presidente, lo que faltó fue oposición, y lo que faltaron fueron intelectuales públicos entrenados en la política, no en la admonición, no en la moralización de la política.
Tovar: –¿Estamos ante un cambio de régimen querido Ariel?
Rodríguez Kuri: –No todavía, pero están dadas las condiciones para un cambio de régimen, y esta es la tercera contribución mayor de López Obrador. Al haber garantizado y trabajado para una transición pacífica, para una elección inobjetable de Claudia Sheinbaum como presidenta de la República, y al haber conquistado esas mayorías en las cámaras, crea las condiciones para formalizar un cambio de régimen al menos en algunos de los sentidos más fundamentales que tiene el término. Por eso digo que la selección del candidato, la elección misma y la post campaña, han sido una de las aportaciones más grandes que ha hecho López Obrador a este país. Es decir que se dé una relativa paz política (tenemos otro tipo de violencia pero no es una violencia política), que se dé con esos atisbos de continuidad, que mucha gente critica, pero que yo diría que son ahora una ventaja para ensayar el cambio de régimen, y con esa legitimidad. Entonces, no hay un cambio de régimen todavía, al menos no se expresa por ejemplo en otra relación entre el ejecutivo y las cámaras. Yo personalmente creo que este país está llegando a la culminación del régimen presidencialista, ya no da para más. Claudia Sheinbaum debe tenerlo muy muy presente. Hay que ir ensayando otras formas de relación entre el ejecutivo y la representación política, es decir las cámaras. Debemos avanzar hacia un régimen semiparlamentario. A mí me parecería que eso sería lo más sano, porque nos educaría otra vez a todos, sobre todo a los jóvenes, en otra manera de hacer política, y le daría formalidad a lo que se insinúa todos los días, o se insinuó todos los días en las conferencias mañaneras por ejemplo. Donde se informa y donde se replica. Acá más bien se informaba, porque los que tenían que replicar, o son muy flojos, o están haciendo otra cosa, o están acostumbrados a otra dinámica no?. Entonces no replicaban propiamente tal, salvo ad hominem no? El presidente es un populista. Bueno ok!. Pero qué dijo y qué vamos a hacer con lo que dijo?. Eso es lo que políticamente tendría que haber trabajado la oposición y que no trabajó.
Tovar: –Recuerdo una frase de la oposición que incluso la hicieron parte de sus banderas: “Andrés Manuel es un accidente de la historia”. Les jugó completamente en contra.
Rodríguez Kuri: –Pues como accidente de la historia es el meteorito en Yucatán que acabó con los dinosaurios. O sea, son accidentes que llegan para quedarse. Entonces la política se va a tener que hacer a partir de la herencia de López Obrador y a partir de la manera en que redefina este legado Claudia Sheinbaum, que tiene muchos instrumentos en las manos. No se trata de cambiar lo que no va a cambiar, sino se trata de cambiar lo que puede cambiar y puede ser más fluida, más eficiente, y sí diría yo, más institucional la vida política mexicana. La oposición se va a tener que reestructurar sola. Es obligación moral, no solamente política. Los intelectuales públicos están llegando ya a un momento de que requieren renovar, no digo en sus personas, pero sí en sus programas y en sus alegatos. Una buena parte de ellos, al menos. E incluso los que están cercanos a la 4T tendrían que aprender, ensayar otros protocolos de apoyo al gobierno, pero en otros términos. Se necesitaba tal como fue, yo creo que en ese sexenio, pero ya estamos en otro juego. Ya estamos en otro partido.
Tovar: –Oye Ariel, ¿cómo comprendes tú esa empatía de millones hacia López Obrador? Y eso en un país en donde estábamos acostumbrados a que la clase política siempre estuvo por los suelos, en cuestión de simpatía, en cuestión de credibilidad por parte de la ciudadanía. Hoy se va un presidente con el 70 por ciento de popularidad.
Rodríguez Kuri: –Sí, mira, yo lo atribuyo en primera instancia por supuesto a varias de sus políticas públicas, ¿no? Que son un giro dentro de la marginación, el aislamiento, casi diría yo el sabotaje de las condiciones de vida de buena parte de la población. Pero no es lo único, y aquí se equivocan la oposición y muchos de los críticos de López Obrador. Lo segundo que explica esa popularidad es que López Obrador no anduvo con cuentos. Fue votado en 2018 para gobernar. No es el gerente del país. No está administrando cosas. Está gobernando, tiene un mandato sobre el territorio, sobre las cosas que están en el territorio, incluso sobre las personas que están en el territorio. El neoliberalismo nos había acostumbrado muchísimo a entender la titularidad del ejecutivo como a la manera gerencial. ¿Hay un problema? Pues lo resuelvo. Hay otro problema, pues llamo a los accionistas, nos ponemos de acuerdo y también lo resolvemos. López Obrador regresa al lenguaje clásico de la política, regresa al lenguaje clásico también de la cultura política mexicana, incluso yo diría de la propia Constitución. Hoy el periódico El País titulaba “El último de su especie”. Es muy cierto en este sentido. Se puso a hacer política con el lenguaje de los políticos y con los programas de los políticos y abandonó esa tendencia o esa predisposición que habían mostrado muchos gobernantes, incluso de izquierda, de decir que gobernaban gerencialmente. Es decir, de lejitos y sin comprometerse y dejar que operaran las fuerzas objetivas de la economía, de la sociedad, etcétera. Bueno, no. La política es una voluntad. No puede todo, pero puede muchas cosas.
Tovar: –¿En dónde queda la batalla cultural ya después de Andrés Manuel y partiendo con Claudia?
Rodríguez Kuri: –El mayor triunfo es que la política puede afectar las condiciones de vida y que por lo tanto la decisión sobre quién gobierna tiene que ver con las condiciones de vida de la población. En términos de cultura política, eso es fundamental y es una victoria cultural de López Obrador. Es decir que la voluntad cuenta, no va a arreglar todo, quizás no va a arreglar lo más fundamental, pero sí se va a notar en la vida cotidiana de las personas. Ese es un elemento fundamental. El otro elemento que es tácito, que todavía no se expresa, y ya me refería a él hace un momento, es que tiene que haber una profunda readecuación del sistema de partidos en México, que debe pasar, tarde o temprano, por una profunda readecuación de la representación política. No solamente para qué sirve el congreso, que ya sabemos, para qué sirve. Sino también cómo se integran y cómo refleja las mayorías y las minorías. Eso está pendiente. Porque ahora les ha dado a muchos de los críticos de López Obrador de decir que no se respetan las minorías. Lo que pasa es que con el diseño actual de la Constitución, de la composición del congreso, de la cámara de diputados y de senadores, así está mandatado y así quedan los resultados. ¿Quieren otro tipo de representación? Vamos al sistema proporcional. Pero el sistema proporcional te lleva casi, de manera automática, de la manita a cambiar también las relaciones con el Ejecutivo, por la vía del parlamentarismo o semiparlamentarismo. Yo creo que eso no ha adquirido la centralidad suficiente, y es la siguiente batalla cultural que hay que dar. Y yo diría en último lugar, y no menos importante, que una gran victoria cultural de López Obrador, y de lo que representa, lo que representó en este sexenio, es que el grueso de la población no tiene que andar de la greña con la política, sino que, al contrario, es posible imaginar un régimen donde no estás de acuerdo con cada cosa que haga el presidente o cada funcionario electo en este país. No, no es el punto, sino que básicamente estás de acuerdo con los parámetros generales según los cuales es conducido el país. Esta es una reconciliación histórica de buena parte de la población con el quehacer político, y esa sí es una victoria cultural extraordinaria.
Tovar: –Mi querido y admirado Ariel Rodríguez Kuri, yo como siempre te agradezco estos minutos y la posibilidad de aprender de ti.
Rodríguez Kuri: –Muchísimas gracias Jesús, aquí estamos al pie del cañón.