El Lava Jato es un cáncer activo

La reacción pro-Lava Jato de los medios hegemónicos en los últimos días, con la Red Globo a la cabeza, destaca el esfuerzo por reconstruir la banda Lava Jato en alianza con la derecha anti-PT, la extrema derecha bolsonarista y los militares.

Desde Porto Alegre, Brasil.

La decisión del Consejo Nacional de Justicia respecto a la banda del Lava Jato es demoledora.

Luis Felipe Salomáo transcribe impresionantes extractos del informe de la audiencia celebrada en el Tribunal 13 de la Justicia Federal de Curitiba y en el Tribunal Regional Federal de la 4° región con sede en Porto Alegre.

Describió prácticas indecentes, ilícitas e incluso delictivas de los involucrados relacionados con el juez  Sérgio Moro y el procurador Deltan Dallagnol.

A pesar de las pruebas elocuentes, la mayoría de la CNJ decidió revocar las destitución cautelar de la jueza Gabriela Hardt y el juez Danilo Pereira, alejando sólo a los magistrados de la TRF4 Loraci Flores de Lima y Thompson Flores.

El ministro Luís Roberto Barroso actuó como abogado defensor del acusado y encabezó la reacción lavajatista. Rompiendo la tradición del presidente de votar último, abrió la disidencia en relación con el voto del ministro auditor y defendió fervorosamente al plagiador Moro, el adepto a la práctica de copiar y pegar.

Barroso no se avergonzó de sus argumentos, aunque causó vergüenza a quiénes lo escuchaban. En términos ya ridículos, coincidió con un colega patético que dijo haber “votado con el corazón”.

Indiferente a las graves infracciones funcionales y probables delitos de Gabriela Hardt investigados por el Departamento de Interior,  Barroso afirmó que «esta chica no tenía absolutamente ningún  defecto». Es “una buena chica, con una reputación intachable”.

Refiriéndose al acuerdo ilegal y clandestino firmado entre los fiscales del Lava Jato y agentes del gobierno estadounidense para desviar entre 2.500 y 6.000 millones de reales a la fundación creada por Deltan y sus colegas, Barroso afirmó que se trataba de un «buen acuerdo» aprobado por el juez. Sencillito.

Barroso tiene identidad ideológica con el lavajatismo. Y ya ha cultivado momentos de intimidad con los integrantes de Lava Jato, hasta el punto de que el 9 de agosto de 2016 los recibió en su casa para una cena “con la máxima discreción”. 

“Tereza y yo estaremos encantados de recibirlos para un pequeño cóctel/cena en nuestra casa”, decía la invitación a Moro y Dallagnol.

A pesar de tales afinidades e intimidades, Barroso no considera que su imparcialidad se vea afectada, aunque sus posiciones enfáticas y apasionadas en defensa de Lava Jato y sus miembros indiquen lo contrario.

La victoria en el CNJ, aunque sea parcial, demuestra que Lava Jato es un cáncer que sigue activo. Y sus metástasis continúan propagándose por todas las instituciones judiciales del país, desde la primera instancia del poder judicial hasta la Corte Suprema.

La reacción pro-Lava Jato de los medios hegemónicos en los últimos días, con la Red Globo a la cabeza, destaca el esfuerzo por reconstruir la banda Lava Jato en alianza con la derecha anti-PT, la extrema derecha bolsonarista y los militares.

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