Trump y Milei, alta sociedad

El autor le preguntó a la inteligencia artificial por las similitudes y diferencias que podrían existir entre Donald Trump y Javier Milei. Lo sorprendió lo escueto de la respuesta. “Hola!! Intenté encontrar información relevante sobre similitudes y diferencias entre Trump y Milei, pero no pude encontrar resultados precisos. Ambos son figuras políticas conocidas por sus posturas conservadoras y populistas.”

Nunca como en estas elecciones que tendrán lugar el próximo martes 5 de noviembre en los Estados Unidos, las cuestiones importantes están tan opinadas y, a la vez, pueden afectar de manera dramática a muchos países, según quien gane la contienda. Solo por poner un ejemplo: el diario La Vanguardia de Barcelona consigna que la Unión Europea prepara diversos planes de contingencia ante un eventual triunfo de Donald Trump. El título de la nota lo dice todo: “La Unión Europea se arma para sobrevivir a un segundo mandato de Trump”. 

Y tiene sentido el estado de alarma frente al posible triunfo del magnate. 

Para Europa hay dos cuestiones directas que afectarían sus intereses: 1) Trump amenaza con cortar la ayuda militar a la OTAN si no suben todos los países miembros el presupuesto de defensa al 2% del PBI. (Gran negocio para los intereses del complejo militar-industrial norteamericano como proveedor de tecnología y armamento). 2) Trump insiste con subir los aranceles a productos importados un 10%, lo cual supondría para Europa una pérdida de 150.000 millones de Euros anuales. 

¿Pero qué impacto depararía a la Argentina de Milei un triunfo del millonario de Manhattan?  Hay una primera lectura por lo menos confusa y discutible. Esta dice que en Sudamérica a USA no le queda aliado más confiable que Argentina. El resto de países de la región medianamente gravitantes están gobernados por progresistas con agendas diferentes a las del Departamento de Estado. El caso sobresaliente sería Brasil, que además integra los BRICS. 

La primera objeción a la tesis del aliado preferente es de orden fáctico. En el primer mandato de Trump, coincidente con el de Mauricio Macri, EE.UU le subió a la Argentina los aranceles de los limones y en una gira que realizó el vice Mike Pence por la región nos intentó vender cerdos de sus granjas de Indiana, su Estado originario.

Los imperios (EE.UU lo es, en tanto potencia militar que le permite comportarse como Estado gendarme y potencia económica: 25 por ciento del PBI mundial) por norma lo que tienen son intereses permanentes. Los aliados suelen ser coyunturales, salvo Israel, que para USA es determinante como parachoques occidental en la zona del Oriente Medio. 

Le pregunté a la inteligencia artificial por las similitudes y diferencias que podrían existir entre Donald Trump y Javier Milei. Me sorprendió lo escueto de la respuesta. “Hola!! Intenté encontrar información relevante sobre similitudes y diferencias entre Trump y Milei, pero no pude encontrar resultados precisos. Ambos son figuras políticas conocidas por sus posturas conservadoras y populistas. Te recomiendo buscar en fuentes de noticias o portales especializados…”

Se le agradece al cacharro telefónico que porta la IA y, ya que las musas inspiradoras de la tecnología pasaron de resolverme el problema, me dispongo a investigar, contrastar y comparar. A ver por dónde van los tiros.

El ejercicio comparativo prima facie confunde, porque desde lo estético, lo discursivo y en algún sentido lo propositivo, parece que tiene rima.

A primera vista, no creo que compartan peluquero, pero a los dos los seduce ese amor por los raros peinados nuevos, como decía Charly.

Los dos surgen como outsider. No hicieron el cursus honorum de la política tradicional. Milei fue brevemente diputado pero jamás administró nada del Estado hasta llegar meteóricamente a la Presidencia. Trump directamente fue de los negocios a la Casa Blanca.

Los dos emanan de la escudería Steve Bannon. Bannon fue el estratega de la campaña que llevó a Trump a la presidencia y luego fue consultor permanente de la Casa Blanca en dicha administración. Bannon luego viajó por el mundo entrenando a consultores para “exportar” el modelo Trump. Ahí abreva Santiago Caputo, alter ego de Javier Milei.

El modelo Bannon es conocido en el ambiente de la comunicación política y en cierta forma es novedoso. Como novedosa es la alegría que causa la desgracia ajena en los adherentes de Trump y Milei. Por caso, la referencia a Puerto Rico como una “isla de mierda” o el festejo en redes por los echados de la ex AFIP. 

Tratan de bucear en la frustración, el resentimiento, la desesperanza, el enojo y la indignación que habitan en una parte importante de las sociedades occidentales. Identificados como “culpables”, por caso en USA, los inmigrantes que comen mascotas según Trump, hay que aplicar soluciones mágicas. “Voy a llevar adelante la mayor deportación de inmigrantes de la historia”, reza Donald en plena campaña.

Milei embiste contra la “casta”, los “ensobrados” y los “comunistas”, que para él son todos los que no adhieren a las ideas anarcolibertarias, como solución a los problemas argentinos. A estos habría que eliminarlos o fragmentarlos hasta el infinito (a propósito, recomendamos leer “Los ingenieros del caos”, de Giuliano da Empoli)

Lo de gobernar con la fuerza de los frustrados tiene actualidad en estos nuevos políticos, pero vale recordar cómo se fundó el fascismo italiano frente a la pregunta tan en boga: ¿son Trump y Milei dos fascistas de manual? Se nos ocurre otra recomendación para evacuar el interrogante: el libro “El hijo del siglo” del intelectual italiano Antonio Scurati. En las primeras páginas retrata cómo se van sumando al movimiento del Duce los frustrados de la Primera Guerra Mundial y allí Mussolini reflexiona: “Con este material de segunda, con esta humanidad de residuos es con lo que se construye la historia”.

Para Trump el material de segunda, la humanidad de residuos con los que construir la historia seguramente encuentre correspondencia en los blancos de clase media baja, con escasa formación intelectual, víctimas de la desindustrialización que trajo la globalización al cinturón del óxido norteamericano. Estados como Wisconsin, Michigan y Pensilvania fueron hasta hace poco pulverizados por los cierres de fábricas, dejando un tendal de conflictos sociales. 

¿Quiénes son para Milei eso que Mussolini llamaba “el material de segunda, la humanidad de residuos”? Seguramente muchos votantes de la Libertad Avanza. Votantes precarizados (trabajadores de Uber, Rappi, call centers, etcéra) del conurbano y de nuestras provincias más pobres. Pero en este punto empiezan a aparecer las diferencias. Para Trump hay que subir aranceles todo lo que haga falta. Por caso, propone 60% a los coches eléctricos chinos. Música para los suburbios de Detroit. Defensa de la industria norteamericana. Ya veremos cuánto impactará esto en la inflación de USA. Pero ese es otro cantar.

Por estos lares, Milei bajó los aranceles a los neumáticos, a las bicicletas, textiles y calzado entre muchos otros. La discusión de cuánto monopolio hay en cada rubro es harina de otro costal, pero a la pregunta acerca de la suerte que correrá el obrero textil o de la industria del calzado frente a un dólar artificialmente barato, producto de la bicicleta financiera reinante que facilita aún más las importaciones, no caben muchas dudas. Si no, que le pregunten a Paolo Rocca, capo y dueño de Techint. El CEO del mayor conglomerado industrial del país acaba de declarar en un evento del sector que “la cancha está inclinada. Nuestra industria no logra competir con China. Hace falta que la política del Estado nos apoye. Necesitamos un tipo de cambio que refleje la productividad de factores y no los flujos de capitales de corto plazo”.

Por último, la abrupta salida de la ya ex canciller Diana Mondino (en rigor hace tiempo que estaba floja de papeles) con la excusa de que votó a favor de Cuba en la ONU, muestra otra similitud entre el aspirante a la Casa Blanca y el habitante de la Casa Rosada. Ambos comparten su aversión por el “comunismo”.  Trump demolió cuando fue presidente todos los importantes avances de Barack Obama en la relación con la perla del Caribe. A cinco días de un posible cambio brusco en USA, lo de Gerardo Werthein por Mondino es una jugada fuerte de Milei.  

Trump y Milei, tan parecidos en las formas y en bastante del contenido, y tan diferentes en las verdaderas cuestiones de fondo.   

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