Cuanto más se estire la utopía libertaria, mejor es el business para los inversores. Todavía están online, en la página de Facebook personal de Milei, los “chivos” que hacía de una empresa que, con la excusa de la educación financiera, capta por otras vías depósitos de gente desesperada para pagarle lo que le debe a la gente desesperada que depositó previamente.
“La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.”
Eduardo Galeano
La sociedad argentina cayó en una estafa piramidal de proporciones históricas. Bajo la promesa de “volver a ser un país normal” o “una potencia como en el siglo XIX”, se está gestando la transferencia de ingresos más regresiva de la que se tenga memoria. Mientras el feroz ajuste económico recae en los jubilados y asalariados, la “patria financiera” apuesta a que la paciencia se estire ad infinitum, porque el tiempo es más dinero que nunca: las tasas reales negativas sólo pierden contra la inflación, pero ganan entre un 5 y un 8 por ciento mensual en dólares, como mínimo, gracias al crawling peg del 2 por ciento. Parece un buen negocio para quienes no viven en la Argentina.
Cuanto más se estire la utopía, mejor es el business para los inversores. Un buen ejemplo de esto fue el eterno “segundo semestre” macrista, ahora revivido por los mismos funcionarios de aquella época, ya sean Luis “Toto” Caputo o Federico Sturzenegger. “Estamos mal, pero vamos bien”, había sido el mantra, que duró tres “segundos semestres” hasta que la economía explotó por los aires. Cuando el flujo de nuevos fondos e inversores se detuvo, no hubo con qué pagarles a los inversores anteriores. Y ahí se recurrió al Fondo Monetario Internacional para, con esa liquidez, darles salida casi exclusiva a los fondos privados que habían quedado cautivos (exit liquidity, dirían en Wall Street), lo que generó la corrida post PASO 2019. No todos pudieron salir, lo que resultó en la inestabilidad de los años siguientes.
La actual situación encaja perfecto en la definición de un esquema Ponzi o estafa piramidal, muy de moda en el país en los últimos años, y en el mundo gracias a las criptomonedas. A nivel local, quizás el caso más relevante haya sido el de Leonardo Cositorto (link a un pedagógico video), dueño de la empresa Generación Zoe, que estafó en decenas de millones de dólares a sus crédulos y desesperados clientes. Los atrajo, entre otras cosas, con ZoeCash, una criptomoneda respaldada en oro (1 ZoeCash = 1 gramo de oro), y con terrenos virtuales en metaversos programados ad hoc. Cositorto, actualmente, está preso.
La senadora nacional Carolina Losada fue víctima de una estafa del mismo estilo. Como explica la propia Losada (acá el link), en ese momento panelista de Intratables, ella entró en la estafa denominada “telar de la abundancia” gracias a dos amigas. Ambas habían puesto 1.440 dólares con la promesa de que al llegar al “centro del mandala” (imagen debajo) les multiplicarían ese monto por 8. O sea, ganarían más de 11.500 dólares. Sus amigas lograron llegar a convertirse en “Agua”, pero Losada no y perdió la plata. La lógica de la estafa es evidente: para que una persona multiplique por 8 su inversión, tiene que haber 8 personas que inviertan. Pero para que 8 personas cobren, tienen que entrar 64; y para que esas 64 cobren, tiene que haber 512 nuevos participantes. En algún punto el esquema se hace insostenible y colapsa.
El caso más paradigmático de los últimos tiempos es el del Presidente, Javier Milei. Durante las primeras semanas en el cargo, conservó la publicidad de “N&W Professional Traders” en su perfil de Instagram. Como figura en su web, son un «Instituto de Trading Profesional líder en Latinoamérica y España. Brindamos Capacitaciones Online y Presenciales.» Todavía están online, en su página de Facebook personal, los “chivos” que hacía de esta empresa que, con la excusa de la educación financiera, capta por otras vías depósitos de gente desesperada para pagarle lo que le debe a la gente desesperada que depositó previamente. Aquí está el link para acceder al video. El primer posteo en su perfil de Instagram, que cuenta con 219 mil seguidores, dice lo siguiente: “Javier Milei, el primer presidente en la historia en apoyar la educación financiera”. En el tercer posteo, aparece su dueño, Mauricio Novelli, como “el sponsor de Milei”. Los cursos de N&W arrancan en 150 dólares; el más prestigioso, cuesta 450 dólares. Según dicen en su web, cuentan con más de 3.500 alumnos.
Definición técnica de esquema Ponzi y el telar de la abundancia
Un esquema Ponzi es una forma de fraude financiero en la que los promotores prometen a los inversores rendimientos altos y consistentes, generalmente superiores a los ofrecidos por inversiones tradicionales. El esquema implica tomar dinero de nuevos inversores para pagar rendimientos a inversores anteriores, en lugar de generar ganancias legítimas a través de inversiones productivas.
El nombre proviene de Charles Ponzi, un estafador italiano que operó uno de los primeros esquemas piramidales en los Estados Unidos en la década de 1920. En este esquema, los primeros inversores suelen obtener altos rendimientos, lo que genera una falsa impresión de legitimidad y atrae a más inversores. Sin embargo, eventualmente, cuando el flujo de nuevos inversores se agota o no es suficiente para cubrir los rendimientos prometidos, el esquema colapsa y muchos inversores pierden su dinero.
El “telar de la abundancia” fue el esquema Ponzi de moda de los últimos años en la Argentina. En términos generales, su funcionamiento se podría subdividir de la siguiente manera:
- Organización inicial: una persona, por lo general conocida como la «creadora» o «líder», forma un grupo con un diseño en forma de «telar». Este grupo puede estar compuesto por 8, 12 o más participantes, dependiendo de la variante del esquema.
- Niveles o «círculos»: en el esquema del telar, hay distintos niveles o «círculos». En el nivel más alto se encuentra el creador o líder del telar, y debajo de él hay varios niveles de participantes que se expanden en forma de pirámide.
- Inversión inicial: para unirse al telar, cada participante debe realizar una inversión de dinero, a menudo una cantidad significativa, que se entrega al participante ubicado en la parte superior de la pirámide.
- Promesas de ganancias: a los participantes se les promete que, una vez que recluten a un cierto número de personas y completen el telar, recibirán una gran suma de dinero. A menudo, se prometen beneficios exponenciales, pero en realidad, estos solo pueden cumplirse si el esquema continúa creciendo indefinidamente, lo cual es insostenible.
- Reclutamiento de nuevos participantes: el éxito del esquema depende del reclutamiento continuo de nuevos participantes. Cada nuevo miembro debe reclutar a otros para poder obtener ganancias, y así sucesivamente. Este proceso puede seguir hasta que el esquema se vuelva insostenible y colapse.
- Colapso del esquema: eventualmente, el telar de la abundancia colapsa cuando no hay suficientes nuevos participantes para sostener los pagos a los niveles superiores de la pirámide. En este punto, la mayoría de los participantes pierden su dinero, excepto aquellos que se encontraban en los niveles más altos y pudieron retirarse antes del colapso.