A contramano de los recortes del Gobierno nacional, en la localidad pampeana de Casa de Piedra, provincia de La Pampa el gobernador Ziliotto anunció el financiamiento de la segunda etapa de la obra de ingeniería hídrica que se derivó de una exploración técnica y científica. Esta iniciativa que comenzó a ganarle tierra fértil a lo que hasta hace un tiempo era desierto, no se puede llevar adelante sin articulación público-privada. Bodegas y turismo.
La gobernación pampeana anunció para los últimos días del año la licitación de la segunda etapa del proyecto de ampliación de la zona bajo riego en Casa de Piedra. Una exploración técnica y científica de años primero, y luego una obra de ingeniería hídrica convirtieron una zona desértica de 1200 hectáreas en viñedos, olivos y montes de almendras, nueces y pistachos. Como el “milagro israelí”, pero a menos de mil kilómetros de Buenos Aires.
Casa de Piedra es la localidad limítrofe entre las provincias de La Pampa y Río Negro. Allí comienza lo que los patagónicos llaman “el desierto”. Sin embargo, un sistema compuesto de tomas de agua, bombeos de profundidad y cisternas para el acopio de agua del río Colorado, modificaron drásticamente el paisaje y las posibilidades para la vida humana.
Donde no había nada, hoy hay emprendimientos productivos y demanda de viviendas para los trabajadores y escuelas para sus hijos. El rol de la articulación público-privada. Más roquista, o más sarmientino, por citar a los próceres que Milei evoca pero no imita, no se consigue.
La clave fue una inversión pública cercana a los 4700 millones de pesos, condición necesaria para atraer inversiones privadas que triplicarán largamente ese monto. El proceso ya está en marcha y la primera conclusión es evidente: ninguna empresa privada arriesgaría esa cifra, ninguna política de motosierra la aceptaría.
La historia, que comienza en 2007, es un ejemplo por la positiva de continuidad de políticas de Estado a nivel subnacional. Entonces, se inició el proceso para obtener financiamiento del Consejo Federal de Inversiones y establecer, con esos recursos, una chacra experimental en la zona.
“Así se obtuvo información muy valiosa sobre suelo, clima, lluvia, viento y factibilidad de distintos cultivos. Sin ese antecedente, cualquier inversión privada hubiera sido de altísimo riesgo”, explica Sebastián Lastiri, a cargo de la Agencia de Inversiones y Comercio Exterior de La Pampa, que participó activamente en todo el proceso. Fue más de una década de trabajo silencioso, de recopilación, procesamiento y análisis de datos.
“A principios de 2023, el gobernador Sergio Ziliotto nos encargó a una serie de áreas de la administración provincial el desarrollo de un paquete de medidas para poner en marcha esos emprendimientos. Participaron, además de la mencionada agencia, la Universidad Nacional de La Pampa (UNPam), los ministerios de la Producción, de Hacienda y Finanzas, el Ente Provincial del Río Colorado (EPRC) y el Banco de La Pampa.”
El paquete al que refiere el funcionario incluye aspectos fiscales como reducción de las cargas durante los primeros años, acceso al crédito con tasa subsidiada y asistencia técnica por parte de expertos y profesionales que aporta la provincia. El proyecto total abarca 1200 hectáreas, divididas en tres etapas: la primera, ya plenamente productiva, la segunda que se asignó hace un año y la tercera que se licitará el próximo viernes 27.
Pero la planificación no se agota allí. Donde hay viñedos, tarde o temprano hará falta una bodega. El estado provincial ya evalúa proyectos en ese sentido, para facilitar a los pequeños productores el acceso al proceso de vinificación y agregado de valor y evitar que sufran posibles distorsiones en la cadena.
La provincia ya cuenta con actividad vitivinícola privada, en la localidad de Colonia 25 de Mayo, famosa por sus cabernet sauvignon y cabernet franc, un varietal éste último poco cultivado en Argentina. El modelo más cercano es el de la bodega municipal de Cutral Có, impulsada por iniciativa del intendente Ramón Rioseco. Y, donde hay viñedos y bodegas, aparece otra actividad asociada: el turismo.
Pros y contras
Tras cuatro décadas de gobiernos del mismo signo político, La Pampa cuenta con una economía sólida, cuyos recursos le permiten amortiguar mejor que otras los embates del Gobierno nacional. A modo de ejemplo, la provincia no se sumó a la propuesta de clearing de deudas del gobierno libertario, porque no le debe nada a la Nación.
“La apropiación indebida por parte del Gobierno central de recursos de las provincias incide negativamente en el proceso de generación de empleo, que ahora comenzó a revertirse. No somos una isla”, explica Lastiri con preocupación.
La articulación público-privada para el desarrollo productivo es una de las banderas históricas del Gobierno provincial, tanto del actual como de quienes lo precedieron. La otra es el reclamo por el manejo de los ríos, primero ante la provincia de aguas arriba, Mendoza, y luego ante la Nación. La carencia de agua obligó al Gobierno de La Pampa a desarrollar un manejo hiper eficiente del recurso, que hoy forma parte de la cultura de sus productores.
Desde hace medio siglo La Pampa sufre un proceso de desertificación, como consecuencia de los manejos mendocinos del río Atuel. Esa causa está en la Corte Suprema. El máximo Tribunal este año hizo lugar a una cautelar que ordena a Mendoza garantizar un caudal mínimo hasta tanto se resuelva la cuestión de fondo. Pero ese fallo, que data de junio pasado, tampoco se cumple. Por tal motivo, la provincia presentó una demanda ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). La CIDH acaba de aceptarla y darle curso. Ahora el gobierno nacional deberá dar explicaciones ante ese tribunal por el mencionado incumplimiento.
Hasta hace poco, alentado por el entonces Presidente Mauricio Macri, el Gobierno mendocino impulsaba la construcción de una represa hidroeléctrica sobre el Río Colorado en Portezuelo del Viento. La reacción de las comunidades aguas abajo y los sucesivos gobiernos pampeanos lo impidieron.