Una nota del Financial Times y un relevamiento de la consultora QSocial dan cuenta del peso que tienen la economía y el malestar de la población en el viraje adverso para el Gobierno libertario. Y aunque no son la raíz del problema de fondo, los escándalos de corrupción tienen efecto en la opinión pública y exacerban el descontento.
Un informe de la consultora QSocial, elaborado en base a resultados de encuestas para el mes de septiembre, constata que existe una preocupación predominante en temas de economía.
En julio, el 16 por ciento de quienes respondieron consideró que el trabajo es el problema más importante para resolver, y el 29 por ciento consideró que es la inflación. Sumadas, las dos preocupaciones concentran el 45 por ciento de las respuestas.
En septiembre, las respuestas que señalaron la inflación descendieron al 14 por ciento, y las que eligieron el trabajo aumentaron al 35. Es decir que entre las dos pasaron a sumar el 49 por ciento.
Inseguridad, que suele ser la tercera preocupación más importante, concentraba en julio el 16 por ciento de las respuestas, igual que el trabajo. Pero en septiembre pasó al 11, sobrepasada por corrupción, que se elevó del 8 al 14.
El desplazamiento habilita a inferir tres cosas. La primera, previsible, es que el Gobierno sufrió las consecuencias del escándalo en torno a los subsidios de discapacidad. La segunda, que una inquietud concreta (la corrupción) adquirió más relevancia ante un hecho protagonizado por el Gobierno que un problema recurrente, pero general. La tercera, que ese trasfondo tiene efectos mientras se amplifican las preocupaciones económicas.
Es una suma de factores casi equivalente a una explicación del desgaste reciente que afecta al oficialismo. Y el escándalo de corrupción no deja de ser un reflejo de la política económica, porque lo que le dio origen, independientemente de las coimas, fue un recorte del gasto público.
Además de la mayor atención al trabajo, en el relevamiento puede apreciarse la magnitud del problema de las condiciones de vida:
- El 59 por ciento de los encuestados evalúa la situación económica del país como mala o muy mala.
- El 72 por ciento percibe que los precios aumentaron en los últimos meses.
- El 32 por ciento contesta que sus ingresos alcanzan para cubrir parcialmente las necesidades básicas de su hogar, y el 37 por ciento afirma que no alcanzan. Entre las dos categorías, sumarían el 69 por ciento, frente al 30 que alcanza a cubrirlos.
- El 76 por ciento declara haber recortado gastos para llegar a fin de mes. En la consulta sobre cuál fue el rubro en el que se hizo el principal recorte, el 32 por ciento respondió Alimentación, el 22 Entretenimiento y el 14 Indumentaria.
- 71 por ciento manifiesta dificultades para pagar la totalidad de sus cuentas mensuales, y el 57 por ciento señala que su endeudamiento personal y familiar aumentó.
También puede extraerse una conclusión interesante sobre la percepción colectiva en relación al gasto público. El 65 por ciento de los encuestados se manifestó de acuerdo con la idea de que el Estado no puede gastar más de lo que recauda. No obstante, el 63 por ciento considera que el Estado debería tener una mayor participación en la economía, y el 62 considera que las regulaciones estatales son importantes para garantizar la calidad de los productos y servicios.
El Financial Times publicó una crónica el 7 de octubre, titulada Los Argentinos están perdiendo la paciencia con la economía de Milei, que resume algunos de los problemas recientes del desempeño macroeconómico. Principalmente, que la actividad está estancada desde junio, y los salarios del sector privado no mejoran con respecto a los inicios de 2023.
En la nota se reproducen los puntos de vista de comerciantes que fueron consultados en la ciudad de La Plata, en la que el Peronismo se impuso sobre La Libertad Avanza en las elecciones del 7 de septiembre con 8 puntos de diferencia:
- Una mujer de 22 años que atiende una tienda de ropa con su madre votó a Javier Milei en 2023, pero en las elecciones de medio término votó en blanco. A raíz de que las ventas prácticamente se detuvieron en el último año, declara haber perdido el entusiasmo.
- El propietario de una panadería observa que sus clientes se encuentran con la necesidad de utilizar la tarjeta de crédito para pagar el pan. Señala que “la inflación bajó, pero veo más desigualdad”.
- La dueña de una tienda de chocolates abierta en 2022 que está cerrando por la demanda menguante. Durante 2025, la caída de las ventas fue del 50 por ciento, por lo que concluye que “no sigue siendo sostenible mantener la tienda física”.
La nota del Financial Times y el relevamiento de QSocial dan cuenta del peso que tienen la economía y el malestar de la población en el viraje adverso para el Gobierno libertario. Los escándalos de corrupción, independientemente de su efecto concreto en la opinión pública al momento de conocerse, exacerban el descontento, pero no son la raíz del problema en el largo plazo.
Las condiciones para una modificación en la orientación del Gobierno de Milei no parecen estar dadas. Los vaivenes recientes del tipo de cambio, que a la larga conducirán a un uso de las reservas internacionales dirigido a mitigar la inestabilidad, condicionan la ejecución de políticas económicas que, por otro lado, no parecen formar parte del menú de una administración que les es adversa.
Por esa razón, es una inferencia razonable la de que los problemas encontrados que originaron la debacle del oficialismo se ahondarán. Eso crea la necesidad de una alternativa en la oposición, pero no hace por sí misma superadora a tal alternativa.
El peronismo supo señalar las limitaciones del programa de Milei en las vísperas de la elección del 7 de septiembre. Hacia adelante, se trata de arrojar claridad sobre las consecuencias del rumbo actual y proponer uno alternativa, disipando la confusión que se observa en una parte de la mayoría que resultó perjudicada.