El Hombre de Acero lleva décadas motivando consumos entusiastas de los interesados en el comic, y su última variante, Absolute Superman, es un producto editorial de refinada elaboración. Apenas se conoció la imagen de su portada hubo quien aseguró por las redes que se habría inspirado en el Presidente Javier Milei, lo cual provocó satisfacción en el mandatario argentino y algunas críticas y comentarios mordaces.
En tiempos aciagos como los actuales, la historia parece decidida a transcurrir a diferentes niveles y por caminos ignotos. Las señales dejan de significar algo claro, distinto y abierto al paso de la mirada para convertirse en grandes manchas que sugieren muchas cosas y exigen la interpretación previa de los viajantes, como si de láminas de un test de Rochard se tratara. Las jerarquías, en ese juego perverso de espejos, también resultan severamente alteradas, de modo que el comportamiento de la estructura material de una comunidad, por ejemplo, reclame idéntica atención que cualquier serie de cuestiones mínimas y tangenciales que apenas frotan la superficie de lo que sucede.
Hace un par de días el presidente Javier Milei, profuso animador de las redes sociales, presuntamente descubrió que su incansable prédica libertaria trascendía con creces las fronteras argentinas y se internaba en misteriosas realidades intergalácticas. A raíz de la propaganda de un comic que saldrá a la venta la primera semana de noviembre, Absolute Superman¸ en la cual se difunde la imagen de la portada con una nueva versión del Hombre de Acero, el usuario @ASB2509 (autodefinido abogado de ultra extrema derecha) publicó: “DC lanza la nueva línea Absolute Superman 100% inspirada en Javier Milei.” Es destacable que el autor de semejante hipótesis, el abogado de marras, complementa su autodefinición con la célebre sentencia de Descartes ferozmente cambiada, de manera que se lea: “Javier Milei, luego existo”, dejando claro entonces que ha decidido abandonar el racionalismo embrionario, aunque tal vez no haya dilucidado todavía si le conviene pararse antes o después de la modernidad.
Su apreciación mereció el inmediato reposteo de Milei con el comentario: “Fenómeno barrial. Viva la libertad carajo” .Y como los libertarios vernáculos utilizan esa fórmula (“Fenómeno barrial… etc”) para destacar la creciente trascendencia internacional de su líder Javier Milei, el tuitero @superpibaAR habría pedido auxilio a Gail Simone, una de las principales guionistas de DC, la editorial responsable de Absolute Superman. Escribió: “Ayuda. Nuestro presidente totalmente psicótico piensa que DC hizo un cómic de Superman inspirado en él.” Gail Simone primero respondió: “Wait, what?” (“Esperá, ¿qué?”) Y como en la comunidad digital las noticias van y vienen más rápido que los dedos sobre el teclado, otro usuario dijo que en verdad Milei no pensaba lo que aseguró el abogado, y esto habría sido motivo para que Gail Simone considerara necesario aclarar: “Les garantizo que el personaje no está basado en el presidente Milei.”
Como es sabido, Superman es uno de los poquísimos supervivientes del planeta Krypton, y quizás el animador más popular, exitoso y lucrativo de la editorial norteamericana DC Comics. A su vez el planeta Krypton, su historia y las peripecias de sus habitantes motivaron una larguísima y muy compleja saga donde se articulan la magia, las más audaces hipótesis fantásticas, inquietantes recursos superrealistas y cierta lógica acorde con el mundo circundante. En Krypton hubo un período de esplendor, con la población empeñada en desenvolver una suerte de imperialismo intergaláctico, pero una vez agotado ese modelo pegaron la vuelta los kryptonianos emigrantes, a costa de agotar los recursos naturales de su propio planeta hasta desestabilizar el núcleo. Una vez conocida esta circunstancia no faltó una guerra civil, siempre en el marco de la inestabilidad del núcleo (o sea, de la inestabilidad nuclear) hasta que voló todo por los aires a causa de una explosión/implosión sísmica. Pero antes de la catástrofe Jor-El, un científico extraordinario y bondadoso, embarcó en una nave de escape rumbo a la Tierra a su hijo, el bebé Kal-El, quien crecería en ese planeta de adopción hasta convertirse en Superman.
En lo que ha trascendido hasta el momento, esta última versión del Hombre de Acero que verá la luz a comienzos de noviembre ofrecerá varios cambios, como lo viene haciendo desde su presentación fundacional allá por 1939, siempre de la mano de la industria cultural. El conjunto de la saga es de un barroquismo vertiginoso, con marchas y contramarchas, contradicciones flagrantes que requieren glosas de gran porte, variaciones en apariencia imposibles de sostener y jardines borgeanos con caminos que se bifurcan hasta el infinito. Que en ella casi ninguna referencia permanezca constante resulta paradójicamente un hilo de continuidad que atraviesa las décadas y las sucesivas ediciones en todos los soportes imaginables; pero una imagen constituye la excepción: el Hombre de Acero es alto, musculoso y tiene mucho pelo negro (des)peinado lateralmente, con algunos rulos y jopo declinante.
La imaginería de esa religión especial que se inspira en los superhéroes tentó a otros dirigentes políticos, como el que fuera candidato libertario a Jefe de Gobierno de la CABA, Ramiro Marra, que se fotografió con hombros y musculatura de patovica, severidad en la mirada, alas de ángel y, por supuesto, una densa cabellera con desorden y jopo volcado a la derecha. También los memoriosos evocan al General Ancap –o sea: An(anarco)cap(italista)–, personaje de ficción inventado por el actual presidente de la Nación con el auxilio de la cosplayer y actual diputada nacional Lilia Lemoine, que debutó en febrero de 2019. En efecto, en esa ocasión se presentó Milei con el disfraz de General Ancap (atuendo amarillo y negro, guantes amarillos, antifaz negro y tridente dorado) en una convención de comics y cosplay, y provocó un escándalo. Se puso a recitar y cantar ante los otakus (fanáticos) y aficionados, probando suerte con la melodía del famoso brindis de La Traviatta de Verdi, con un músico que tocaba la guitarra mientras él hacía lo posible para entonar palabras de crítica ideológica como las que siguen: “Gastar, gastar y gastar, esa es nuestra regla fiscal. Y si los ingresos no alcanzarán más, ahí iremos al BCRA, y eso será inflacionario…si no le aflojan al gasto, entonces la crisis vendrá.”
Esa cuasi canción no era un estreno como el General Ancap, quien a modo de presentación dijo: “Vengo de Liberland, una tierra creada por el principio de apropiación originaria del hombre. Una tierra de 7 kilómetros cuadrados entre Croacia y Serbia, un país donde no se pagan impuestos, un país donde se defienden las libertades individuales, donde se cree en el individuo y no hay lugar para colectivistas hijos de puta que nos quieren cagar la vida.” Y luego sentenció, algo reiterativo pero como quien cede una verdad revelada: “Mi misión es cagar a patadas en el culo a keynesianos y colectivistas hijos de puta que nos quieren cagar la vida.”
No cayó bien a todos los participantes del encuentro, a todos los fanáticos del manga (historietas), al punto que los organizadores emitieron un comunicado advirtiendo que Milei había sido invitado por una jurado del concurso de cosplays, y que ellos eran ajenos a toda manifestación política. Pero la imagen del General Ancap sobrevivió, y fue la que habría llegado ahora, hace apenas un par de días, hasta el escritorio de una de las guionistas principales de DC Comics, la ya nombrada Gail Simone, quien al verla habría exclamado una palabra (“Weird!”) que en inglés se usa coloquialmente para decir “bizarro”, “estrafalario” o “extraño”.
La pregunta respecto del presunto parecido entre la imagen de un superhéroe clásico y la de un presidente libertario todavía no encuentra respuesta categórica. Cuando Milei fatigaba pasillos de los canales de televisión en calidad de economista muy exaltado pero solvente, también había logrado viralizar el brindis de La Traviatta con una letra debida a su inspiración, y que hubiera arrojado al suicidio a Francesco María Piave, el libretista de Verdi. Pero conviene mantener presente que así como furioso y a los gritos Milei logró patente de buen economista, también con el brindis de La Traviatta por él brutalmente intervenido habría logrado patente de conocedor de la música académica en general y de la ópera en particular. Y algo más: hay cierto parecido entre la imagen del Hombre de Acero en la portada de Absolute Superman y varias imágenes de Milei, no sólo cuando animó al General Ancap, debido posiblemente a que su principal asesora de imagen durante mucho tiempo, la maquilladora, cosplayer, influencer y ahora diputada nacional Lilia Lemoine, abrevara en fuentes receptoras de las principales maneras estilísticas de los superhéroes hegemónicos.
Finalmente, vistos los hechos ex post se pone de manifiesto con absoluta claridad que el Movimiento nacional ya no puede tolerarse la perplejidad que hizo posible que los disfrazados de otros disfraces, con tantos matices diferenciales como igualitarios, llegaran al poder.
Hay que salir de la perplejidad y la soberbia condescendiente, y dar la batalla cultural en el plano que corresponda, porque llegaron desde las pantallas de los televisores, pero también desde fenómenos comunicacionales con tecnologías de punta violentando sistemáticamente hasta aquellas palabras de Jesús, cuando dijo a sus discípulos, señalando a un niño (Mateo, 18): “Y cualquiera que escandalizare a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le anegase en el profundo de la mar. ¡Ay del mundo por los escándalos! Es forzoso, ciertamente, que vengan escándalos, pero ¡ay de aquel hombre por quien el escándalo viene!”