Covid y cambio climático: también existen las desventajas comparativas

Los países de la OCDE, desarrollados, ya se recuperaron de la pandemia. La mitad de las naciones de la periferia, no. La desigualdad es notable también en los efectos del cambio climático. A continuación, las cifras del mundo y también las correspondientes a la Argentina. La deforestación. El uso del agua.

Al aumento de los gastos militares que se registra a nivel mundial, cuyas fuentes de información fueron citadas en ¿Y Ahora Qué?, el cuadro internacional sigue marcado por una combinación de tendencias que trazan escenarios signados por profundas tensiones y crisis, cuando no marcados por situaciones que pueden devenir caóticas. 

Ese cuadro de incertidumbres, además de los riesgos derivados del aumento de los presupuestos militares, incluye, por ejemplo, lo que diversos referentes científicos de la comunidad internacional refieren al señalar la velocidad de transmisión de enfermedades o virus, como la del COVID-19, o el incremento de las temperaturas que se vienen constatando en las últimas décadas, con la ya irrefutable evidencia de catástrofes climáticas en prácticamente todo el mundo. A pesar de lo cual, hay quienes, como sucede en la Argentina con el Presidente Milei, siguen sosteniendo la ideología negacionista sobre el cambio climático y sus consecuencias.

En el caso de la pandemia COVID-19, al igual que hemos reseñado en los informes sobre la evolución de la industria, basados en datos de la ONUDI y el PNUD, también releva el cimbronazo que ésta ha significado en la evolución positiva que se venía experimentando en el índice de Desarrollo Humano (IDH). 

Superada la pandemia, esta ruptura en la tendencia ascendente del IDH estaría por subsanarse (aunque resta saber en qué medida). Pero la mejora de los indicadores globales ocultaría divergencias inquietantes entre países. En el caso de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) se prevé que todos sus países se habrían ya recuperado, pero solo pasaría lo mismo con aproximadamente la mitad de los países menos adelantados (Ver Gráfico I)

Gráfico I

Previsión de recuperación del Índice de Desarrollo Humano (IDH)

desde el declive de 2020/2021

Gráfico, Gráfico de barras

Descripción generada automáticamente

Fuente:  Informe sobre Desarrollo Humano 2023/24 PNUD, pág. 4

De confirmarse este panorama, se cortaría una tendencia de “20 años de progreso constante”, constatándose que la desigualdad entre los países situados en los extremos superior e inferior del IDH se habría ampliado. Además del potencial efecto de conflictos bélicos, el futuro de los países en vías desarrollo, se presenta como una variable dependiente de un conjunto de factores: el grado de fortaleza o debilidad de sus Estados, la situación general de sus economías, y el nivel de desintegración social y de la pobreza imperantes, entre los más decisivos.

El cambio climático

El impacto del incremento de las temperaturas, igualmente, afecta de forma desproporcionada a las naciones más pobres. Los países de renta baja son los que más sufren el incremento de las dificultades para desarrollar sus actividades económicas, enfrentar el aumento de los precios, y también por las graves consecuencias de fenómenos asociados a él, como la degradación de los recursos hídricos y la desertificación. 

Podemos, así, identificar una nueva asimetría, en donde los países de renta baja pierden anualmente el 1 por ciento de sus productos interiores brutos (PIB) debido a catástrofes atribuibles al clima, frente al 0,2% de los países de renta alta. (Informe ONUDI, 2024, pág. 24. La negrilla es nuestra).

El denominador común podría identificarse en las ventajas comparativas y la inserción periférica que poseen los países subdesarrollados como fuente de sus perturbaciones, agravadas por los factores mencionados.

La deforestación, por su parte, impulsa la erosión, reduce la biodiversidad y la cantidad y calidad del agua dulce de las regiones afectadas, y constituiría la segunda causa del cambio climático, después de la quema de combustibles fósiles. 

Si bien el cambio climático promueve todos estos fenómenos, no debemos olvidar que también son originados por la actividad humana

Aunque el ritmo general de pérdida de superficie forestal ha reducido su velocidad en los últimos años, ello no ha impedido que el planeta perdiera en torno al 3,2% de sus bosques entre 1990 y 2015 (FAO, 2020). La agricultura comercial a gran escala (principalmente la cría de ganado vacuno y el cultivo de soja y aceite de palma) fue la causa del 40% de la deforestación de bosques tropicales entre los años 2000 y 2010, y la agricultura local de subsistencia habría generado otro 33%.

Pero la ralentización de la deforestación no significa que los bosques dejen de estar bajo presión, debido a factores de estrés relacionados con el clima y con el aumento de la demanda de productos forestales: 

“El cambio climático está haciendo que los bosques sean más vulnerables a factores de estrés abióticos y bióticos como incendios forestales y plagas. La intensidad y frecuencia de los incendios forestales van en aumento. Casi una cuarta parte de las emisiones de dióxido de carbono debidas a incendios forestales en 2021 se originaron en los bosques boreales (FAO, 2024, pág. 7).

Al analizar el fenómeno de la deforestación por regiones, nuevamente nos encontraríamos ante un esquema asimétrico centro-periferia. Los países con un desarrollo humano bajo, muchos de los cuales son reservas de biodiversidad mundial, perdieron el 14,5% de su masa forestal, mientras que los de desarrollo humano muy alto, avanzaron en sus áreas forestadas durante el período 1990-2015 (Gráfico II). 

Gráfico II

Gráfico

Descripción generada automáticamente

Fuente: PNUD

En el caso de la degradación de la tierra, las regiones de Asia oriental y central, América Latina y el Caribe son las que experimentan una situación más grave, que afecta al menos al 20 por ciento de su superficie total. Su ritmo de degradación supera la media global y, en África subsahariana y América Latina y el Caribe, 163 millones de hectáreas y 108 millones de hectáreas, respectivamente, han sucumbido en este proceso desde 2015 (CNULD,2023).

En este contexto, en la Argentina sigue prevaleciendo una mirada centralista que distorsiona la imagen real que tenemos del país. La visión “verde” (y rica en recursos hídricos) de un paraíso agroexportador, impostaba nuestra subordinación periférica y continúa siendo uno de los rasgos sobresalientes de la ideología imperante. En realidad, extensas áreas de nuestra geografía responden a ecosistemas desérticos o semidesérticos pendientes de equilibrios frágiles. 

Nuestra masa forestal, por su parte, ocuparía tan sólo un 17 por ciento de la superficie total continental y, aunque a un menor ritmo en los últimos años, la desforestación no por ello deja de crecer (Ver Gráfico III). Los casos más significativos en términos de superficie afectada, serían las provincias de Córdoba, Formosa, Salta, Santiago del Estero y Chaco.

Gráfico III

Evolución de la superficie de bosque nativo, en millones de hectáreas. 1998-2023

(Tierras Forestales y Otras Tierras Forestales)

Gráfico, Gráfico de barras, Histograma

Descripción generada automáticamente

Fuente:  Informe del Estado del Ambiente 2023, pág. 206

Por último, los ecosistemas no necesariamente se circunscriben a un único espacio nacional, y cuando se dan dichos casos, no por ello dejan de interactuar. Los procesos de desforestación y degradación que pueden observarse en países limítrofes como Paraguay, Brasil o Bolivia también merecen ser seguidos y observados con suma atención.

Ya hace décadas, algunos estudiosos apuntaban sobre las externalidades negativas que el esquema centro-periferia y el concepto que las ventajas comparativas ocultaban. En cada embarque de granos u otros productos agropecuarios, también se iba una parte de nuestro humus pampeano no contabilizado en los costos económicos, sociales y medioambientales. En esa época, la atención sobre los recursos hídricos no estaba tan desarrollada como en la actualidad, por lo tanto, a la acertada señalización anterior, hoy podemos sumarle el “agua virtual”. Se entiende por este concepto a “la cantidad de agua necesaria para producir productos como grano o carne (WDA, pág. 46).

Mapa I

El agua virtual de la agricultura: una red oculta de trasvases

FuenteWORLD DROUGHT ATLAS, pág. 46

Cada año, billones de metros cúbicos de agua virtual se transportan a través del comercio mundial (véase el Mapa 1 arriba) que puede aliviar la escasez de agua en regiones con estrés hídrico, pero también puede agravar la escasez de agua de las regiones exportadoras.

Si a las economías apalancadas en las ventajas comparativas o estáticas, ya de por sí con fuertes limitaciones, se las enmarca en una política de supremacía del mercado y debilidad del Estado como administrador y promotor del bien común, las consecuencias negativas en lo social y medioambiental están garantizadas. En la nueva economía que debemos construir, todos los sectores productivos, por el contrario, deberán estar interrelacionados sistemáticamente entre ellos y en función del proyecto de país que socialmente nos propongamos como guía.


Bibliografía

-CNULD- Cada año se pierden al menos 100 millones de hectáreas de tierras sanas, 24 octubre 2023, News & Stories, Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación

-FAO y PNUMA 2020. El estado de los bosques del mundo 2020. Los bosques, la biodiversidad y las personas. Roma. https://doi.org/10.4060/ca8642es

-FAO, 2024. Versión resumida de El estado de los bosques del mundo 2024: Innovaciones en el sector forestal para lograr un futuro más sostenible. Roma. https://doi.org/10.4060/cd1212es

-WORLD DROUGHT ATLAS, European Commission Joint Research Centre and United Nations Convention to Combat Desertification, World Drought Atlas [A. Toreti, D. Tsegai, and L. Rossi Eds], Publications Office of the European Union, 2024, Luxembourg.

-Panichelli,Luis; García, Daniela; Peirano, Sol y Fortuna,Serena: Argentina presenta su Nivel de Referencia de Emisiones Forestales y se acerca a la finalización de la preparación a REDD+, REDD+ Reducción de las emisiones derivadas de la deforestación y la degradación de los bosques, FAO,2019 Roma.

-PNUD: Informe sobre Desarrollo Humano 2023/24, Salir del estancamiento. Reimaginar la cooperación en un mundo polarizado, 2024.

-Subsecretaría de Ambiente, Secretaría de Turismo, Ambiente y Deporte, Informe del Estado del Ambiente 2023,2024, Buenos Aires.


Notas

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor DeepL.com.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *