Thriller a la boliviana

Desde La Paz.

Corrigiendo a Marx, en Bolivia la historia se presenta la primera vez como tragedia y la segunda vez también como tragedia. Se despliegan distintas versiones alrededor del incidente armado cuyo protagonista fue Evo Morales. Parece que la moneda tiene dos caras pero cada una es media verdad y media mentira a la vez.

Escena uno, versión uno

Se filma con celular desde la parte trasera de la vagoneta. Una mujer grita “agáchate presi” y le da instrucciones al Mapache, que así se llama el conductor, para que pise el acelerador. Evo Morales le grita al teléfono: “Bloqueen, bloqueen rápido, han intentado detenerme”. 

El dirigente estaba de ida a su programa en Radio Kausachum Coca, una emisora perteneciente a las seis federaciones de cocaleros donde el ex Presidente mantuvo su programa, incluso en el exilio en Argentina.

Según la versión de Evo, en medio de la carretera se dio cuenta de dos vagonetas Tundra, de las que usa la policía boliviana en operativos antidroga, que trataban de alcanzarlo. “Pensé que estaban borrachos” -supuso- pero luego uno de los vehículos logró adelantarse y colocarse de manera atravesada en el camino.

Mientras, el Mapache habría visto la posibilidad de escapar por un costado y apretó el acelerador. Por su parte, el ex Presidente, según confesión que luego negaría, señala que disparó a las llantas de las movilidades que lo perseguían. Cuarenta y ocho horas después, Evo señalaría que nunca dijo eso. Cuando se le hizo escuchar el audio de sus palabras, dijo que aymaras y quechuas no hablan bien el castellano y que por eso no lo comprendieron bien.

En la persecución, los perseguidores disparan varios tiros a los autos. Uno de ellos impacta en la rueda de una movilidad. Hay trasbordo, y el ex Presidente y su comitiva huyen en el otro vehículo.

El Mapache está herido, pero en la nuca. No es un disparo directo y tampoco su vida corre peligro.

Los perseguidores ya no aparecen. Evo Morales está a salvo y manda lo que se ha filmado desde los celulares para que se haga un video muy artesanal que en pocos minutos está ya en las plataformas.

El equipo de comunicación del Evo manda el video a todos los medios de comunicación.

El domingo deja de ser día de descanso para los periodistas.

Escena dos, versión dos

Desde el gobierno, el domingo se trabaja para difundir la versión de que se trató de un autoatentado, pero el lunes la versión cambia totalmente: la comitiva del ex mandatario evitó detenerse en un retén de la policía antidroga. Cuando los uniformados vieron dos vehículos de lujo corriendo a gran velocidad que, además, no respetaron la señal de alto fueron a la caza de ellos.

El ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, el hombre que luego del golpe de Estado ayudó a huir a Cindy Sarahi Vargas, madre de la hija de Evo Morales, señaló que Evo fue quien primero disparó contra los uniformados y que éstos respondieron al fuego.

Pero además acusó a la comitiva del ex Presidente de haber atropellado a un policía explicando que, para trasladarlo, pidieron un helicóptero Puma donde también habrían sido evacuados los restantes policías que intervinieron en el incidente, toda vez que temían por su vida.

Escena tres, que apoya a la escena uno

Sabedores de que al interior del cuartel se encontraban los dos vehículos policiales, los pobladores ingresaron a las instalaciones militares y sacaron los carros. Uno de ellos fue quemado.

El ministro acusó de haber destruido pruebas valiosas al incendiar el automóvil.

Lo evidente es que los ánimos de los pobladores, convencidos de que se intentó matar a Evo Morales, se caldearon y fueron creciendo en rabia hasta que el 1º de noviembre, los cocaleros tomaron el Regimiento y tuvieron como rehenes a militares y a sus familiares. Pocas horas después éstos eran liberados.

También se intervino en las oficinas de UMOPAR, la fuerza policial antidrogas.

Escena cuatro, que apoya a la escena dos

Expertos en balística acuden a los medios de comunicación y cuestionan que no corriera más sangre después de los catorce disparos que habría recibido el coche presidencial. Incluso algunos dicen que las balas parecerían venir de dentro hacia afuera y no a la inversa.

¿Salvó la vida de milagro Evo Morales? ¿Se armó un espectáculo para que se fortalecieran los bloqueos de caminos? Por lo pronto, la última encuesta sobre el tema señala que el 68 % de los consultados no creen en la versión de Evo Morales, aunque sus partidarios, nacionales y extranjeros, siguen defendiendo su narrativa.

¿Versión impar o versión par? Ambas cojean en más de un detalle, pero ambas tienen una parte de evidencia. Acá, como en la vieja Roma, la verdad no sólo debe ser sino parecer. Que venga el diablo y escoja.

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