Las apuestas favorecen a Trump

Con la irrupción de las casas de apuestas en la vida cotidiana, se generó una nueva metodología para predecir resultados electorales. Los apostadores, a diferencia de los encuestados, ponen su dinero donde ponen la boca, lo que hace más confiable la proyección.

En un clima por demás enrarecido, y con una llamativa similitud con lo que fue la campaña electoral de la Argentina en 2023, Donald Trump parece encaminarse hacia una victoria holgada en las elecciones del 5 de noviembre. Considerando las probabilidades asignadas por las principales casas de apuestas del mercado, Trump estaría asentado en un rango del 56-64% de chances de ganar, mientras que Kamala Harris se ubicaría entre el 35 y el 43%. Traducido a votos electorales, el republicano superaría por 312 a 226 a la demócrata, cuando se necesitan 270 colegiados para asegurar la victoria. 

Esta metodología de análisis, diseñada por Maxim Lott y John Stossel, tiene cerca de un 90% de efectividad en la predicción de resultados electorales (puede verse el historial en este link). Sin ir más lejos, y para tener una referencia cercana, durante las elecciones argentinas de 2023 le asignaron un 70% de chances de victoria a Javier Milei.

Volviendo a las elecciones norteamericanas, y como se observa en la imagen 1, Trump aventaja a Harris con un mínimo de 14 puntos (PredictIt US) y con un máximo de casi 30 puntos, en este caso en el portal de apuestas Polymarket, uno de los más conocidos del mercado, y el que mayor volumen de apuestas registró hasta el momento. Durante esta semana, el acumulado de apuestas alcanzo los 2,7 mil millones de dólares; Polymarket concentró más del 85% del volumen total.

Imagen 1

La variación histórica de los registros ayuda a sintetizar la volatilidad que experimentó el escenario político norteamericano en los últimos 6 meses. Recapitulando: hasta el 21 de julio, el candidato demócrata era Joe Biden. Luego de una mala performance durante el primer debate con Donald Trump, el 28 de junio, donde quedaron expuestos ciertos problemas cognitivos del actual presidente, las probabilidades de Biden cayeron en picada. Como se grafica en la imagen 2, las chances de victoria de Biden pasaron de representar un escenario de empate técnico (principios de mayo), a registrar menos de un 20% de las probabilidades a principios de julio, donde se empezó a gestar la candidatura de Kamala Harris (imagen 2).

Los primeros días de julio fueron convulsionados para los demócratas. Biden se resistía a capitular, mientras aparecían candidatos muletos como Gavin Newsom, actual gobernador de California, y Michelle Obama, esposa de Barack Obama. Tras la retirada oficial de Biden, el 21 de julio, las chances de Harris comenzaron a crecer, y una vez definida su candidatura formal, llegó a estar 10 puntos por encima de Trump, entre mediados de agosto y fines de septiembre. A partir de la primera semana de octubre, se consolidó una tendencia al alza a favor de Trump que parece muy difícil de recortar a menos de dos semanas de la contienda electoral.

Imagen 2

Las únicas esperanzas de Harris residen en los denominados “swing states”, que vendrían a ser los Estados que todavía se encuentran en disputa. En estos seis estados indecisos (Michigan, Wisconsin, Pennsylvania, Georgia, Carolina del Norte y Nevada, al que podríamos sumar Arizona, que ya está con una tendencia indeclinable a favor de los republicanos) hoy habría una diferencia a favor de Donald Trump de aproximadamente 10 puntos. Los esfuerzos de ambos comandos de campaña están apuntados específicamente a estos seis Estados, como lo demuestra Elon Musk, que con su PAC America (un comité de acción política, que reúne e invierte fondos para influir legalmente en las elecciones) está haciendo campaña territorial en Pennsylvania, regalando un millón de dólares por día a quienes “apoyen la Constitución”; y como lo demuestra el propio Barack Obama, que se comprometió (¿demasiado tarde?) con la campaña con un acto en Georgia acompañando a Kamala Harris, en donde tildó a Trump de “Hitler”.

Si nos dejamos guiar por las apuestas, los únicos dos “swing states” donde Harris tendría posibilidades serían Michigan y Wisconsin, que aportan 15 y 10 votos electorales respectivamente. Si sumáramos ambos, Harris llegaría a 251 votos electorales, contra 287 de Trump, sobre 270 para ganar la elección. Las chances parecen adversas para la demócrata: en ambos estados, las probabilidades de victoria favorecen 55 a 45 a Trump. Pero digamos que Harris gana estos dos estados: para tener chances reales, además tendría que ganar Nevada (6 votos electorales, 65% de probabilidades de victoria para Trump), y algunos de los otros 3 “swing states” restantes, que aportan 16 votos electorales cada uno. En donde más chances tiene es en Pennsylvania, donde las apuestas favorecen a Trump (61 a 39); en Carolina del Norte y Georgia, las probabilidades de victoria de Trump crecen hasta el 70%. Resumiendo: Harris necesita ganar 4 de los 6 “swing states” para derrotar a Trump. Algo que hoy parece altamente improbable, como se refleja en la imagen 3.

Imagen 3

Como complemento, la información que surge de Google Trends, respecto a las búsquedas hacia cada candidato en los últimos 90 días, coincide con lo relevado por las casas de apuestas, incluso en la evolución histórica de los acontecimientos. En la imagen 4 se observa el historial de búsquedas de los últimos 3 meses: en total, Trump acumula el 57% de las búsquedas totales en la web y YouTube, contra el 43% de Kamala Harris. 

La actual vicepresidente tuvo sus picos de popularidad entre fines de julio y mediados de septiembre, pero luego fue generando menor interés en la audiencia (imagen 4). No parece haber capitalizado su buena performance en el único debate que sostuvo contra Trump, que fue el 11 de septiembre.

Imagen 4

En resumen, todas las fuentes confiables de datos anticipan un triunfo de Donald Trump. Si bien las encuestas publicadas auguran un escenario de paridad respecto al voto “popular”, es decir, a la cantidad de votos totales que pueda tener cada candidato, en una proporción de 49-48 a favor de Harris, impulsada por la victoria en los estados más poblados del país (como California y New York), el voto colegiado seguiría favoreciendo a Trump en una proporción similar a la que reflejan las casas de apuestas. Solo un “milagro” en la costa este podría inclinar la balanza a favor de Kamala Harris.

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