El Gobierno argentino sueña con la llegada de dólares, muchos dólares, si es Trump el triunfador de los comicios del 5 de noviembre en los Estados Unidos. Pero no parece prestarle atención al contenido del debate económico en marcha.
Una de las traducciones del vocablo inglés trump es el de naipe de triunfo, asimilable al ancho bravo en el truco. En el slang (lunfardo) de los británicos el sustantivo trump, tiene una traducción que al rajarse efluye fétida. Para la generalidad del habla anglosajona el informal trump up se traslada entre nosotros como algo asimilable a trucho o truchear. No siempre resultan discernibles las segundas acepciones contradictorias que puede recibir el empleo de una palabra, aunque en este caso el rasgo tahuresco original le dé cierto sentido de unicidad.
En el ámbito de la política, Donald Trump es gran candidato a presidir por segunda vez los destinos de la República Imperial tras las elecciones de principios de noviembre. Trump no significan buenas noticias para una parte considerable de los norteamericanos. Todavía se recuerda su salida tumultuosa de la Casa Blanca tras el asalto al Capitolio de los Estados Unidos de sus partidarios el 6 de enero de 2021, para evitar que el 20 de enero sea investido al actual POTUS Joe Biden, enfervorizados con la falsedad de un supuesto fraude electoral. Las condenas de la justicia que recibió por ocultar riqueza y amoríos pagos no mellarlo su popularidad.
El gobierno argentino sueña con que la posible victoria electoral de Donald Trump sea una carta de triunfo. Y de las más bravas. Desde el oficialismo se ha hecho trascender que el presidente Javier Milei recibió de Trump, en el mano a mano que tuvieron en uno de los viajes a Estados Unidos efectuados en el primer semestre, la promesa de que en caso de ganar su segundo período le daría 100.000 millones de dólares para que pueda dolarizar sin problemas.
Hasta donde llega nuestro conocimiento el candidato republicano no fue por nadie consultado al respecto. Las señales contradictorias que ponen un matiz de duda en esta potencial decisión no faltan a la cita. Al fin y al cabo, no hay dudas del descomunal beneficio político que embolsaría Milei. Pero, ¿qué ganaría Trump y quién pondría la plata? Si es el gobierno norteamericano y no el FMI, la propia lógica encantadora de esa gente tan amable y gentil, que son los miembros del Congreso, los llevará a no escatimar recursos políticos para construir la Horca Caudina más eficiente para que el Ejecutivo muerda el polvo. Y no parece que el FMI esté en condiciones estatutarias de aflojar un dólar más. En el plano de las especulaciones Trump podría vender que esos fondos son para comprar los recursos de la Argentina. Posiblemente en ese caso el problema lo tendría Milei.
Más allá de estas especulaciones, hay otras más palpables, incluso en sus consecuencias por estos pagos. Una de las noticias relacionadas que se destacan en la prensa norteamericana y global, que se hacen eco de lo que se rumorea en Wall Street, es la que se prevé difícil convivencia entre el actual mandamás de la Reserva Federal (el banco central norteamericano y del mundo) Jay Powell –con mandato hasta 2026- y Donald Trump, al que los avatares naturales de la edad provecta de su rival demócrata Joe Biden –al que todos, menos los republicanos, le piden que salga de carrera-, cada vez les suben las acciones de su más que probable victoria electoral.
Trump dijo a los medios que la independencia del Ejecutivo que tiene legalmente la Reserva Federal sería respetada. “Especialmente si pienso que está haciendo lo correcto”, declaró en un reportaje previo al atentado. No dijo qué haría si “piensa” que Powell no está “haciendo lo correcto”. Aunque no tenga facultades legales para acomodar a Powell en órbita, la compadreada no pasó de largo.
El mandato de Powell lo renovó Biden en 2022. Asumió por primera vez en 2018 nombrado por el propio Trump. Las críticas de Trump a Powell surgieron cuando hace un bienio atrás la Reserva Federal decidió impulsar al alza la tasa de interés para frenar la inflación. Impuestos y tasas de interés bajas colorean las banderas de campaña de Trump. El tema que es que la Reserva Federal fija las tasas independientemente de la Casa Blanca. Trump expresa su compromiso para bajar la inflación., lo que a su vez permitiría a la Reserva Federal bajar las tasas de interés y reducir los costos del endeudamiento.
Las expectativas del mercado son que la Reserva Federal recorta las tasas antes de las elecciones, lo que –de paso- favorecería al oficialismo demócrata. Esas expectativas han ayudado a impulsar un repunte del mercado bursatil, con el S&P 500 hasta el martes subiendo 10 de las últimas 11 sesiones y alcanzando 38 máximos este año. Trump al respecto señalo que la baja de tasas antes de las elecciones es “algo que saben que no deberían hacer”.
Entre el miércoles y el viernes 19 se llevó a cabo la Convención Nacional Republicana en Milwaukee, Wisconsin, que cerró con el discurso del candidato Trump. El miércoles el senador JD Vance aceptó la candidatura a vicepresidente. En el discurso Vance dijo que la globalización arruinó al país al empobrecer al trabajador norteamericano y eso porque Washington está completamente cooptado por las corporaciones multinacionales. Para Vance, el candidato Trump cumple los requisitos de prefiguarar “un líder que no esté en el bolsillo de las grandes empresas sino que responda ante los trabajadores, tanto sindicalizados como no sindicalizados… un líder que no se vende a las corporaciones multinacionales”.
Peter Navarro, el halcón proteccionista pro tarifas aduaneras de Donald Trump, el miércoles salió de la cárcel luego de cuatro meses a la sombra por negarse a declarar contra el ahora candidato por la toma del Capitolio. Fue derecho a la Convención Republicana. Pronunció un discurso de lealtad al líder y al proteccionismo más duro. Fue ovacionado.