En subsidios también we trust

Estados Unidos ya subisidia chips de computadoras. La secretaria de Comercio, Gina Raimondo, destacó que «los chips que Global Foundries fabricará en estas nuevas instalaciones son esenciales porque alimentan equipos militares sofisticados, vehículos eléctricos, aseguran que los teléfonos inteligentes tengan las últimas funciones y permiten conexiones a Internet más rápidas para los estadounidense.

Dos noticias sobre la economía de Japón llamaron la atención. Una que Warren Buffet, considerado uno de los tres o cuatro inversores globales más importantes, compró acciones de las tradings house o comercializadoras. Desde el siglo XIX las sogo shosha (así se las llama en japonés) son las que intermedian en comercio internacional nipón exportando e importando. Históricamente, han sido y siguen siendo cinco sogo shosha las que se reparten el negocio del comercio exterior. En Japón no importa ni exporta el que quiere sino el que la rosca política y de negocios establecida y anudada con estas sogo shosha así lo dispone. El mundo tal cual es. 

Buffet compró barato acciones de estas cinco trading house hace unos meses. Desde esa época hasta ahora la bolsa de Tokio sigue en alza, después de años de estar a los tumbos, alicaída por la persistente deflación que se asentó en el país de los cerezos. Ahora la cotización de las acciones de las sogo shosha hizo que subiera un cuarto por encima del valor contable de estos gigantes el valor neto de los mismos. Cuando Buffet se posicionó en la tenida bursátil nipona valían 25% menos que el valor de libros. 

¿Algo tendrá que ver en este panorama alcista lo que hay detrás de la otra noticia protagonizada por el constructor de máquinas herramientas para hacer chips Tokyo Electron (TE)? De andar nadando desde hace años aguas abajo, la acción de TE el 13 de febrero subió -en curiosa rima- 13%, lo que la valúa en más de 100.000 millones de dólares. La que ahora es la cuarta empresa más valiosa de Japón hace una década valía 10 veces menos. Parece que las trompadas entre China y los Estados Unidos benefician a terceros.

Ocurre que en una iniciativa de política que generaría urticaria, odio y rencor entre los libertarios argentinos de aplicarse aquí, el gobierno de los Estados Unidos anunció que colocará 1.500 millones de dólares en la empresa fabricante de chips Global Foundries para ayudarla a construir una nueva fábrica cerca de Albany, Nueva York, y expandir la producción de semiconductores en Vermont. Operada a través del Departamento de Comercio, es la subvención más grande hasta ahora en el ámbito de la llamada la Ley Chips de 2022, promulgada para impulsar la fabricación en suelo norteamericano de chips con subsidios directos. Mientras que en 1990 el 37% de los chips del mundo se fabricaban en Estados Unidos, esa proporción es ahora sólo del 12%.

El comienzo de una linda amistad

Esto es solo el comienzo en la colocación de subsidios por 39.000 millones de dólares que contempla la ley para estas operaciones. En rigor de verdad la ley permite al gobierno invertir más de 52 mil millones de dólares para revitalizar la fabricación de chips de computadora en los Estados Unidos, así como avanzar en la investigación y el desarrollo. Además de la financiación directa, el gobierno también proporcionaría préstamos por valor de hasta 1.600 millones de dólares. Se espera que en las próximas semanas se concedan subvenciones aún mayores de la Ley Chips a fabricantes de chips como Intel, Samsung y TSMC.

Se estima que los proyectos subsidiados creen 1.500 puestos de trabajo en el sector manufacturero y 9.000 puestos de trabajo en la construcción durante la próxima década. Como parte de los términos del acuerdo, se dedicarían 10 millones de dólares a la formación de trabajadores y Global Foundries ampliará su actual subsidio anual de 1.000 dólares para el cuidado infantil y los servicios de apoyo al cuidado infantil a los trabajadores de la construcción.

En una conferencia de prensa la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, destacó que «los chips que GlobalFoundries fabricará en estas nuevas instalaciones son esenciales (…) Alimentan equipos militares sofisticados, vehículos eléctricos. Aseguran que los teléfonos inteligentes tienen las últimas funciones y permiten conexiones a Internet más rápidas para los estadounidenses”.

 «Los demócratas van a hacer lo que sea necesario para garantizar que otros países (China, Rusia y otros) no obtengan ventajas económicas sobre todos nosotros», señaló en un reportaje Chuck Schumer, líder de la mayoría demócrata en el Senado, quien fue el arquitecto de la ley Chips. Schumer justifica los subsidios aduciendo que es una tecnología tan esencial para la economía y la seguridad nacional de Estados Unidos como los alimentos.

La ganancia de pescadores

Tokyo Electron es la empresa más grande entre un número importante de proveedores japoneses de máquinas herramientas para la fabricación de chips. La capitalización bursátil de mercado combinada de las cinco empresas más valiosas del sector: Tokyo Electron, Advantest, Disco, Lasertec y Screen Holdings se duplicó, en términos de dólares, durante el año pasado. Por la pandemia venían de capa caída, porque sin el consumo final nadie compra máquinas herramientas y éste se estancó por la cuarentena. La gremial empresaria de la Asociación de Equipos Semiconductores de Japón, proyecta un aumento del 27% en las ventas de maquinaria este año y otro aumento del 10% en 2025, con lo que se revierte con creces la caída del 19% en 2023.

Según The Economist, el último repunte va más allá de los altibajos de una industria notoriamente cíclica, en vista de que “La demanda de chips cada vez más complejos capaces de manejar funciones de inteligencia artificial significa la demanda de más equipos para fabricarlos. Una estimación de la consultora McKinsey sitúa el costo de construir y equipar una fábrica que produzca chips de cinco nanómetros (nm) aproximadamente seis veces el costo de una que produzca chips de 28 nm, que eran de vanguardia hace una década”. Además, las empresas japonesas controlan casi todos los segmentos del mercado en que se hacen presentes. Disco significa el 90% de las máquinas herramientas de precisión para cortar y Tokyo Electron controla otro tanto del mercado de máquinas herramientas que aplican un recubrimiento foto resistente.

La iniciativa norteamericana hizo que casi la mitad de las exportaciones de Tokyo Electron en el último trimestre del año pasado fueran a China. El deterioro de la relación entre Estados Unidos y China impulsó los beneficios japoneses actuales. ¿Si escala el conflicto no los pondrá en jaque? No parece, en tanto la retórica antichina de los norteamericanos luce más bien como una justificación de los subsidios y una muralla para contener las críticas eventuales. No para frenar a China en sus objetivos de abastecer su propio mercado u otros, sí así se negocia.Tal vez un buen indicio de que los acontecimientos tomen ese curso sea la movida de Buffet. Jamás acusado de traficar inside information, el célebre oráculo de Omaha pinta tener en claro que Japón abastecerá a China en todo lo que haga falta para suplir la salida del capital multinacional, y eso más allá de la seria deflación china, la caída bursátil de Shanghai y una considerable recesión en puerta. Sea como fuere, para nuestro coleto queda que maldecir los subsidios en nombre de un libre mercado idealizado es propio de chichipíos que solo los quieren cuando se trata del cumplimiento de una meta: suplementar la oferta de muy grandes corporaciones para que se valgan del ejército de reserva nacional de trabajadores empobrecidos para sus intereses globales.

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