La Argentina sale de órbita

Una remake vernácula de la serie “Perdidos en el espacio” está por ocurrir en la Argentina 2025. Si el Gobierno nacional no atiende los reclamos de trabajadores y funcionarios de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales sobre los retrasos salariales, la baja de contratos, la incertidumbre presupuestaria y el riesgo manifiesto sobre la continuidad operativa de la empresa VENG, quedará en riesgo la continuidad del desarrollo espacial argentino. 

Dirigentes sindicales y funcionarios de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), que pidieron preservar su identidad por temor a represalias, confirmaron a Y ahora qué? que corre peligro la continuidad de proyectos aeroespaciales como la operación y construcción de los reemplazos de los satélites SAOCOM 1A y 1B, la construcción de las estaciones terrenas y el proyecto Tronador (en la localidad bonaerense de Pipinas) y el proyecto SABIA-mar, una futura constelación de satélites argentina-brasileña que ya está demorada en sus plazos de realización.

En una asamblea realizada por los trabajadores de la CONAE y la empresa estatal VENG, especializada en temas aeroespaciales, los asambleístas expresaron -a través de un comunicado- que toda la actividad del complejo está afectada “por diferentes vías”. Y enumeraron temas como el “retraso salarial, los contratos dados de baja por el Gobierno de La Libertad Avanza en su ataque constante a la ciencia y la tecnología; la incertidumbre de los y las trabajadoras de VENG en relación a su continuidad laboral y la falta de un plan de carrera interno”.

Sobre la situación de incertidumbre y desfinanciamiento, explicaron que simplemente se verifica al analizar el presupuesto y la variación real comparada al del año anterior. 

“Según la variación real proyectada del crédito vigente por organismo de 2024, puede observarse que el presupuesto de CONAE es un 54,7% menor”, dijeron, y recordaron que “el año pasado este presupuesto y los salarios no eran ideales, pero comparado con la situación actual era un escenario de ensueños”.

Respecto a la proyección para el 2025 no ven “un escenario mejor, y esto conspira contra el esfuerzo de quienes tratamos de sostener el proyecto que encarnan CONAE-VENG. Hasta donde tenemos conocimiento, el presupuesto presentado para el 2025 será, en términos reales, un 40% inferior al del 2023, hecho que impactará en nuestro funcionamiento”.

Sobre los recursos humanos

Según el INDEC, la dotación del organismo se redujo, desde diciembre de 2023 hasta septiembre de 2024, de 296 trabajadores y trabajadoras a 274.

El delegado de ATE/CONAE Gustavo Benítez explicó a Y ahora qué? que en noviembre la planta de CONAE era de 267 agentes. Además de los despidos de diez trabajadores/as en marzo de 2024, muchos renunciaron por los bajos salarios y en búsqueda de mejores condiciones de trabajo.

“El Gobierno de LLA profundizó la fuga de trabajadores de nuestro organismo, y lamentablemente esa fuga continúa. En VENG se dio un proceso similar de pérdida de trabajadores, aunque en un porcentaje menor”, explicó Benítez.

¿Qué ocurriría si VENG dejase de funcionar?, consultamos. “Que la CONAE no podría continuar operando los dos satélites SAOCOM y habría serias dificultades para operar la descarga de datos satelitales y el funcionamiento general de los predios de Falda del Cañete, Córdoba y BAPI en Pipinas, Buenos Aires”, explicó el delegado. “El devenir de esta situación está llevando a dilapidar años de inversión en el sector espacial”, advirtió Benítez.

Perdidos en el desguace

La asamblea de trabajadores concluyó que “la actual gestión de gobierno está ejecutando una política de desguace del capital acumulado que terminará por sumergir al país en el atraso y subdesarrollo, no solo por lo que sucede en la CONAE, sino porque esta política que sufrimos en nuestro sector se ve replicada en todos los organismos de ciencia y técnica”. 

“A pesar de que en su retórica pretende emular a los países del primer mundo, el Gobierno hace exactamente lo contrario a lo que estos países hicieron para convertirse en potencias, tanto en términos generales como en el sector espacial en particular”, agregaron.

Los trabajadores denunciaron lo que consideraron “el vaciamiento del sector de la mano de políticas que afectan a la CONAE, a todo el sistema científico-tecnológico-productivo y a las universidades nacionales”, concluyeron.

Desde la sombra

“Está totalmente fuera de discusión que tenemos un problema” dijo a Y ahora qué?, un funcionario de la CONAE que también pidió sostenerse en el anonimato.

El problema del problema es que “al no saber cuál es el número final de nuestra partida presupuestaria (2025), ni siquiera podemos mensurar cuán mal estamos. Tampoco sabemos si se aprobará la Ley de Presupuesto”, dijo, y destacó el grado de incertidumbre que casi mantiene paralizado al organismo aeroespacial.

–Suponiendo que se apruebe la Ley de Presupuesto, ¿qué porcentaje se mantiene del cálculo original que ustedes tienen? 

–En los papeles figura una reducción presupuestaria, pero la verdad es que no lo sabemos porque, para bien y para mal, después probablemente algo se pueda negociar en el Parlamento.

–¿Se pueden manejar proyectos de la envergadura de los de la CONAE con este grado de incertidumbre?

–Obviamente que no. Todo dependerá de la espalda que puedan tener las empresas que trabajan para nosotros. 

Este punto lo aclaró Benítez, quien explicó que “en septiembre nos quedamos casi sin presupuesto para las tareas de proyectos y de consumo. Los sueldos nunca peligraron, pero a los proveedores les debíamos un montón de guita”, entre ellas destacó a INVAP y VENG. Mencionó el caso de INVAP, como proveedora de la CONAE, pero el personal de VENG cobra sus salarios a través de una partida que manda el Ministerio de Economía a la CONAE, y ellos transfieren a los salarios.

“Si el nuevo presupuesto se dilata se corre el peligro de no poder abonar los salarios de la gente de VENG, y eso significaría que quedan sin asistencia los satélites SAOCOM. ¿Quién bajaría las imágenes o realizaría las tareas de mantenimiento?”, se interroga Benítez. El funcionario de la CONAE, por su lado, agrega que hoy dependen mucho de la posibilidad de financiamiento que pueden aguantar las empresas proveedoras. “A veces pueden aceptar que demoremos los pagos y a veces, no. Pero básicamente se hace a partir de la buena voluntad y la capacidad real que tienen las empresas de sostener los proyectos, aunque no les paguemos la deuda”.

–¿Usted cree que este Estado dejó de tener interés en los proyectos aeroespaciales?

–La respuesta es sí, pero ampliaría a que dejó de tener interés en todo el campo de ciencia y técnica.

–¿En qué cambió la mentalidad desde el Gobierno anterior a éste en materia aeroespacial? 

–Creo que este Gobierno arrancó su gestión con gente que tiene un total desconocimiento del sector y fuertes prejuicios sobre situaciones puntuales. Por eso, desde diferentes organismos estamos intentando visibilizar el valor de lo que hacemos. En nuestro caso particular, creemos que el desarrollo del acceso al espacio es algo estratégico para el país. 

–Pero si los están desfinanciando, bien podría tomarse ese acto como una respuesta.

Por ahora lo que hemos sufrido es desfinanciamiento.

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