El asesinato de la concejal de Rio de Janeiro fue llevado a cabo con sofisticados niveles de planificación, inteligencia y coordinación política, policial e institucional.
Desde Porto Alegre, Brasil
La detención de los responsables del asesinato de la concejal de Rio de Janeiro Marielle Franco, que también provocó la muerte de su conductor Ânderson Gomes, no aclara la motivación y el interés detrás del crimen, ni quiénes fueron los autores intelectuales de esta bárbara ejecución política.
El esclarecimiento parcial de los hechos sólo llegó efectivamente a este punto después de que la Policía Federal asumió la investigación del crimen, en febrero de 2023, por decisión del entonces ministro de Justicia, Flávio Dino.
El esclarecimiento del crimen no avanzó durante los nueve meses del gobierno de Michel Temer, de abril a diciembre de 2018, y en los cuatro años de gobierno militar con Jair Bolsonaro, de 2019 a 2022, debido a injerencias y manipulaciones políticas.
La revelación por parte de Ronnie Lessa de la identidad de sus presuntos contratistas/comandantes no llena todos los vacíos de este complejo crimen llevado a cabo con sofisticados niveles de planificación, inteligencia y coordinación política, policial e institucional.
El caso es una trama cinematográfica con muchas tramas. Hubo un agente encubierto en el PSOL, el partido al que pertenecía Marielle, falsos testimonios, sabotajes, obstrucción de investigaciones, destrucción de pruebas. También hubo asesinatos de testigos y destituciones de autoridades policiales y del Ministerio Público.
A pesar de que la PF declaró cerrado el caso con la detención de Domingos y Chiquinho Brazão y Rivaldo Barbosa, varios aspectos nebulosos exigen continuidad y profundización de las investigaciones.
Aún quedan muchos aspectos por aclarar, por lo que no se puede cerrar la investigación.
Aún es necesario determinar, por ejemplo, los vínculos del clan Bolsonaro, en cuyo condominio Vivendas da Barra también vivía Ronnie Lessa.
También está pendiente de investigación el papel desempeñado en el proceso por los generales Braga Netto, interventor federal en Río, y Richard Nunes, secretario de Seguridad Pública, ambos designados por el general Villas Bôas, entonces comandante del Ejército, y nombrados por Temer.
La intervención en Río en 2018 a través de una operación del GLO fue una medida tomada por la dirección del Ejército en el contexto de las elecciones presidenciales de ese año. La intervención fue un hecho esencial en la estrategia militar para disputar las elecciones con Bolsonaro, alguien históricamente vinculado a las milicias.
En este sentido, se vuelve actual el agradecimiento de Bolsonaro al general Villas Bôas, entonces comandante del Ejército: “General Villas Boas, lo que ya hemos hablado morirá entre nosotros. Usted es uno de los responsables de que yo esté aquí”, declaró.
En un informe de abril de 2020, el reportero policial Humberto Trezzi describió que “el Ejército pudo aprovechar las bases de datos de la policía civil y militar de Río de Janeiro y también armar un mapa de acciones criminales en Río”. Y agregó que “Braga Netto se ganó la reputación de sus amigos de tener el CPF, el nombre y la dirección de cada miliciano de Río”.
Llama la atención, por tanto, que la investigación no haya sacado mayores consecuencias del hecho de que, en vísperas del asesinato de Marielle, el general Richard Nunes designara a Rivaldo Barbosa al frente de la Policía Civil, contrariamente a las objeciones del subsecretario de Inteligencia, que alertaba sobre La implicación de Rivaldo con las milicias.
El periodista Lauro Jardim informa que el delegado del PF, Fábio Galvão, entonces subsecretario de Inteligencia de la Secretaría de Seguridad Pública que alertaba sobre los vínculos de Rivaldo Barbosa con las milicias, fue despedido por el general Braga Netto cinco meses después. Circula información de que la orden de contratar a Rivaldo Barbosa para controlar y manipular la investigación provino de un nivel superior al propio Braga Netto.
También se destaca en la pesquisa la falta de investigación sobre el episodio ocurrido la tarde del 14 de marzo de 2018, en el que el portero de Vivendas da Barra fue autorizado telefónicamente por Bolsonaro a permitir que Élcio Queiroz ingresara al condominio para reunirse con Ronnie Lessa. ¿Por qué Élcio se comunicaría con la casa de Bolsonaro si en teoría iba a la casa de Lessa?
Otra omisión de la investigación es la contradicción de Carlos Bolsonaro, quien mintió sobre estar presente en una sesión del Ayuntamiento esa misma tarde del 14 de marzo, cuando en realidad estaba en Vivendas da Barra al mismo tiempo que Ronnie Lessa y Élcio Queiroz. Estaban ultimando sus preparativos para llevar a cabo el asesinato. ¿Carlos se reunió con los asesinos?
Curiosamente, Carlos y Jair Bolsonaro, siempre muy comunicativos en las redes sociales, no hicieron ninguna publicación en la plataforma X, ex Twitter, sobre las detenciones ocurridas el domingo 24 de marzo último.
El arresto de los presuntos autores del asesinato de Marielle supone un paso importante para esclarecer el crimen, pero aún es esencial continuar hasta completar la investigación, llegar a sus mentores y aclarar los motivos e intereses detrás del homicidio.