En California una de cada 10 personas habla español. Y ojo, lo latino viene de antes que este Estado gigante se convirtiera en una estrella más en la bandera de las barras. De hecho, antes de declararse República la Alta California era parte de México. Pero claro, también hay una legión de inmigrantes en las últimas décadas. Se calcula que uno de cada cuatro californianos lo es.
La historia de California está llena de por lo menos dos tipos de oro, el del siglo XIX que llevó a una masiva migración de la costa este a la oeste y la de la cultura, pues ahí se encuentra, y no casualmente, Hollywood, la inmensa factoria de la hegemonía cultural audiovisual. Y Silicon Valley, el reino de la tecnología necesaria para la difusión, generación y guardado de datos, hoy por hoy el mayor negocio del mundo.
En Las uvas de la ira, John Steinbeck cuenta la masiva migración de campesinos de la empobrecida Oklahoma hacia las esperanzadoras tierras del Estado Dorado en tiempos de la Gran Depresión.
Pero además esta región junto a New York, Oregon, Washingston State y muchos de la costa este, casi siempre votan a los demócratas. Es decir, son más progresistas.
Así se entiende que Los Ángeles sea una ciudad santuario para los inmigrantes, que por otra parte son parte fundamental para la economía de la región.
Y en estos días Donald Trump ordenó detenciones masivas de indocumentados. Sus agentes eligieron Home Depot, donde se reúnen los jornaleros para ser contratados por día y una feria donde se vendía ropa barata confeccionada en talleres artesanales o de saldo. Claramente ambos espacios llenos de inmigrantes.
Pero mucha gente reaccionó, y no solo latinos. Comenzaron masivas protestas que coincidieron con otras más en algunas de las principales ciudades de Estados Unidos. Chicago, Boston, Nueva York y otras vieron sus calles colmadas de manifestantes. En 1 400 ciudades de todo Estado Unidos hubo masivas marchas.
El malestar no sólo tiene que ver con el autoritarismo fascista en el tema migratorio sino con la creciente convicción de que la economía anda mucho peor. De hecho, en una reciente encuesta de Ipsos para la cadena televisiva ABC el 72 % de los que respondieron a la misma consideran que las políticas de Trump llevan a la recesión.
Para el 62 % de los encuestados los precios han subido, incumpliéndose una de las promesas del actual presidente de los Estados Unidos.
Trump contra los padres fundadores
Pocos años después de la revolución norteamericana los propios padres fundadores hicieron la primera enmienda en la Constitución Política del Estado. Esta es la base de la la democracia. Se trata del derecho a la libre expresión, de pensamiento, de asociación de discusión y de religión.
Chantajear a la universidad de Harvard para que no existan apoyos a Palestina en sus claustros o investigar las redes sociales de quienes tengan visa Norteamérica y quitárselas si critican a Trump son medidas totalmente contrarias al espíritu de la primera enmienda.
Y lo están denunciando centenares de norteamericanos encabezados por hombres y mujeres de la cultura. La histórica actriz Jane Fonda o el cantante Bruce Springsteen son solo una muestra de cómo la gente del espectáculo usa los micrófonos para denunciar al fascismo gubernamental en su país.
El miedo como enemigo
La política del autoritario Trump está basada en el miedo, en redadas donde se detiene a mujeres ue estaban yendo a recoger a sus hijos de la escuela, donde los trabajadores deben estar escondidos permanentemente. P ara no hablar de los chantajes de los empleadores con denunciarlos si no aceptan salarios muy por debajo de los legales.
Pero las manifestaciones están rompiendo con el miedo. Protestas en las que menudean banderas latinoamericanas, sobre todo la mexicana que le sirve de pretexto al oficialismo para acusar de invasión a sus portadores.
Sin embargo, enviar a los marines y a la Guardia Nacional no ha rebajado ni las tensiones ni la rabia.
Menos aún cuando la justicia ha determinado que eso era ilegal, a pesar de que luego el fallo fue revisado por otro. Sólo ese primer fallo significó un duro golpe al trumpismo.
Pero, además, han proyectado a Gavin Newson, gobernador de California, como el futuro rival de los republicanos.
Ante la amenaza del presidente norteamericano de no enviar dinero federal el gobernador ha respondido que su estado le da a EE.UU. veinte veces más de lo que recibe y que si California quisiera independizarse tendría un PIB muy superior.
De ser un país soberano el Estado Dorado sería la 5ta economía del mundo, en gran parte por el trabajo y aporte de los migrantes. Algo que la miopía y el fanatismo fascista no ven, ni verán.
Y hoy por hoy, en las calles Estados Unidos defiende la democracia y su futuro.