El presidente Javier Milei anduvo por los Estados Unidos a martillazo limpio, promoviendo su imagen personal y desplegando una antipolítica internacional peligrosa.
Cuando el presidente Javier Milei hace un mes dijo que en todo el mundo se reconocía el milagro económico debido a su gobierno menos en la Argentina, sonó un poco exagerado pero acorde con su estilo de autopromoción permanente. Ahora, apenas asimiladas las palabras pronunciadas por el Papa Francisco en el Palacio San Calixto, en Roma, para celebrar con dirigentes sociales el décimo aniversario del primer Encuentro Mundial de Movimientos Populares, puede Milei corregirse y asegurar que el milagro debido a su gobierno es reconocido en el mundo entero, menos en la Argentina y en el Vaticano.
Al comienzo de su alocución Francisco leyó un texto en el cual aseguraba que “lamentablemente muchas veces son precisamente los más ricos los que se oponen a la realización de la justicia social o a la ecología integral por pura avaricia”. Y agregó: “Disfrazan sí esta avaricia con ideología, pero es la vieja y conocida avaricia; entonces presionan a los gobiernos para que sostengan más políticas que los favorecen económicamente…” Y en este punto abandonó la lectura del texto y decidió improvisar; dijo: «Mi abuela nos repetía siempre: “Estén atentos, que el Diablo entra por el bolsillo, el Diablo entra por el bolsillo, siempre.” Que una coima aquí, que una cosa allá, siempre entra por los bolsillos.»
Para ejemplificar la idea, seguidamente Francisco se refirió a la conversación que había mantenido con un importante emprendedor internacional, quien le contó que habiendo presentado a un ministro argentino el proyecto para ampliar sus inversiones en el país, éste lo atendió muy bien y le había prometido que lo llamarían. Lo llamaron, y mantuvo una entrevista con un secretario del ministro que lo anotició respecto de la gestión, que había sido coronada por el éxito, pero que al momento de la despedida le preguntó: “Y para nosotros, ¿cuánto?” El Papa en este punto volvió sobre la idea, como deseando que no quedara la menor duda, y repitió: “Y para nosotros, ¿cuánto? La coima, ¿eh? El Diablo entra por el bolsillo, no se olviden…”
El cónclave fue convocado bajo la consigna “Plantando bandera frente a la deshumanización”, y allí el Papa Francisco criticó severamente, entre otras cosas, la represión a la protesta social. Dijo que le mostraron un vídeo “hace una semana, un poco menos quizás”, en el cual habían filmado a “obreros, gente que pedía por sus derechos en la calle, y la policía la rechazaba con una cosa que es lo más caro que hay, ese gas pimienta de primera calidad porque no tenían derecho a reclamar lo suyo, porque eran revoltosos, comunistas, no, no, no, y el gobierno se puso firme y en vez de pagar justicia social pagó el gas pimienta, le convenía… Ténganlo en cuenta eso, ¿eh?”
Sabido es que un manto de sospecha en materia de corrupción deviene en una carga pesada para cualquier gobierno, y el 23 de septiembre, convergiendo por mera casualidad con el eco de las palabras de Francisco, el Boletín Oficial finalmente publicó el Decreto 841/2024 que estableció en su primer artículo “el cese del ingeniero Thierry Decoud (D.N.I. Nº 29.076.449) en el cargo de Interventor de Yacimiento Carbonífero de Río Turbio y de los servicios ferroportuarios con terminales en Punta Loyola y Río Gallegos de la Provincia de Santa Cruz, dependiente de la Secretaría de Energía del Ministerio de Economía”. El Artículo 2º del Decreto dispuso que en treinta días hábiles la Sindicatura General de la Nación elabore “un Informe de Entrega y Recepción que contenga la información necesaria para conocer el estado de situación administrativa, patrimonial y financiera y, eventualmente, la consumación de hechos o irregularidades que podrían configurar un acto ilícito en el ámbito penal y/o administrativo de Yacimiento Carbonífero de Río Turbio y de los Servicios Ferroportuarios” correspondientes. El decreto es corolario de una denuncia del gobernador de Santa Cruz, Claudio Vidal, quien oportunamente había manifestado sorpresa y repudio al tomar conocimiento de un presunto pedido de coimas de dos intermediarios entre la minera y la empresa Tegi Limited, circunstancia que habría frustrado una operación de compra de 30.000 toneladas de carbón de baja calidad y los debidos ingresos para el Estado nacional y el provincial. También el gobernador Vidal había exigido a la Justicia una inmediata investigación para esclarecer “la posible comisión de los delitos, así como la cadena de responsabilidades, desde las personas involucradas en forma directa, como de las que dieron las órdenes políticas”.
El ahora ex interventor Thierry Decoud tiene 42 años, es un ingeniero industrial y licenciado en matemáticas formado en el exterior que hace poco más de diez años debutó en el sector público, de la mano de Propuesta Republicana (PRO). Estuvo a cargo de la Dirección General de Tratamiento y Nuevas Tecnologías en la Secretaría de Higiene Urbana (CABA), y desde 2015 ocupó la presidencia y fue CEO de Centrales de la Costa Atlántica en la Provincia de Buenos Aires durante la gobernación de María Eugenia Vidal. Dos años después se desempeñó en el Poder Ejecutivo nacional convocado por el entonces ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable, el rabino Sergio Bergman, que lo nombró secretario de Control Medioambiental. Allí permaneció, y desde allí conoció el rigoreo de las urnas en 2019 y las consiguientes asperezas del llano, debiendo trabajar en el sector privado hasta su regreso a la “casta” (esa entelequia ideológica en franco proceso de disolución) como interventor de Yacimiento Carbonífero de Río Turbio. La separación de su último cargo, formalizada con la publicación en el Boletín Oficial del Decreto 841/2024, había sido anticipada en una de las conferencias de prensa del vocero (ahora con rango ministerial) Manuel Adorni, quien anunció la decisión de prescindir de los servicios del ingeniero Thierry Decoud el 10 de septiembre, y la justificó con palabras de difícil comprensión; dijo Adorni: “En donde el Presidente detecta que no hay una transparencia absoluta en la gestión el Presidente siempre va a hacer a un lado al responsable, no porque sea efectivamente responsable, sino porque quiere que todo se lleve con transparencia. Así que mientras se aclaren los hechos, el presidente ha tomado la decisión de efectivamente despedir al interventor.”
Mientras el primer escándalo por corrupción del gobierno libertario, como lo denominó gran parte de la prensa hegemónica, cristalizaba en el Decreto Nº 841/2024, Milei viajaba por sexta vez a los EE.UU. desde que asumió su mandato. En Wall Street se lo vio cómodo, y el auditorio lo aplaudió a rabiar, seguramente porque sus palabras en ese ámbito desbordante de gente interesada en el dinero sonaron angelicales, exculpatorias, sanadoras. Y allí fue obsequiado, después de hablar a destacados miembros del mundo de las finanzas, con la experiencia de tocar el lunes 23 la campana de apertura del New York Stock Exchange, ceremonia que da comienzo a las operaciones de la jornada.
Fue breve el viaje, pero suficiente para tomar distancia de algunos sinsabores locales, como la falta de popularidad (por mera incomprensión) del veto al aumento y cálculo de las jubilaciones y pensiones, o la pésima idea de comer en Olivos un asado con los 87 “legisladores-héroes” que impidieron que el veto presidencial fuera rechazado, siendo el hecho motivo de festejo, o los indicadores económicos que no dan tregua, o el próximo veto a la Ley de Financiamiento Universitario. Pero Milei apuesta fuerte, y con seguridad ensayó frente al espejo qué hacer con un martillo enorme de rematador de lujo, el que blandió en la Bolsa de Nueva York, y qué gesto desaforado, estrafalario y desbordante de goce adoptar. Lo ensayó, lo preparó minuciosamente, lo compuso y logró que su imagen inundara la portada de The Wall Street Journal.
Un cruce con Elon Musk, algún almuerzo y otros discursos prologaron su presencia, al día siguiente, en el Debate General de la 79º Asamblea General de las Naciones Unidas, ciclo que continuaría durante toda la semana. Pero Milei pronunció su inspirado mensaje para encauzar al mundo el martes por la tarde, luego mantuvo un par de encuentros adicionales y regresó a la Argentina. Arrancó con una definición de sí mismo: “No soy político, soy un economista liberal, libertario, que jamás tuvo la ambición de hacer política y que fue honrado con el cargo de Presidente de la República Argentina, frente al fracaso estrepitoso de más de un siglo de políticas colectivistas que destruyeron nuestro país.” Luego aseguró que venía para advertir al mundo “lo que va a ocurrir si las Naciones Unidas continúan promoviendo las políticas colectivistas que vienen promoviendo bajo el mandato de la agenda 2030”, contraponiéndolas con “los valores que la nueva Argentina defiende”. Reivindicó a la ONU por sus aportes relativos a la paz, pero “como suele ocurrir con la mayoría de las estructuras burocráticas que los hombres creamos, esta organización” abandonó gradualmente sus principios y “se transformó en un Leviatán de múltiples tentáculos que pretende decidir no sólo qué debe hacer cada Estado-Nación, sino también cómo deben vivir todos los ciudadanos del mundo”. Desde esa perspectiva, para Milei “la Agenda 2030, aunque bien intencionada en sus metas, no es otra cosa que un programa de gobierno supranacional de corte socialista”, que agravia la soberanía nacional y violenta “el derecho a la vida, la libertad y la propiedad de las personas”.
Ya lanzado por sus carriles discursivos habituales Milei criticó las violaciones sistemáticas de la libertad, como fueron “las cuarentenas a nivel global durante el año 2020, que deberían ser consideradas un delito de lesa humanidad”, o la admisión en el Consejo de Derechos Humanos de “dictaduras sangrientas como la de Cuba y Venezuela”, o las votaciones contra el Estado de Israel, que “es el único país de Medio Oriente que defiende la democracia liberal”, o la promoción de “una relación tóxica entre las políticas de gobernanza global y los organismos de crédito internacional, exigiendo a los países más relegados que comprometan recursos que no tienen en programas que no necesitan, convirtiéndolos en deudores perpetuos para promover la agenda de las elites globales”. Sólo mencionó a las Islas Malvinas para ejemplificar la timidez de la ONU en la defensa de la soberanía territorial de sus integrantes, y dijo luego de una serie de consideraciones: “Queremos expresar oficialmente nuestro disenso sobre el Pacto del Futuro, firmado el día domingo, e invitamos a todas las naciones del mundo libre a que nos acompañen en el disenso y en la creación de una nueva agenda para esta noble institución: la agenda de la libertad”. Finalmente, se había reservado algo de veras novedoso y desbordante de riesgos innecesarios: «A partir de este día, sepan que, la República Argentina, va a abandonar la posición de neutralidad histórica que nos caracterizó y va a estar a la vanguardia de la lucha en defensa de la libertad. Porque –como decía Thomas Paine– “aquellos que desean cosechar las bendiciones de la libertad deben –como hombres– soportar la fatiga de defenderla”»
Por supuesto que las palabras de Milei colisionaron con las previas de Gustavo Petro, presidente de Colombia, para quien el tema de la convocatoria requeriría un marco adecuado, la puesta en evidencia de que son los miembros del 1% más rico de la población mundial quienes deciden qué se piensa, qué se dice y qué debe ser prohibido y silenciado. Gustavo Petro había advertido enfáticamente: “En su poder de prohibición y censura gritan: ¡Viva la libertad, carajo! Pero es solo la libertad del 1% más rico de la población mundial, que en su sentir mercantil y libre nos lleva a la destrucción de la atmósfera y de la vida. El libre mercado no era la libertad, como decían, sino la maximización de la muerte.”
Pero a las palabras se las lleva el viento. De vuelta en Buenos Aires hubo quienes todavía, no superado el descontento por el asado en Olivos con los 87 “legisladores-héroes”, continuaban atribuyendo al gobierno vocación por burlarse de la gente, cuando no de ejercer cierto sadismo. Y mientras se preparaba la lapicera para firmar el veto a la Ley de Financiamiento Universitario, o planeaba cómo desmantelar la resistencia por Aerolíneas Argentinas, o daba curso a uno de los sueños húmedos del empresariado local, reglamentando la reforma laboral, los números de la “macro” y de la “micro” (economías) continuaban desmintiendo el optimismo sobreactuado del gobierno. Sin embargo no cede la creatividad: mañana sábado en el Parque Lezama se podrán evaluar los desvelos de Karina Milei (El Jefe), responsable del armado de La Libertad Avanza como partido a nivel nacional, el que será lanzado por su hermano, el presidente Milei, para que ella (Karina, la secretaria general de la Presidencia de la Nación) asuma el cargo de presidenta del nuevo partido nacional.Milei lo comunica en X. Dice: “Hola a todos… Yo soy el león…” Luego muestra una especie de afiche con una foto de él jugando al rockstar, y un texto en mayúscula fija que parece un chiste: “Para terminar con la casta / Volvemos a Parque Lezama / Lanzamiento nacional de La Libertad Avanza…” Después del acto el presidente podrá descansar y prepararse para ver en la Residencia de Olivos, el domingo a la noche, su entrevista con Susana Giménez, la que fuera grabada previamente, según dijo Yuyito González en su programa, y en la cual también sentará cátedra y profetizará el futuro de los argentinos. Entonces el círculo habrá de completarse, y no faltarán quienes evoquen una hermosa definición de Marcel Proust, cuando dijo: “Casi únicamente el sadismo puede servir de fundamento en la vida a la estética del melodrama.”
Excelente artículo ,!!!