Mientras la atención está puesta sobre los pesqueros chinos, la depredación mayor se produce en las aguas argentinas ocupadas por el Reino Unido. El papel de los pesqueros españoles y la colaboración uruguaya con la pesca ilegal.
El reciente hundimiento del buque pesquero «Argos Georgia» en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) argentina, ocupada por el Reino Unido en las Malvinas, ha puesto de relieve el saqueo pesquero en estas aguas. El «Argos Georgia», con 54 metros de eslora y 13 de manga, fue construido en 2018 en Yalova, Turquía, y estaba abanderado en Santa Elena, un exponente de bandera de conveniencia y paraíso fiscal. Especializado en la pesca con palangre, el buque pertenece a la armadora Argos Froyanes, de capitales españoles, ingleses y noruegos.
El incidente, que ocurrió mientras el barco se dirigía a pescar, revela la significativa conexión de la industria pesquera española con esta operación, tanto en términos de personal como de relaciones comerciales. Al declarar el estado de emergencia, el buque expuso la imposibilidad de la Argentina de desplegar sus medios para asegurar la vida humana en el mar, debido a la ocupación británica. La tripulación estaba formada por 27 marineros, entre los que habría 10 españoles, incluyendo al capitán del barco, el patrón de pesca, el cocinero, dos operarios de máquinas y dos observadores científicos. El último contacto con los marineros tuvo lugar el pasado lunes 22 de julio a las 21:23 hora española (18:23 hora local). Según la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra, tras el incidente el barco se hundió en la madrugada, y la tripulación lanzó tres balsas salvavidas para abandonar el buque. Una de ellas falló en su proceso de desplegado e inflado, por lo que todos se concentraron en dos botes. Las condiciones meteorológicas complicaron los esfuerzos de rescate. Dos de los fallecidos eran ciudadanos de Vigo y Baiona, mientras que un desaparecido y tres supervivientes son vecinos del municipio de Ribera, todos ellos de origen español.
Es importante señalar que la Argentina es responsable ante la comunidad internacional de custodiar la vida humana en el mar en estas aguas, aunque el Reino Unido impida ejercer ese mandato.
Este accidente evidencia la magnitud de una operación internacional de pesca ilegal en aguas argentinas ocupadas y también cuestiona la narrativa que responsabiliza exclusivamente a la flota china por estas actividades ilícitas. La operación de pesca en la zona ocupada por el Reino Unido en Malvinas supera ampliamente la actividad en la milla 201, destacando la complicidad de varios países, incluyendo la República Oriental del Uruguay, que facilita el puerto libre de Montevideo, sin el cual estas operaciones ilícitas serían inviables.
La Argentina debe reconsiderar su enfoque sobre este asunto y exigir que los países involucrados cumplan con la legalidad, especialmente aquellos cuyas empresas explotan permisos de pesca legales emitidos por Argentina. La actividad ilegal de pesca en estas aguas no solo viola la normativa internacional, sino también las resoluciones de las Naciones Unidas respecto al conflicto de soberanía en Malvinas.
El hundimiento del «Argos Georgia» expuso la realidad oculta detrás de la pesca ilegal en Malvinas, amparada por el Reino Unido, y ha puesto de manifiesto la precariedad e ilegalidad en la que se encuentran los trabajadores marítimos, quienes a menudo pagan con sus vidas en las frías aguas del sur argentino. Es crucial que la Argentina reformule su estrategia marítima, fluvial y pesquera antes de que sea demasiado tarde.