Diputado en la Legislatura de la provincia de Buenos Aires, el exintendente de Mar del Plata Gustavo Pulti fue el miembro informante de Unión por la Patria sobre el proyecto de Incentivo a las Inversiones Estratégicas. Aquí su exposición completa sobre un modo de crecer sin necesidad de RIGI.
Señor Presidente: El Régimen Provincial de Incentivo a las Inversiones Estratégicas que propone el gobernador Kicillof a esta Cámara, lo hace al frente de una Provincia que aporta a la Argentina el 50 por ciento del producto bruto industrial y el 36 del producto bruto; lo hace desde una Provincia que aporta el 39 por ciento de las exportaciones, que tiene el 38 por ciento de la población nacional, el 32 por ciento del empleo formal y el 41 por ciento de la producción agropecuaria. O sea, el Régimen Provincial de Promoción de las Inversiones Estratégicas se hace desde una Provincia que, además de lo dicho, le aporta el 38 por ciento de los ingresos fiscales a la Nación.
De manera que, si queremos pensar la Argentina, si queremos entender la Argentina sin la provincia de Buenos Aires, tenemos que pensar decididamente en otra Nación. Si se quiere entender el equilibrio fiscal de la Argentina sin la Provincia que aporta el 38 por ciento de los ingresos, hay que pensar en otra situación. Si se quiere entender el empleo de la producción agropecuaria sin la Provincia que aporta el mayor producto bruto industrial, no se puede hacer sin pensar en la provincia de Buenos Aires. Pero, esta provincia de Buenos Aires con sus 357 mil kilómetros cuadrados, con sus 17 millones y medio de habitantes, está funcionando con un telón de fondo que es el momento histórico que atraviesa el país.
En este momento histórico, la decisión política de impulsar el régimen provincial de impulso a las inversiones estratégicas resulta, según cómo lo miremos, una necesidad, un deber, una responsabilidad impostergable, porque el telón de fondo sobre el que funciona este régimen de esta Provincia en este momento, o sobre el que hace falta que funcione este régimen, es un telón de fondo que ha permitido con las decisiones que en materia de política económica toma el Gobierno Nacional, que haya 290 mil trabajadores menos ocupados.
Entre los números del cuarto trimestre del año 2023 y el último dato disponible del INDEC del segundo trimestre de este año, hay 290.000 trabajadores menos. Según CEPA, hay 11.900 establecimientos que ocupan menos gente en los diez meses que van de la gestión del presidente Milei. Y según el sistema integrado previsional hay 136.000 trabajadores formales menos.
En este contexto en el que ha caído un 30,9 por ciento la construcción, en este contexto en el que ha caído más de un 15 por ciento la actividad industrial, es este contexto en el que cayó un 12 por ciento la recaudación por el IVA del Estado Nacional, lo cual afecta también en los recursos provinciales, que cayó la recaudación por el impuesto al cheque y que cae el aporte por ganancias de las empresas porque tienen menos ganancias.
En este contexto, el motor económico de la Argentina que significa la provincia de Buenos Aires tiene que tomar decisiones. Y si no toma decisiones y se pliega al proyecto monetarista, se pliega al proyecto de aplastamiento de la demanda, de destrucción del empleo, entonces lo que hace es conducirse de manera procíclica en favor de un ciclo nefasto para el trabajo, para la producción, para la industria, para el campo, para las exportaciones, también para las importaciones.
Por lo tanto, esta Ley provincial que deseamos que esta Cámara acompañe esta tarde, es una Ley imprescindible para que no sigan pagando los platos rotos los pequeños y medianos comerciantes. Es un Ley imprescindible para que no sigan pagando los platos rotos las pequeñas y medianas industrias pero, sobre todas las cosas, es una Ley imprescindible para tratar de poner un dique de contención, un mínimo dique de contención, un imprescindible dique de contención al desbarajuste, al derrumbamiento total de la actividad económica que en esta Provincia, principal aportante -como decíamos- del producto bruto industrial de la producción agropecuaria, de la población y de los ingresos fiscales, pega el doble que en cualquier otra.
Por eso, señor Presidente, nos parece que este régimen que impulsa la generación del valor agregado, la creación de empleo de calidad, el desarrollo de proveedores locales -que ya nos vamos a detener un poquito en eso-, las transferencias de nuevas tecnologías, de conocimiento e innovación, la diversificación de la matriz productiva, el impulso a las exportaciones y/o sustitución de importaciones.
La deducción de los desequilibrios territoriales apuntando a generar mayor impulso en las zonas de menor empleo y la promoción de nuevos sectores productivos, este proyecto resulta necesario, imprescindible pero, especialmente, en este momento, a punto a fortalecer la industria manufacturera, los servicios de turismo, logística y otros servicios, las industrias culturales, las inversiones en salud, otros proyectos estratégicos y los incentivos en recursos naturales.
Y, en ese sentido, queremos agradecer a la bancada del radicalismo, a la bancada del diputado Frangul que han propuesto la incorporación de algunos capítulos relacionados con la agroindustria. Nos parecen importantes y nos parece que mejoran el proyecto que vino desde el Poder Ejecutivo.
Esos proyectos estratégicos que son elegibles por parte del Ministerio de la Producción e Innovación Tecnológica, son proyectos que auspician las inversiones de entre 5 y 50 millones de dólares, con un beneficio del 30 por ciento del impuesto inmobiliario, del impuesto a los sellos y de los ingresos brutos por cinco años; entre 50 y 200 millones de dólares, del 25 por ciento por 4 años, y mayor a 200 millones de dólares, del 20 por ciento por 3 años.
Hay quienes han ignorado que existe una suerte de contrapunto, una suerte de torneo entre el RIGI, el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones, que promovió el Gobierno nacional y que aprobó el Congreso de la Nación, con este Régimen Provincial de Impulso a las Inversiones Estratégicas.
Les queremos decir desde esta bancada de Unión por la Patria que el contraste entre ambos regímenes, definen un modelo, definen valores ideológicos, definen metas y definen una cosmovisión, no solamente de la Provincia, sino de la Argentina y del mundo.
¿Qué propone el RIGI que sancionó el Congreso de la Nación para toda la Argentina? Promueve que las inversiones que se hagan por más de 200 millones de dólares, con pautas en progresos, según la planificación que contemplaba la ley, no paguen el 35 por ciento de ganancia sino el 25. Promueve que las importaciones que hagan esos proyectos de inversión no paguen aranceles y que las exportaciones no paguen retenciones.
En ninguna parte del RIGI que promovió el presidente Milei y que aprobó una parte del Congreso de la Nación, se habla del valor agregado. En ninguna parte del RIGI se habla de los proyectos sostenibles desde el punto de vista ambiental y del punto de vista social. En ninguna parte se plantea la generación de redes de proveedores locales. Lo único que se plantean son privilegios tributarios para proyectos extractivistas, para proyectos que aseguran la inversión con menos impuestos a las ganancias, sin retenciones, sin aranceles de importación y que puedan disponer de todos nuestros recursos naturales. Y si hay duda en la disponibilidad de algunos recursos como, por ejemplo, el agua entre la minería y las poblaciones, el proyecto de disponibilidad ambiental del presidente Milei privilegia a la minería y no a las poblaciones.
¿Qué diferencia tiene con este proyecto? Este proyecto tiene varios aspectos en los que se diferencia. En primer lugar, el valor agregado, porque los beneficios se incrementan en función de la generación de empleo. Ítem vacío en el RIGI. Tiene un beneficio adicional del 10 por ciento cuando va a zonas de ingresos bajos y cuando se establecen parques industriales. No plantea “acá está el petróleo, vengan y llévenlo”; plantea la instalación de parques industriales, con lo que supone eso en materia de planificación-proyección que impacta urbanísticamente también en las ciudades de la provincia de Buenos Aires. Premia la innovación tecnológica, premia la sustitución de importaciones. Sustituir importaciones es desarrollar el mercado interno, desarrollar las capacidades productivas de la provincia de Buenos Aires. Premia el incremento de las exportaciones. Premia la sostenibilidad ambiental y beneficia con distintas tasas de interés el financiamiento de inversiones que sean protagonizados, mayoritariamente, por mujeres.
Ninguno de estos temas está presente en el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones que ha promovido el presidente Milei.
El presidente Milei, no tiene todavía una sola inversión que mostrar proveniente del RIGI. Por el contrario, se decía que, porque la provincia de Buenos Aires no había adherido al RIGI, la inversión de GNL que iba a Bahía Blanca, se había ido a Punta Colorada, a Río Negro, porque el gobernador Weretilneck se le ponían coloradas las palmas de las manos aplaudiendo el RIGI. Pero resulta que ahora tampoco va a Punta Colorada, porque Petronas ha dicho que no va a Punta Colorada, con lo cual no pasaba por la adhesión al RIGI.
Un aspecto principal es que las inversiones de más de 50 millones de dólares tienen que prever la ampliación de las redes de proveedores locales. ¿Qué significa para nosotros, para los bonaerenses, que se tenga en cuenta a los proveedores locales? Significa que la pequeña siderurgia, el pequeño taller, la carpintería y las distintas industrias relacionadas con estas inversiones tienen que ser desarrolladas. Pero, como el mercado por sí solo no desarrolla pequeñas y medianas empresas, se establece una tasa nominal anual de entre el 25 y el 35 por ciento -que es un cuarto de la inflación que va a tener Milei- para financiar a esos pequeños proveedores que formen parte de la malla de proveeduría de las inversiones.
O sea que, no solamente se premia el agregado de valor y la innovación tecnológica, en tanto no reduzcan puestos de trabajo, no solamente se premian los proyectos que tengan consistencia en materia de género y en materia de sostenibilidad ambiental; no solamente se premian los proyectos que apunten al desarrollo de las zonas más deprimidas, con menor empleo, de la provincia de Buenos Aires, sino que, además, el régimen de promoción de las inversiones estratégicas prevé tasas promocionales y microcréditos para esas mallas de proveedores.
Imagínense ustedes qué oportunidades tendrían con una legislación como el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones de Milei un pequeño taller mecánico, un pequeño taller siderúrgico, una pequeña carpintería o un ámbito de desarrollo de servicios logísticos frente al RIGI, con 200 millones de dólares; donde, en lugar de premiar el agregado de valor local y el proveedor local, lo que se hace es quitar retenciones y quitar arancelamiento para las importaciones. Esto se ubica exactamente en las antípodas.
Quiero decirles, además, que en el primer capítulo, “Los microcréditos productivos con bonificación de tasas”, hay tasas de entre el 28 y el 35 por ciento para hombres, y para proyectos que protagonicen mujeres del 19 por ciento.
La otra cuestión que genera es el asesoramiento y el apoyo gratuito para la gestión de calidad. La gestión de calidad no forma parte de una retórica vacía de los yuppies; la gestión de calidad es imprescindible si queremos, auténticamente, que un emprendedor de la provincia de Buenos Aires pueda ser proveedor de una gran inversión. Para ser proveedor de una gran inversión hay que resistir los análisis de calidad y los análisis de calidad significan sostenibilidad en el tiempo de los insumos que se apuesta a proveer.
Sin gestión de calidad no hay insumos y sin gestión de calidad no hay contratos. Y la gestión de calidad no la siembra el mercado en la cabeza de los microemprendedores; no la siembra el mercado en la cabeza de aquellos que vieron una oportunidad, pero que todavía les falta para obtener un desarrollo adecuado para poder ser proveedores de una gran inversión. Eso, también, lo asegura el régimen de incentivo a las inversiones estratégicas de la provincia de Buenos Aires.
Se plantea el auspicio, con tasas promocionales, en materia de energía. Lo cual, también, es muy importante, porque la sostenibilidad resulta de proyectos que se apoyen en energías renovables. En el planteo que hace el RIGI, el Régimen de Incentivos para las Grandes Inversiones del presidente Milei, en ningún punto se plantea la sostenibilidad ambiental, como ya habíamos dicho.
Otra cosa que resulta imprescindible si queremos hacer una malla de proveedores, con todo el impacto que eso pueda tener en el trabajo local, es que los pequeños y medianos emprendimientos de nuestros ciento treinta y cinco municipios y del ámbito rural de la provincia de Buenos Aires puedan tener una transformación digital. El acceso a la gestión digital requiere inversiones y, para eso, hay que tener financiamiento, y ese financiamiento lo pone a disposición con tasas promocionadas de entre el 25 y el 35 por ciento de la tasa nominal anual, que –como decíamos- va a ser un cuarto de la inflación de Milei, y con 3 a 6 meses de gracia.
También se incluyen las líneas de reactivación productiva, los créditos del FOGABA y las demás asistencias técnicas que tiene permanentemente dispuestas el Gobierno de la provincia de Buenos Aires.
Señor Presidente, el Régimen Provincial de Promoción de las Inversiones Estratégicas se puede sintetizar en pocas palabras. Es un régimen que impulsa el valor agregado del empleo, el trabajo, la producción. Es un régimen que impulsa la sustitución de importaciones. Es un régimen que impulsa una mitigación de estímulos concretos, como las tasas diferenciadas de inversión y una mitigación de la discriminación laboral que sufren las mujeres en la provincia de Buenos Aires. Es un régimen que impulsa la sostenibilidad ambiental.
El telón de fondo que le ofrece la Argentina a esta Provincia, que aporta más que ninguna otra provincia hermana de nuestro país para la sostenibilidad fiscal del país, que aporta más que ninguna otra al producto bruto industrial y al producto bruto industrial agropecuario, es un régimen que merece un párrafo más con relación a la decisión política de llevarlo a cabo en este momento. Este régimen que tiene beneficios tributarios, beneficios financieros y apoyatura técnica gratuita, es un régimen que se propone llevar adelante la provincia de Buenos Aires en el mismo momento en el que se le recortan fondos de distinto tipo, previstos en leyes que ha resuelto el Gobierno Nacional desconocer y que van contra los intereses de la provincia de Buenos Aires: La Ley de Financiamiento Educativo, la Ley de Sostenibilidad Fiscal, la Ley de Incentivo Docente y todas las disposiciones que han generado.
El gobernador Kicillof ya ha presentado cinco recursos en la Suprema Corte de Justicia, ya que son acciones de discriminación contra la Provincia, que no terminan en el plano político donde el Gobierno de la provincia de Buenos Aires es tratado como el gobierno de una potencia extranjera en guerra, donde el Gobierno de la provincia de Buenos Aires es tratado como un enemigo, donde el Gobierno de la provincia de Buenos Aires es sancionado porque piensa distinto.
Esas discriminaciones y esas acciones contra el Gobierno de la provincia de Buenos Aires no son acciones contra el gobernador Kicillof, no son acciones contra la bancada de Unión por la Patria, son acciones contra los pobladores, contra los trabajadores y las trabajadoras. Son acciones contra los microemprendedores; son acciones contra los comerciantes, contra los industriales, contra los productores agropecuarios de la provincia de Buenos Aires.
El recorte de obra pública que lleva adelante el Gobierno Nacional ha expulsado más de 100 mil personas. Eso solo en lo referido al desempleo. El recorte de obra pública ha dejado colgados del pincel a muchos gobiernos locales que tenían obras en marcha, financiadas por el Gobierno Nacional; y esas medidas restrictivas basadas en un monetarismo absurdo, antiguo y vetusto, nunca le dio resultados a la Argentina.
Son medidas que requieren otro tipo de soluciones y, en ese sentido, es un acto de responsabilidad, es un acto de seriedad y es una política imprescindiblemente constructiva la que se propone defender el valor agregado, el empleo, la inversión productiva, las mallas de productores locales multiplicándose.
Por último, y para algunos que verdaderamente opinan en el aire, como ha pasado seguramente, pero no ocurrirá acá en esta Cámara, diputados y diputadas que tienen un discurso muy responsable, pero sí desde algunos otros lados, se ha hablado del rechazo de la provincia de Buenos Aires al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones. Ese rechazo que es ideológico, es político, es conceptual y al cual adherimos, no hace que esa ley que sancionó el Congreso no tenga vigencia en esta Provincia. Tiene plena vigencia en esta Provincia, porque tiene plena vigencia en las 24 provincias de la Argentina. Es una ley de la Nación.
La disposición por treinta años de asegurar la estabilidad fiscal también está contemplada en las leyes de la Provincia; no hay duda de la estabilidad fiscal.
Ahora, la pretensión de adherir a un régimen que quiere convertir a la Nación Argentina en un enclave extractivista con su economía primarizada, tiene una respuesta bien diferente en este Régimen de Promoción de las Inversiones Estratégicas.
Por último, señor Presidente, otra diferencia no anecdótica que tiene este régimen con el RIGI, es la resignación de la jurisdicción nacional para las controversias. El Régimen de Incentivo para las Grandes Inversiones, el así denominado régimen de Milei, resigna en el CIADI, en el Centro Internacional de Arreglo por Diferencias de Inversión, cualquier diferendo que exista, ya que si hay diferendos en las inversiones por incumplimiento o por cualquier tipo de controversia que se subsista, ninguna jurisdicción local puede intervenir; se discute de visitantes en Washington. Este régimen mantiene la jurisdicción local para la discusión de cualquier tipo de diferendo.
No sé si es definitorio en el pensamiento de todos, pero me gustaría que empecemos a analizar la realidad en los términos en que las cosas van ocurriendo.
Esta Provincia defiende la inversión, esta Provincia defiende la industria, esta Provincia quiere defender el empleo, esta Provincia defiende la obra pública, esta Provincia defiende a los proveedores locales, esta Provincia defiende la sostenibilidad y se quiere manifestar comprometida con la paridad de género en el trabajo, y esta es una ley que, definitivamente, marcha en ese sentido.
Le queremos pedir a esta Cámara de Diputados, señor Presidente, el voto favorable para este proyecto de ley que presenta una Provincia de pie en un país que están poniendo día a día de rodillas.
Muchas gracias.