Piera Fernández: “La educación se impone sobre el ingrato azar de la desigualdad”

El documento que leyó en Plaza de Mayo el 23 de abril de 2024 la presidenta de la Federación Universitaria Argentina en nombre de su entidad y del Frente Sindical de Universidades Nacionales y el Consejo Interuniversitario Nacional. El texto se titula «La universidad pública: base de la democracia y el desarrollo social»

La Universidad Pública argentina atraviesa un período crítico como consecuencia  de las políticas implementadas por el gobierno nacional; agradecemos las  manifestaciones de la sociedad en apoyo del sistema universitario público y  convocamos a la ciudadanía a trabajar para sostener las universidades abiertas  haciendo docencia, investigación y extensión. Las universidades públicas son uno de  los motores de la democracia, la producción y los lazos sociales. 

Nuestras universidades han sufrido un fuerte ajuste en términos reales en los  denominados gastos de funcionamiento; la partida que mes a mes el Poder Ejecutivo  envía a las Universidades para que puedan funcionar (mantener edificios, realizar  obras, sostener programas de becas, residencias y comedores, incentivar el  desarrollo científico, financiar hospitales, laboratorios y proyectos de investigación, y  pagar servicios básicos, alquileres, seguros y la protección de sus sedes). Llegamos a  marzo de 2024 con un presupuesto de gastos a valores de septiembre de 2022. El  incremento del 70% de estas partidas, dispuesto para el mes de marzo, más el  reciente anuncio, en el marco de esta convocatoria, de un 70% adicional, constituyen  un aliciente aún insuficiente en tanto la inflación fue de un 300% en el mismo período  de tiempo. Además, las obras del Programa Nacional de Infraestructura Universitaria,  que habilitaba la posibilidad de desarrollar la infraestructura incorporando obras que  por su envergadura es imposible afrontar con propio presupuesto, se encuentran  paralizadas y no hay certezas ni información respecto de su continuidad. 

Cabe destacar que más del 90% de lo que el Estado invierte en la Educación  Superior se destina al pago de salarios de quienes trabajan como docentes y  nodocentes en las universidades. 

En estos últimos meses, el salario de las trabajadoras y trabajadores ha perdido 50% respecto de la inflación. Este deterioro salarial se hermana con el del resto de los  sectores del mundo del trabajo. Ello lleva a retomar consignas de hace más de 20  años: ¡Ningún trabajador o trabajadora de las universidades nacionales por debajo de  la línea de pobreza!. 

Reivindicamos los Convenios Colectivos sectoriales -docentes y nodocentes- y el  espacio paritario nacional con participación plena del Gobierno Nacional, quien hasta  ahora malversa su participación, imponiendo aumentos paupérrimos de manera  unilateral. De esta manera, se cancela de hecho la negociación colectiva, pilar del  diálogo social, y uno de los principios y derechos fundamentales del trabajo reconocidos por la OIT. Exigimos paritarias libres, sin techos, para garantizar salarios  acordes a la situación inflacionaria y que permita recuperar con urgencia lo que se ha  perdido. Sin salarios dignos de docentes y nodocentes, la universidad pública es  inviable. También es indispensable que se mejore de manera urgente la situación de  las jubiladas y jubilados que atraviesan otro período de pérdida salarial, y que se  restituya inmediatamente el FONID para toda la docencia inicial, primaria, media,  terciaria y preuniversitaria. Rechazamos la política de ajuste y disciplinamiento. La  comunidad universitaria se organiza, resiste y se solidariza con todos los sectores  que hoy atraviesan una situación similar o peor por afrontar despidos masivos. 

La educación es un derecho humano fundamental porque se impone sobre el ingrato azar de la desigualdad. Defender esta concepción de la educación es de vital  importancia y, más aún, en una universidad argentina en la que sus estudiantes se  enfrentan al aumento generalizado de precios que impacta sobre salarios, servicios,  alquiler y transporte, poniéndose en jaque el acceso, la permanencia y el egreso. Las  y los estudiantes trabajan y cuidan sus familias. En ese contexto, las políticas de  becas son fundamentales para democratizar; sin embargo, su recorte es alarmante:  tanto así, que al retraso respecto de la inflación que sufren las Becas Progresar y  Manuel Belgrano se le suman recortes en términos de montos, requisitos y periodo de  inscripción. Estas decisiones del Gobierno Nacional hacen que el desguace sobre las  herramientas conquistadas sea prácticamente total. Hoy las Universidades carecen  del presupuesto suficiente para sostener becas propias. Se necesitan presupuesto y  políticas de bienestar estudiantil para poder estudiar. Ante esto, asumimos la tarea de  defender inclaudicablemente el acceso a la educación a las grandes mayorías. 

No queremos que nos arrebaten nuestros sueños: nuestro futuro no les pertenece.  Somos orgullosos hijos e hijas de la Universidad Argentina; somos la Universidad  pública, gratuita e irrestricta en el ingreso, de excelencia, con libertad y equidad.  Somos la Universidad para el gran pueblo argentino. Por eso, lucharemos, en una  irrenunciable resistencia democrática y pacífica, por la educación que queremos, por  el país que anhelamos. 

Por otra parte, los sectores científico-tecnológicos y de investigación nacionales  atraviesan uno de los momentos más críticos de su historia. A través de las  universidades y centros de investigación distribuidos federalmente, la Argentina se ha  caracterizado por ser una referencia de ciencia y tecnología en el mundo entero,  dotando de desarrollos de punta y profesionales de excelencia al sector público y  privado. Nuestras científicas y científicos son desprestigiados respecto de la calidad  de sus trabajos, cuestionados respecto del valor que la ciencia y la tecnología tienen  para el desarrollo nacional y privados del reconocimiento que poseen su arduas  labores, muchas veces de dedicación exclusiva. La ciencia y la tecnología forman  parte de la Universidad Pública ya que la investigación es uno de sus pilares. Muchas  investigadoras e investigadores no llegan a fin de mes y carecen de información cierta  sobre la posibilidad de continuar con sus proyectos por los recortes en Conicet, así  como en Institutos dependientes de las Universidades. La ciencia y tecnología son  aspectos sustanciales para la producción de soberanía, desarrollo y progreso. “Un país que no invierte en ciencia, renuncia a su soberanía”

El desfinanciamiento de la universidad y el sistema científico va en desmedro de los  declamados objetivos de lograr el crecimiento económico. Es un retroceso para la  economía del país que puede tener en las exportaciones basadas en la economía del  conocimiento un sustento significativo. Gracias a su sistema universitario y científico,  Argentina es el primer país de América Latina en I+D+I. En este país se fabricó uno de  los diez reactores de energía más importantes del mundo. Entre 2018 y 2022, la producción de software generó 19.500 millones de dólares. Más de 100 nuevas  empresas en biotecnología han puesto al país también en el primer puesto de  América Latina. Gracias a la investigación aeroespacial en la Universidad Pública,  Argentina es uno de los diez países que tienen capacidad para diseñar y producir  satélites. Defendemos el acceso a la educación superior pública como un derecho.  Creemos en la capacidad igualadora de la educación pública y gratuita, en el poder  transformador de la Universidad como formidable herramienta de movilidad social  ascendente y en el aporte diferencial y sustantivo que la producción científica hace en  la sociedad del conocimiento. TODOS los problemas que tenemos se resuelven con  más educación y Universidad pública, con más inversión en ciencia y tecnología.  Queremos que nuestras instituciones sean el dispositivo que le permitan a la  Argentina desandar las desigualdades estructurales y emprender la senda del  desarrollo y la soberanía. La educación nos salva y nos hace libres. Convocamos a la  sociedad Argentina a defenderla. 

Buenos Aires, 23 de abril de 2024.
Frente Sindical de Universidades Nacionales 
Federación Universitaria Argentina (FUA)
Consejo Interuniversitario Nacional (CIN)

 

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