Las políticas industriales están en auge, no en retirada

Al revés de lo que muchas veces se repite, en un contexto de fuertes competencias y guerras comerciales los países, lejos de renunciar a defender sus industrias, se esfuerzan por protegerlas y desarrollarlas. Reafirman que la industrialización, adaptada a las condiciones que marcan los acelerados cambios tecnológicos, no solo no es cosa del pasado: es un factor clave para cualquier proyecto que apunte al desarrollo y el progreso social. Un documento de la ONU lo grafica en todo su vigor.

En diversos artículos se ha insistido, desde Y ahora qué?, en la necesidad de fijar objetivos y políticas que permitan el impulso sostenido de nuestro sistema productivo. En el éxito o el fracaso de esa meta, que supone ampliar y diversificar la producción y el trabajo nacional, se juega la suerte de la capacidad y fortaleza que logremos consolidar en el largo plazo para reafirmar nuestra independencia política garantizar el progreso social.

En el documento que sigue, se sintetizan un conjunto de datos e indicadores, con sus respectivas fuentes, que dan cuenta, precisamente, de la plena vigencia que poseen en el mundo las políticas industriales. Se trata de aportar al lector información que sirva para enriquecer una discusión que, a diferencia de lo que sucede en la mayoría de los países, en la Argentina aún no está saldada. Vayamos al documento donde se sintetizan las principales conclusiones:    

Según el último Informe Sobre Desarrollo Industrial 2024 de la Organización de la Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial/ONUDI, la utilización de la política industrial “ha aumentado drásticamente en la última década” (Juhász, R., Lane, N., Oehlsen, E., y Pérez, V. C.) y sugieren que, a nivel mundial, su uso se “ha más que duplicado”. 1

Gráfico I

Gráfico, Gráfico de líneasDescripción generada automáticamente

FuenteInforme Sobre desarrollo Industrial 2024 (Resumen), ONUDI, pag.24 

Los resultados de las investigaciones realizadas para el mencionado Informe de ONUDI es concluyente. Todos los datos reunidos “proporcionan un apoyo empírico a la opinión generalizada entre los expertos de que la política industrial está en aumento y, de hecho, puede estar acelerándose” (Juhász, R., Lane, N., Oehlsen, E., y Pérez, V. C.)

Esta tendencia ascendente, con presencia a escala global, se explica especialmente por la utilización intensiva que de ellas realizan las economías de altos ingresos e industrializadas. Esto pone en evidencia que más allá de la retórica que dirigen hacia terceros países, condenando o desconsiderando cualquier esfuerzo que apunte a su industrialización, las naciones pertenecientes al centro2, es decir, al mundo desarrollado, continúan recurriendo a las políticas industriales como un recurso central para su desarrollo (Ver Gráfico II). Si la tendencia global muestra que las políticas industriales se ha duplicado por dos, en el caso de estas economías de las naciones desarrolladas, para el mismo período, el múltiplo subiría a 5.

Gráfico II

Gráfico, Gráfico de barrasDescripción generada automáticamente

FuenteInforme Sobre desarrollo Industrial 2024, ONUDI

El anterior Gráfico es, para algunos, doblemente contundente. El gap inicial lo constituye la profunda brecha que separa al primer grupo de naciones del conformado por las de medios y bajos ingresos. Pero dado que el mismo muestra un promedio de las políticas industriales implementadas, en las economías de ingresos bajos y medios, las asimetrías existentes entre ellas son igual de amplias, pues algunas -como la nuestra- las emplean débil y siun un criterio sistémico, mientras que otras naciones recurren a estas políticas con gran intensidad. 

Ya no es necesario remitirse a China o Corea del Sur como economías que desarrollan su tejido industrial bajo el impulso firme de sus Estados. India, Vietnam, Tailandia, Indonesia transitan esta vía con una visión a largo plazo.

Por efecto de esta doble dinámica que distancia a entre las naciones industrializadas y las que no lo son, mientras África se mantiene estancada en el período analizado en cuanto a la generación de su VAM (Valor Agregado Manufacturero), y   América Latina y el Caribe ve reducida su participación casi a la mitad de la que ostentaba hace treinta años, Asia y Oceanía experimentan una expansión notable.  El Gráfico III ilustra el desplazamiento de los centros manufactureros mundiales.

Gráfico III

Distribución geográfica del VAM -Valor agregado manufacturero- por región (en proporciones)

Nota: Un cuadrado representa una cuota del 1por ciento

Fuente: International Yearbook of Industrial Statistics 2023, ONUDI, pag. 36

Sin ánimo de simplificar procesos complejos o querer establecer relaciones mono causales, en estas dispares evoluciones también se puede encontrar razones por las cuales, en cada región, amplias capas de sus poblaciones han dejado la indigencia y pobreza o, por el contrario, las han visto incrementadas.

El valor de la industria manufacturera

La industria en general, y especialmente la manufacturera, continúan reuniendo un conjunto de cualidades que la hacen esencial para fortalecer los proyectos políticos y sociales de las naciones que aspiran a conducir su destino y no ser considerados meros actores intrascendentes del escenario internacional:

  1. Las industrias manufactureras ofrecen buenas oportunidades para la acumulación de capital, que, a su vez, es una de las fuentes más importantes de crecimiento económico. 
  1. La productividad laboral en la industria manufacturera tiende a ser mayor que en muchos otros sectores. La expansión de la industria manufacturera en las economías de renta baja ofrece oportunidades de aumento estático y dinámico de la productividad. 
  1. Las industrias manufactureras se caracterizan por unos eslabonamientos hacia atrás y hacia delante más fuertes con el resto de la economía. Las inversiones en la industria manufacturera afectan indirectamente, en forma positiva, a muchos otros sectores. 
  1. Las industrias manufactureras ofrecen mejores oportunidades para aliviar las limitaciones de la balanza de pagos que pueden obstaculizar el crecimiento económico en los países en desarrollo, tanto en términos de potencial de exportación como de oportunidades de sustitución de importaciones. 
  1. Los datos comparables a escala internacional indican que, por término medio, el sector manufacturero es el más importante en gasto en I+D, con más de la mitad del gasto total. Este porcentaje es desproporcionadamente grande si se compara con el tamaño relativo de la industria manufacturera en la muestra de países considerada, pues sólo representa el 16,7% del PIB en el mismo periodo (Informe, págs.  37/38).

Gráficos IV

La industria manufacturera es el centro neurálgico de la I+D mundial

Gráfico, Gráfico circularDescripción generada automáticamente

FuenteInforme Sobre desarrollo Industrial 2024, ONUDI, pág. 383

  1. Las industrias manufactureras tienen importantes efectos indirectos en el conocimiento y la tecnología de otros sectores de la economía y, según la bibliografía analizada, estos efectos indirectos suelen ser mayores que los efectos indirectos de la industria manufacturera (Lavopa, A.; Szirmai, A 2012; Industrial Development Report 2024).

Industria y empleo: confusión, retórica y defección 

A la par de los importantes efectos económicos que produce la industria anteriormente reseñados, la misma es tenida en cuenta por sus efectos positivos en el campo político y social.  En el caso de este último, por su capacidad de generar empleo directo e indirecto y las características de estos.  

Pero en los últimos años tanto la industrialización, como sus potenciales efectos, han recibido una serie de cuestionamientos. Los que han cobrado mayor difusión son los que provienen de lo podríamos calificar como “post industrialismo”. 

En este caso, se suele argumentar el menor peso que este sector tiene en las economías desarrolladas en el PBI, por ejemplo, y una también menor proporción de personas que trabajan en la industria. En su reemplazo, surgiría el sector servicios como preponderante, tanto económica como socialmente en función del empleo ocupado. Y no faltan los que, directamente, reivindican retornar el viejo criterio que establece que un país debe especializarse en producir aquello que coincida con las ventajas comparativas establecidas por el mercado internacional. 4

Pero basta evaluar otros parámetros5 para concluir que tanto la idea del “post industrialismo” como la renuncia a llevar adelante un plan favorable a la industrialización, en el caso argentino, parecería responder al proceso de destrucción prolongado que sufrió nuestro tejido industrial, y no a un salto cualitativo superior del sistema productivo nacional. 

Mas recientemente, se señala a un cúmulo de innovaciones tecnológicas, organizacionales, y dinámicas como la reorganización espacial de la producción a escala global, que han impactado en los procesos productivos y de ahí en las modalidades y capacidad de empleo de la industria manufacturera en particular. 6

Estos parámetros serían rasgos objetivos de la actual etapa, y deben ser tenidos en cuenta en la elaboración de unas estrategias industriales y de empleo de largo plazo. Pero de constatar esta situación a sostener que la industria ya no desempeña un papel esencial en la generación de empleo, estaría desmentido por un amplio espectro de datos y experiencias concretas. El informe citado muestra el carácter multiplicador que posee la industria en la generación de empleo: “A escala mundial, el análisis muestra que, por cada puesto de trabajo creado directamente en la industria manufacturera, se crean 2,2 puestos de trabajo en otros sectores.” (IDI 2024, Pág. 40)

Evidentemente, en la Argentina, donde el gobierno ha renunciado a implementar cualquier política industrial que la promueva, la industria en su actual estado y bajo políticas activas débiles, erróneas o inexistentes, se proyecta un escenario donde, lo previsible, es que incluso pueda disminuir el empleo. 

Cuando la experiencia indica que en las economías, donde existían sectores importantes de sus poblaciones en la informalidad, desocupación o empleos de baja productividad, al adoptar planes de industrialización intensivos, las repercusiones sobre el empleo han sido muy distintas y, decididamente, positivas.

Gráfico V

La industria tiene el mayor potencial de creación de empleo

                                     Mundo                         Desarrollados                     En Desarrollo

GráficoDescripción generada automáticamente

                                                       Empleos adicionales creados 

FuenteInforme Sobre desarrollo Industrial 2024, ONUDI, pág. 407

Y no sólo hay que detenerse en la capacidad de la industria de aumentar el número de trabajadores empleados. En una economía donde campea el empleo informal, con toda la carga de precariedad que conlleva para las trabajadoras y trabajadores sometidos a esa situación, “estimaciones recientes muestran que el sector industrial es un contribuyente clave a la reducción del empleo vulnerable”.

En el trabajo de la OIT, citado en el presente informe, sus autores concluyen que el sector industrial sería el segundo más importante para reducir la intensidad del empleo informal. Sólo es superado por el gran sector de «otras actividades», que comprende numerosos servicios, entre ellos la sanidad, la educación y la administración pública, que debería considerarse que sólo incluye el empleo formal (Chacaltana, J., Bonnet, F., and García, J. M. 2022).8

El enarbolamiento de la industrialización en las discusiones políticas y programáticas que hoy se desarrollan en el campo nacional, ha derivado, mayoritariamente en una mera reivindicación retórica y esporádica, si es que incluso ésta se realiza. 

Hasta mediados de la década de 1970, la construcción estratégica de una industria manufacturera formaba parte de nuestro saber y sentido común. Bajo el marco de una represión sangrienta (golpe del 24M-76) el neoliberalismo infligió un serio daño al tejido industrial y social. La dimensión de estos fue tal, que aún hoy se pueden relevar sus nefastas consecuencias. 

Pero igual de nocivo ha sido el daño al ideario industrialista, pues ante el embate ideológico del neoliberalismo, se comenzó a relativizar la importancia del proceso industrializador o directamente se defeccionó del mismo. Hoy parecería imprescindible volver a las fuentes y recuperar con fuerza estas banderas.

América Latina y el Caribe en el Informe

La evaluación del progreso hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 7, 8 y 9 en América Latina y el Caribe (ALC), según el Informe, revela resultados dispares.9

-Aunque el desempeño de ALC en las metas de los ODS relacionadas con la energía es positivo y supera el de otras regiones en desarrollo, la región se queda atrás en las metas socioeconómicas relacionadas con el crecimiento económico y la creación de empleo (ODS 8).

Fuente: Informe Sobre desarrollo Industrial 2024, ONUDI, pág. 16310

-Una de las principales razones es el bajo rendimiento en las dimensiones del ODS 9, relacionadas con la industria y la innovación, los dos motores del desarrollo económico. 11

-ALC es la única región en la que la brecha en el ODS 9-industria ha ido en aumento durante la última década, lo que sugiere una desindustrialización prematura (Informe, pág. 159).

-Este capítulo explora cómo la política industrial puede revertir este gap, y muestra ejemplos eficaces en toda la región, centrándose en las oportunidades relacionadas con la transición energética (en la Pág. 169 se presenta un caso específico con Argentina y el litio), la digitalización, el reequilibrio mundial y la creciente demanda de alimentos. 12

-Sin intervenciones significativas y específicas en áreas críticas como la innovación, infraestructuras e industria, la región corre el riesgo de estancarse en el crecimiento industrial, los avances tecnológicos y un desarrollo económico sólido (Informe, pág. 163)

-El Informe señala que, tras 30 años de reformas orientadas al mercado, ALC ha empezado recientemente a reactivar sus políticas industriales y cobrado impulso debido al renovado consenso mundial sobre la importancia de estas. Ocho países de la región han introducido nuevas estrategias de política industrial. Estas incluyen áreas que son comunes en muchos países y apuntan a la transición energética, la digitalización, la agroindustrialización y el sector sanitario. Sin embargo, cada plan establece prioridades diferentes.

-Para el caso más específico de América del Sur, el Informe apunta a la necesidad de conectar la industria y los sectores primarios como una prioridad clave de la política industrial, dada la importancia de estos en la producción y las exportaciones de los países de esta subregión. El esfuerzo por establecer conexiones más sólidas entre los distintos sectores es especialmente evidente en ámbitos en los que cuenta con importantes ventajas competitivas actuales o futuras, como el refinado del litio, el hidrógeno verde, las cadenas alimentarias y los biocombustibles (pág. 164).

Bibliografía

Chacaltana, J., Bonnet, F., and Garcia, J. M. 2022. Growth, economic structure and informality. OIT, Ginebra
– Juhász, R., Lane, N., Oehlsen, E., y Pérez, V. C., 2023, Global Industrial Policy: Measurement and Results, ISSUE NO. 1, marzo 2023, Organización de la Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial/ONUDI, Viena.
-Lavopa, A. and Riccio, F. 2024b. ‘The multiplier effects of industrial jobs’. Background note prepared for the Industrial Development Report 2024. Vienna: United Nations Industrial Development Organization. 
-Lavopa, Alejandro; Szirmai, Adán. Industrialization, employment and poverty, UNU-MERIT Working Papers, noviembre de 2012. 71 pp.
-ONUDI. Informe Sobre Desarrollo Industrial 2024 (Resumen), Organización de la Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial/ONUDI, Viena. https://www.unido.org/sites/default/files/unido-publications/2024-06/IDR24-Overview-SP.pdf
-ONUDI. Industrial Development Report 2024 (Full Report), Organización de la Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial/ONUDI, Viena. 204 pp. https://www.unido.org/sites/default/files/unido-publications/2024-06/Industrial%20Development%20Report%202024.pdf
-ONUDI.  International Yearbook of Industrial Statistics 2023, Organización de la Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial/ONUDI, Viena.
-ONU. Portada-DesarrolloSostenible: https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/


  1. Para la ONUDI, la expresión política industrial (PI) hace referencia a las intervenciones que buscan cambiar la estructura de la economía nacional hacia sectores, tecnologías o tareas que se espera que ofrezcan mejores perspectivas de crecimiento económico o bienestar social. ↩︎
  2. O las Estructuras Hegemónicas de Poder como caracterizaba Samuel Pinheiro de Guimaraes, un concepto que incluye a dichas naciones, pero a otros actores de suma relevancia que van desde ciertas multinacionales hasta organismos como el FMI ↩︎
  3. El gráfico muestra los valores medios del periodo 2015-2019. La muestra incluye 38 países con datos disponibles y comparables. La intensidad de investigación y desarrollo (I+D) se define como la relación entre el gasto sectorial en I+D y el valor añadido. Todos los valores se expresan en precios corrientes. Los datos sólo incluyen la I+D realizada por las empresas. El agregado de la industria no manufacturera incluye la minería, los servicios públicos y la construcción (códigos CIIU B, D y E); y el agregado de los servicios modernos incluye el transporte, las comunicaciones, las finanzas y los servicios empresariales (códigos CIIU H, J, K, L, M y N). ↩︎
  4. Lavopa y Szirmai aseguran que la literatura reciente indica que los servicios también actúan como motores del crecimiento, pero la conclusión general es que lo hacen sin sustituir necesariamente a los antiguos. Además, los servicios en las economías desarrolladas guardan una mayor relación con las actividades manufacturera. Existen importantes interacciones positivas entre el crecimiento de los servicios de mercado (por ejemplo, distribución, servicios financieros, software) y el crecimiento del sector manufacturero (Lavopa,A.; Szirmai, A 2012;). ↩︎
  5. Como el de inversión en I+D, niveles salariales, contenido tecnológico de los productos, de los procesos, capacidad exportadora, PBI per cápita, gastos del estado, entre otros. ↩︎
  6. En lo que respecta a las dinámicas de deslocalización, el Informe Draghi hace una revisión autocrítica de las políticas europeas que habrían dejado, en demasía, a las fuerzas del mercado la emigración a terceros espacios de ciertos procesos de producción. ↩︎
  7. Las barras de los gráficos muestran el tamaño de los multiplicadores de empleo total, definidos como el número de empleos creados fuera de un sector por cada empleo directo creado en ese sector. Los colores distinguen entre los empleos creados en la misma economía (azul) y los creados en otras economías (naranja). Los multiplicadores cubren 76 países en 2020, y se estiman utilizando técnicas input-output. Los países avanzados son los clasificados como economías industriales de renta alta por la ONUDI. Los países en desarrollo incluyen todas las demás economías. El agregado de industria no manufacturera incluye minería, servicios públicos y construcción (códigos CIIU B, D y E); y el agregado de servicios modernos incluye transporte, comunicación, finanzas y servicios empresariales (códigos CIIU H, J, K, L, M y N).
    Fuente: Informe político de referencia elaborado por Lavopa y Riccio (2024b) a partir de OIT (2023) y OCDE (2023b, 2023c). ↩︎
  8. Además del nivel salarial, es probable que proporcionen mejores beneficios que los no manufactureros, incluidos planes de jubilación, vacaciones pagadas, seguro de vida, seguro médico. Los salarios y beneficios en la industria manufacturera son más altos que en otros sectores de la economía (Lavopa; Szirmai, p 32). Las propias características objetivas del proceso de producción industrial -y la brega constante de las fuerzas trabajadoras organizadas- han llevado a estos resultados. ↩︎
  9. En el año 2015 los estados miembros de la ONU generaron una propuesta para desarrollar 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS-Agenda 2030), para alcanzar de manera equilibrada tres dimensiones del desarrollo sostenible: el ámbito económico, social y ambiental. Pueden consultarse en: https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/# ↩︎
  10. Las barras muestran el valor relativo de cada dimensión prevista para 2030 y están ordenadas según la distancia del objetivo. Las proyecciones se basan en las tendencias anteriores a COVID-19 (velocidad de convergencia media anual entre 2009 y 2019). Las proyecciones de los gaps superiores al 50% están marcadas en rojo. ↩︎
  11. El Informe previene de que, con más de 650 millones de habitantes, existen enormes diferencias intrarregionales y entre países en cuanto a tamaño y características económicas, sociales y culturales. Desde el punto de vista de la estructura de la actividad económica, pueden identificarse tres grandes grupos: América del Sur, América Central (incluida la República Dominicana) y las demás islas del Caribe (Informe, pág. 164). ↩︎
  12. Se menciona particularmente a nuestro país en las pags.63, 75, 165, 167, 169 y 170 del Informe. ↩︎

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