Al momento hay 10 amparos judiciales y se sumará otra decena más. Prácticamente todos los partidos inscritos están en el laberinto judicial, y hasta podría no haber elecciones este año. Mientras tanto, hay colas de 25 cuadras para cargar nafta.
Desde La Paz
No hay que buscar responder al problema del que se nos acusa, sino crear un problema similar en el otro. O sea, hay que inundarlo todo de mierda. Y esta idea resumida e inmortalizada por el exasesor de Donald Trump Steve Bannon, se está dando en la política boliviana. Después de la inscripción de 10 frentes electorales han comenzado a llover las recusaciones judiciales que pondrían en peligro la realización de los comicios. O que por lo menos retrasarían las votaciones.
Todo comenzó con la disposición del Tribunal Constitucional Plurinacional que prohibió la segunda reelección para cualquier candidato. Lo que eliminó al expresidente Evo Morales de la contienda. De todas maneras el exmandatario presentó su postulación, pero al no tener una sigla legal inscrita ante el Tribunal Electoral definitivamente no podrá terciar en los comicios.
Luego vinieron las impugnaciones a diferentes tiendas políticas. Andrónico Rodríguez, que puntea en las encuestas, ya tiene tres acusaciones en tres tribunales de tres ciudades diferentes. El líder cocalero ganó una en Santa Cruz y espera el resultado en otras dos.
Crece el descontento
Pero la posible eliminación de alguno de los candidatos no es la única causa de la zozobra que viven los bolivianos.
Las colas para cargar combustible sobrepasan las 25 cuadras y en el mercado negro el carburante se vende en tres o cuatro veces su costo.
Pero hay nubes más negras todavía en el horizonte pues sin diésel la zafra azucarera, para mencionar un ejemplo, está paralizada. Y si no hay zafra no hay azúcar pero tampoco bagajo, que es lo que sobra después de exprimir la caña y que sirve de alimento para el ganado. En conclusión, escaseará la carne también.
Hasta ahora los bolivianos han soportado la difícil situación con la esperanza de que llegue un nuevo gobierno. Pero sin elecciones la cosa cambia.
La solución está en manos del Tribunal Constitucional Plurinacional que debería intervenir en el embrollo y resolver que las elecciones no pueden, ni deben, judicializarce.
Si no ocurre ello puede viabilizarse la vieja cita del dictador René Barrientos (sí, el mismo que ordenó asesinar al Che), quien señaló: “Compatriotas, el país se encuentra al borde del abismo. Ha llegado el momento de dar un paso adelante”.
Pero lo más posible es que lo que sí se efectivice sea otra sentencia del también presidente de Bolivia Víctor Paz Estenssoro, quien dijo: “Bolivia es un país donde todo pasa, y al mismo tiempo nada pasa”.