Raúl Timerman: «La gente valora de Milei el dólar barato y la inflación controlada»

La mitad de la población «está de acuerdo» con la estabilidad en los precios y el tipo de cambio que le ofrece el Gobierno de Javier Milei, según estudios de la encuestadora Grupo de Opinión Pública, entre cuyos directores está Raúl Timerman. En diálogo con Y Ahora Qué?, el analista político y consultor afirma que creció «la esperanza» en un futuro mejor y que la alternativa al mileísmo no está en la oposición tradicional, que considera agotada. Podría radicar en una nueva alianza de gobernadores que sepan desarrollar industrias con los recursos naturales de las provincias.

No son ni zurdos ni fachos. No son partidarios de las derechas extremas, ni homofóbicos. Tampoco aceptan eliminar la figura penal del femicidio. Pero una mitad de argentinos y argentinas sostiene que «alguien» tenía que hacer cambios y reducir el Estado, de acuerdo a sondeos de la consultora. Timerman sorprende, o no tanto, cuando revela qué es lo que tienen en la cabeza los jóvenes ahora, cuyos proyectos de vida excluyen clásicos como tener un empleo estable, una pareja, hijos y vivienda propia ¿Cuáles son los planes juveniles en la era del individualismo?  

–¿Se puede afirmar que la gente que mantiene la adhesión al Presidente comparte sus planteos extremistas?

–No es que ideológicamente cada uno de los votantes de Milei esté de acuerdo totalmente con la ideología de extrema derecha que postula. El 50 por ciento de la población argentina no es de extrema derecha. El 50 por ciento de la población no es homofóbica. El 50 por ciento no está por quitar el femicidio como figura penal.

–¿Cuáles medidas de Milei tuvieron o tienen consenso?

–Sí están de acuerdo con eliminar el Ministerio de la Mujer. Sí están a favor de eliminar el Instituto contra la Discriminación INADI. Sí están por eliminar organismos que consideran que no le aportan nada a la sociedad. Indudablemente hubo toda una estructura previa a este gobierno que se fue creando para dar empleo. El empleo que no daban los privados, los daba el Estado. Milei produce un corte, un shock sobre eso.

–¿En camino a las elecciones legislativas de octubre, las mediciones aún reflejan una adhesión social importante al Gobierno?

–Con vista a las próximas elecciones, entre continuidad o cambio, la gente se sigue manteniendo mitad y mitad. Por otro lado, van a ser 24 elecciones (distritos), sin un candidato a nivel nacional. Pero ante la pregunta sobre si la gente está ideológicamente de acuerdo con todo lo que plantea la extrema derecha que acompaña a Milei, la respuesta es no.

–¿En qué políticas cosecha Milei más opiniones favorables?

–Los votantes de Milei no están de acuerdo con todo, pero sí con el control de la inflación, el control del dólar y la estabilidad económica. La estabilidad económica es algo que tanto en los focus group de votantes de Milei como votantes de Sergio Massa te reconocen que se logró estabilidad económica. Los votantes de Milei dicen: ‘Esto va a servir para el futuro crecimiento’. Los votantes de Massa te dicen: ‘Sí se logró, pero a costa del ajuste de los sectores más necesitados que cada vez están más empobrecidos’.

–¿Qué se ve hoy en la fotografía de las tendencias políticas en la sociedad?

–Cuando uno enfrenta un proceso electoral, la primera sensación que el analista tiene que verificar en el electorado es qué voluntad prima: ¿La voluntad de cambio o la voluntad de continuidad? En las últimas elecciones presidenciales estaba claro que lo que primaba en el electorado era la voluntad de cambio. Alberto Fernández había terminado con 24 puntos de aprobación de gestión. Era clara la voluntad de cambio.

–Se veía en la sumatoria del mileísmo con Juntos por el Cambio

–En las PASO hubo un tercio que votó a Milei. Sacó el 30 por ciento. Y en las generales, también sacó 30 por ciento. Patricia Bullrich sacó cerca del 30 por ciento en las PASO y 22 por ciento en las generales. Los que querían continuidad fueron votando a Massa. Con un núcleo relativamente importante que le dio ese 37 por ciento en la primera vuelta. Estuvo a tres puntos de ganar, si Milei no llegaba a los 30 puntos. Finalmente fue 56 a 44 por ciento. Todas las variaciones que tuvo de adhesión Milei, desde que comenzó su gobierno hasta ahora, se refirieron a ese 56 por ciento. Nunca lo superó pero nunca estuvo por debajo del 48 por ciento.

–Los altibajos en su imagen no fueron muy marcados.

–Hubo un momento en que la desaprobación a Milei fue mayor que la aprobación. Fue circunstancial por el tema de los jubilados y las universidades, según nuestra medición en un solo mes. Después eso cambió y la sociedad sigue dividida prácticamente en mitades.

«Yo lo voto a Milei y que sea lo que Dios quiera»

–¿Se puede definir cuál es la naturaleza del respaldo que Milei aún conserva en la mitad de la sociedad?

–El razonamiento que hacían, la conceptualización, la síntesis, es así: ‘Esto no puede seguir, no va más, yo lo voto a Milei y que sea lo que Dios quiera’. Depositaban la confianza en Milei sin saber qué es lo que iba a hacer. Ahora, cuando empezó, no hizo cosas muy diferentes de las que dijo que iba a hacer. La motosierra, la destrucción del Estado. Acabar con la casta, que no acabó, pero gobernó sin el Congreso.

–La clave fueron las alianzas con legisladores afines e incluso con opositores.

–Fijate que hasta los doblegó. Obtuvo aprobaciones importantes. Pudo vetar y aprobar sus vetos, pese a tener una amplia minoría. O sea que Milei, de alguna manera, está doblegando a la casta que es la voluntad de sus electores. En realidad, lo que hay que preguntarse es cuál es la alternativa. Si la alternativa a Milei es lo anterior, no hay posibilidad de ganarle. Lo anterior no gana.

–¿Se pueden precisar los motivos del rechazo a la oposición anti-Milei?

–Hicimos acuerdos con frases. Testeamos las siguientes: ‘Algunas de las cosas que hace Milei alguien las tenía que haber hecho, o muchas de las cosas que hace Milei alguien las tenía que haber hecho, o ninguna de las cosas que hace Milei tenían que haber sido hechas’. Ahí, entre ‘algunas’ y ‘muchas’ tenés el 58 por ciento. Un poco más de los votos que tuvo. O sea hay un reconocimiento en el resto de la sociedad que había sectores en el Poder Ejecutivo, en la administración del Estado, que eran redundantes, que no sumaban absolutamente nada.

–¿Es un apoyo a la motosierra?

–Finalmente, lo que hacían esos sectores del Estado era defender la estructura burocrática que se había creado. Trabajaban en función del apoyo a esa burocracia. Entonces, sobre los privilegios de los políticos la gente se hartó. Vos podés decir: ‘Pero el ajuste lo iba a pagar la casta, dijo Milei’. Y el ajuste no lo paga la casta. Usted lo está pagando. Toda la sociedad. La sociedad está dispuesta a pagar ese ajuste en función de tener un futuro mejor. Eso es lo que te dicen. Pero siempre es lo que te dice la mitad de la sociedad.

–¿Qué dice la casi mitad que rechaza el modelo?

–Hay otra mitad, un poquito menos de la mitad, que está en contra de cualquier cosa que Javier Milei proponga. Tenés que ir a cosas muy aisladas para buscarle allí el voto a favor.

Plata dulce

–En suma, ¿qué sostiene a Milei en términos de opinión pública?

–En este momento lo que sostiene al Gobierno de Javier es la continuidad. Es la esperanza. En los últimos meses, en diciembre y enero, creció muchísimo. Si considerás la última encuesta de Analogías el 53,2 por ciento te dice que la situación económica en los próximos dos años va a ser mejor. Sólo el 39,8 por ciento te dice que va a ser peor. Por supuesto que hay sesgo. Pero tenés 13 puntos, casi 14 puntos a favor de que la situación va a estar mejor.

–¿La llave maestra de la adhesión al mileísmo es el dólar quieto y una inflación alta pero que no se dispara?

–Sí, efectivamente. Después de tantos años donde la inflación, la inestabilidad y el salto del dólar fueron problemas. Hoy en día, un dólar barato estable y una inflación controlada es un alivio para la gente. Lo valora muchísimo. Eso es una fortaleza de este gobierno. Es algo independientemente de lo que opine sobre la sexualidad, lo que opine sobre los liderazgos en el mundo o sobre la destrucción del Estado. Inflación controlada y estabilidad en el precio del dólar son altamente valoradas.

Algo nuevo, nada viejo, nada prestado

–¿Otras claves son la ausencia de un liderazgo y un programa político opositor nacional?

–Por supuesto que la valoración positiva se da en una parte de la sociedad. La otra parte de la sociedad busca una alternativa diferente. Por ahora no se la ofrecen los liderazgos a nivel nacional, clásicos y tradicionales, dejaron de ser. La sociedad no va a retornar a lo anterior. Va a buscar algo nuevo.

–¿En dónde se podría encontrar algo nuevo?

–Creo que existe la posibilidad de la construcción de un nuevo liderazgo a partir de un acuerdo previo de tipo federal entre varios gobernadores jóvenes. O con gobernadores que han accedido por primera vez al poder y que están haciendo su primera experiencia.

–¿Qué nombres te parecen posibles para esa confluencia federal?

–Tipo Martín Llaryora en Córdoba, Nacho Torres en Chubut, Maximiliano Pullaro en Santa Fe, Rolo Figueroa en Neuquén, Axel Kicillof en la Provincia de Buenos Aires. Si hubiera un grupo de gobernadores dispuestos a construir una alternativa en la que se pongan de acuerdo, después se vería el surgimiento del liderazgo para quién sea la mejor persona para llevarla adelante. Pero no se trata de quién. No busquemos quién, busquemos qué. Qué es lo que se le puede ofrecer a la sociedad. En el caso de formarse ese liderazgo se le van a sumar provincias como Tucumán, Catamarca, Misiones, Rogelio Frigerio en Entre Ríos, Claudio Vidal en Santa Cruz.

–¿Los imaginás juntos pese a que no parecen representar un ensamble ideológico?

–Creo que un grupo tiene que empezar a construir y se le va a ir sumando el resto. El Consejo Federal de Inversiones debería ser un lugar de confluencia para la construcción de una nueva alternativa federal para la Argentina. Cuando esa alternativa esté construida, la sociedad va a identificar quién es el mejor líder.

–¿Al definir ese ‘qué’ hacer, los federalistas tendrían la voluntad de reconstruir un Estado en vías de destrucción?

–Digamos que va a haber que reconstruir algunas de las cosas que se están destruyendo en este momento. Y otras no. Por supuesto que va a haber que incrementar el presupuesto para investigación y desarrollo, para la ciencia y tecnología, para la promoción de la economía basada en el conocimiento. Pero para poder hacerlo, para tener los recursos, habrá que hacer una propuesta que genere riqueza, que genere empleo en todo el país. Que mejore la calidad de vida de los argentinos. Que genere un Estado más rico que el actual y más eficiente. Entonces, van a estar los recursos necesarios.

–¿Qué rol le adjudicarías en ese proceso a Mauricio Macri y a lo que sobreviva de Juntos por el Cambio, que facilitaron la victoria de Milei?

–No creo que Macri sea el responsable de que Milei sea presidente. Una parte de la responsabilidad está en el fracaso del Gobierno de Macri con la coalición. Pero después vinieron Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner y fracasaron ellos. La alternativa que la gente eligió para salir del fracaso de Macri fue un nuevo fracaso. Ahí fue donde la gente dijo ‘basta, esto no va más’. Y buscó algo que sea nuevo. Que no tenga antecedentes. Que salga de afuera de la política.

No voy en tren, voy en moto

–¿Es viable una alternativa basada en eso que algunos llamaron ‘la ancha avenida del medio’?

— ¿Cómo volvemos a la política? No. No vamos a volver por la ancha avenida del medio. Era una propuesta desde el ‘ambacentrismo’ (el AMBA). Se acabó eso. Tiene que ser una alternativa generada por los gobernadores, con una impronta federal muy fuerte. Poniendo en valor lo que las provincias tengan como posesión propia. Los recursos naturales generando las condiciones necesarias para que se puedan desarrollar. Con valor agregado en origen. En cada provincia, cosa que las legislaturas puedan ir imponiendo.

–¿Con qué modelo de utilización de esos recursos naturales?

–Fijate el caso de Ronaldo Figueroa con Vaca Muerta, con gas y petróleo. No le preocupa la coparticipación de impuestos. Está usando un recurso que le pertenece. Está obteniendo los fondos a partir de ese recurso. Y con esos fondos está generando cosas nuevas como la acuicultura. Está haciendo la obra pública que el Gobierno nacional no hace. Está construyendo rutas. Está construyendo escuelas. Buscó una salida federal. Figueroa habla de la ‘neuquenidad’. No es ni peronismo ni socialismo ni macrismo. No es un nuevo ‘ismo’. Es algo diferente. Es la defensa de los intereses de los neuquinos y de la provincia. Con eso está saliendo adelante.

–La ventaja es tener Vaca Muerta.

–Sí, la tiene. Pero te podría decir que Chubut tiene la reserva de plata Navidad, la segunda más grande del mundo. Todas las provincias tienen algo que podrían desarrollar. Misiones, con el turismo, o Bariloche, o la costa atlántica. Hay muchas cosas para desarrollar. Chile exporta cobre por 46.000 millones de dólares. Argentina exporta en total 67.000 millones y ni un solo dólar en cobre. No explota el cobre en la misma Cordillera de Los Andes que produce esa riqueza para Chile.

–¿Cuál es la condición para mover semejante potencial?

–Si se hace con racionalidad y a favor del pueblo de cada una de las provincias. Con la obligación de agregar valor en origen. De pagar las regalías lo que valen. Porque ahora alguien viene y trae la tecnología para explotarlo. Pero no hablo del extractivismo, que se llevan el oro y te dejan el pozo. Hablo de usar la ventaja competitiva que tiene Argentina, que tiene todo lo que el mundo necesita, pero sin ninguna capacidad de ‘delivery’. Hablo de un desarrollo industrial local.

–Volvamos al estado de conciencia de la sociedad frente al mileísmo. ¿Qué pasa con los jóvenes?

–Hace 20 o 30 años, en los focus groups jóvenes te aparecía siempre un proyecto de vida. ¿En qué consistía? En conseguir un trabajo estable. En poder casarse. Formar una pareja, tener hijos, un acceso a la vivienda y tener un coche. Hoy, de esos temas, no aparece ninguno.

–¿Qué quieren los jóvenes, entonces?

–Lo que aparece es la salida individual. Hoy es así: ‘Estuve trabajando en tal lugar pero la verdad con lo que ganaba no me alcanza para nada. Lo que voy a hacer es emplearme en una barbería para aprender el oficio. Y ponerme una barbería. O me voy a conseguir prestada una bicicleta para trabajar en el delivery. Ahorrar plata, después comprarme mi bicicleta. Después una bicicleta a motor. Después me compro una moto. Y cuando pueda me compro un coche y entro en alguna de las aplicaciones’.

–¿Ni se les cruza por la mente el empleo fijo y registrado con un plan de vida tradicional?

–Siempre la salida individual. No aparece la formación de una familia, una pareja, hijos, tener una casa propia. Aparece la salida individual a través del cuentapropismo, no del empleo.

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